NFTs

NFTs EP

La tribuna

Cómo distinguir arte de especulación en el mundo de los NFTs

26 julio, 2022 02:37

Con la llegada de la digitalización nos hemos dado cuenta de que, para crear valor artístico, no hace falta pintar sobre un lienzo, modelar una figura ni tener un estudio enorme con unos costes muy elevados en material. Ahorramos en tiempo y espacio. Pero ¿y la parte económica?

El concepto de NFT (Non Fungible Token) no lleva intrínseco el término "arte". Es cierto que los NFT se han explotado sobre todo en el mundo del arte digital, pero no son solo eso. El NFT es una prueba de autenticidad de un activo, el sello de que algo pertenece a alguien y de que ha sido creado por alguien (como una denominación de origen, un certificado BIO, etc.).

Pero los NFT van más allá de un certificado. La tecnología Blockchain da la oportunidad a que cualquier persona o agrupación pueda participar de manera gratuita y abierta, generándose una relación beneficiosa donde los artistas y creadores pueden dar a conocer sus obras y obtener un beneficio por ellas por parte de los inversores. Esto es algo tremendamente positivo, pero, como todas las cosas, tiene su “otro lado”.
Los NFT son como el arte: cualquier cosa creada con intención de ser arte, lo es, pero no todo el arte tiene un valor. El valor requiere de una curación que respalde las obras de calidad diferenciándolas de proyectos que no tienen sentido. Es lo que llamo NFT “con sentido” y “sin sentido”.

Los NFT “sin sentido” son aquellos que han sido creados para que tengan un fuerte soporte a la hora de su lanzamiento, pero que después no duran en el tiempo. Consiguen recaudar muchísimos miles e incluso millones de dólares en poco tiempo y, poco después, el equipo desaparece. Hay una serie de atributos comunes en estos NFT: un equipo desconocido (normalmente con nicknames y fotos de perfil que son avatares), con una comunidad que se dedica a decir "to the moon" y no aporta nada, sin un whitepaper bien definido, sin una web seria y ofreciendo OpenSea para comprar sus obras.

En cambio, los NFT “con sentido” buscan perdurar en el tiempo y tener un respaldo, no solo de la comunidad cripto, sino también del “mundo real”, es decir, de entidades artísticas y culturales que avalan su calidad lo mismo que pueden avalar las obras que se exponen en ARCO. Este tipo de activos despierta el interés del comprador/inversor, además de por su calidad artística, porque ofrecen un proyecto serio y atractivo del que formar parte, ya sea una comunidad o empresa. Estos NFT con sentido van más allá del contrato en sí, permitiendo a los artistas a acceder a inversores, a inversores acceder a contenido de calidad y al resto del mundo a disfrutar del arte sin perjudicar a ninguna de las partes.

Los NFT “con sentido” buscan perdurar en el tiempo y tener un respaldo, no solo de la comunidad cripto, sino también del “mundo real”

Un buen ejemplo es el caso de Agora, que ofrece un sistema democrático en el que todo el mundo puede participar en sus premios semanales, mensuales y anuales. Los artistas suben sus creaciones y un jurado selecciona las 50 mejores piezas como primer filtro. Después, la comunidad Agora vota los cinco finalistas y al ganador. Al final de todo este proceso, es el momento de crear ese NFT con sentido y subastarlo. No es una creación ad hoc para generar mucho dinero, sino una obra de arte seleccionada entre muchas otras, con un valor artístico real. 

A pesar de las fluctuaciones del mercado cripto y las noticias sobre proyectos de dudosa reputación que terminan estrepitosamente, los NFT han llegado para quedarse. Como cualquier mercado, requieren de un periodo de maduración donde se establezcan mecanismos que permitan a los compradores y vendedores adquirir el know how necesario para evitar burbujas en el mercado por exceso de proyectos sin sentido en detrimento de proyectos de calidad. Pero como ocurre con todo, el tiempo y la experiencia ayudarán a consolidar una tecnología que no ha venido a destruir el arte sino a elevarlo a nuevas cotas.

*** Octavi Royo es CEO y co-fundador de Agora

Incendio forestal

Tests de estrés climáticos: un largo viaje acaba de empezar

Anterior
De izquierda a derecha: Antonio Quijada (Ecooo); Isabel Reija (Barter); Isabel del Olmo (IDEA); y David García (Wallbox).

Autoconsumo compartido de energía, desde las placas solares hasta el cargador del coche eléctrico

Siguiente