Nuestro 'Estado emprendedor' retoma esta semana sus deberes para poder recibir los fondos europeos que necesita para convencer al sector privado -Ibex y empresarios- de que debe involucrarse más en lo público.
Antes, hará un inciso, el próximo miércoles, para poner sobre la mesa la subida del SMI. Una decisión que se enmarca dentro del discurso de que la "recuperación va a llegar a todos" en un momento en el que muchos economistas todavía hablan de "rebote" (el matiz importa) y los datos provisionales de afiliación revelan que aún hay 504.000 personas en ERTE o en cese de actividad por las restricciones de la Covid-19.
El escenario pandémico que nos asola desde hace ya año y medio ha aumentado la relevancia de los empresarios en la vida pública, al tiempo que ha permitido al Gobierno ampliar sus tentáculos dentro de la esfera privada.
No solo vía estado de alarma, también con la creación de más empleo público (245.000 puestos de trabajo desde 2019, según Fedea), con el pago de ayudas a los trabajadores (vía ERTE o cese de actividad), con sus avales a los bancos para que concedieran crédito y con los programas de colaboración público privada de los fondos europeos.
Lo cierto es que los empresarios han estado en prácticamente todos los fregados de Moncloa en el último año. Incluido el de los indultos (del que -nos dicen- ya se ha pasado página).
A falta de una foto con el líder de la oposición que mande a Bruselas una señal de unidad, Sánchez opta por hacerse instantáneas con Antonio Garamendi, que es muy fotogénico y representa a una parte de la 'sociedad civil' que en asuntos como el de la subida del SMI está mucho más cerca de Pablo Casado que de su socia, Yolanda Díaz.
Esa estrategia de aislar a Casado no convence a la CEOE, donde siempre dicen que no quieren estar en política, aunque los empresarios siempre han tratado de influir en las decisiones políticas. Lo que está claro es que la patronal quiere llevarse bien con todos en esta España polarizada.
Empresarios y PP han querido dejar que pase agosto para que se calmen las aguas del sonado desencuentro que se produjo a cuenta de los indultos el pasado julio y tratar de volver a la normalidad sin la grandilocuencia de una esperada foto que ilustre la reconciliación.
Si algo caracteriza al empresariado es su pragmatismo. Así que esa imagen llegará, pero cuando Casado demuestre que está listo para recuperar la influencia que ha perdido en la esfera empresarial. Mientras, las empresas están en su día a día, conscientes de que los fondos europeos se reparten en La Moncloa a través del equipo de Manuel de la Rocha y previo visto bueno del omnipresente Sánchez.
Viene un otoño complicado para la microeconomía -la que verdaderamente afecta a los ciudadanos- con la factura de la luz disparada, la cesta de la compra más cara y el golpe a la capacidad de ahorro que va a suponer la vuelta a la normalidad (léase, la presencialidad) que se ha anunciado sin que todavía podamos entonar aquello de "hemos vencido la pandemia".
Una oportunidad para el PP que llega acompañada del tirón de líderes autonómicos, como Díaz Ayuso y Juanma Moreno. Pero que tiene flancos abiertos, entre ellos, el de haber cedido al PSOE todo el espacio de las relaciones con la gran empresa y el de su incapacidad para remontar en Cataluña.
Al final, ambos asuntos están relacionados. El líder del PP asistió antes de las vacaciones estivales al evento de Javier Faus y Cercle D'Economia en el que se llamó "aspiradora" a Madrid y acabó en la encerrona de los indultos. Un episodio que el PP y la patronal que lidera el vasco quieren ya olvidar.
La pela es la pela y las empresas volverán a acercarse al PP con un abrazo público. Las encuestas dictarán cuándo
Cataluña tiene una voz muy potente en Diego de León -que se remonta a sus orígenes con Carlos Ferrer Salat- y al empresariado (moderado) catalán le gusta el modelo fiscal de Madrid mucho más que el de la Generalitat.
Los de Sánchez Llibre lo han reconocido en público y Foment del Treball ha plasmado esa idea en el documento Por una fiscalidad competitiva en Cataluña.
La pela es la pela y las empresas volverán a acercarse al PP con un abrazo público. Las encuestas dictarán cuándo. Casado también debería ser pragmático y acelerar su estrategia para que se abra ese flanco para recuperar al menos parte de la influencia perdida por su partido en Barcelona.
ATENTOS A...
El presidente de Ezentis, Enrique Sánchez de León, ha aprovechado agosto para comprar cerca de medio millón de acciones de la compañía. Muestra así su apoyo al plan industrial con el que el empresario José Elías Navarro quiere impulsar la empresa tras la entrada en el capital de Audax. Esa 'hoja de ruta' tiene el foco en Europa y en concreto, en Alemania.
Las acciones de Ezentis también han estado influidas por movimientos de fondos de Estados Unidos que se han fijado en la empresa, según fuentes de mercado. Sin embargo, pese a ese interés, el valor sigue en 0,34 euros por título, lejos de los 0,46 euros a los que llegó a cotizar en enero.