Opinión

¿Es Rajoy un austericida?

Pongan fin a las grandes preguntas de la humanidad: ¿Ser o no ser? ¿Qué fue primero, la gallina o el huevo? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? Paparruchas en comparación con la gran cuestión que ocupa mis días y buena parte de mis noches: ¿Ha sido austero el Gobierno de Rajoy en esta prolongadísima legislatura?

10 mayo, 2016 13:09

Seguro que quieren volverme loco. Es una especie de laberinto kafkiano en el que se ha sumido mi mente. La izquierda del país acusa a Rajoy de una excesiva austeridad en la legislatura que ha acabado completándose con el ¿cidio¿ (cado latino) formando un bonito vocablo: austericidio. La muerte por inanición, el colapso.

También el canciller Margallo ha dicho que el gobierno de Rajoy se ha pasado varios pueblos con la austeridad, haciendo buena la crítica de una izquierda generosa, manirrota en su demagogia. Grandes economistas sobre todo de Estados Unidos han arremetido con esta política de recorte brusco del gasto que tirando un poco más arriba atribuyen a Ángela Merkel como gran sacerdotisa del ahorro público. En definitiva, piensan que al Viejo Continente le hubiera ido mucho mejor si hubiese mantenido los déficits públicos desbocados.

Pero mi estupefacción viene de que así ha sido. Hemos asistido al mismo desmadre del que veníamos. El gobierno de Rajoy ha vaciado la hucha de las pensiones, reduciéndola a la mitad. Veamos el último dato: Rajoy se gasta el 59% de la hucha de las pensiones, que atesoraba casi 80.000 millones Un gasto supercriticado, seguramente con razón, pero que habla muy poco de austeridad por parte de los actuales gobernantes en funciones. Por si alguien aún no se maneja con los euros y para ver la cuantía en su dimensión más brutal, esto supone algo menos de los 8 billones de las antiguas pesetas.

¡Qué austeridad, queridos compatriotas¡ Fundirse casi 50.000 millones de euros. Pero su reflejo en cuantías aún más abundantes se encuentra en la evolución de la deuda y en su incapacidad para cumplir los objetivos de déficit público marcados por Europa. Ahora mismo estamos pendientes de si nuestros colegas europeos nos ponen una multa por incumplir el déficit de 2015. Hablan de 2.000 millones de euros. ¿Qué ocurriría entonces si gobernasen los que les critican y multiplicasen el déficit?

La parte mollar es la deuda pública que ya alcanza el 100% del Producto Interior Bruto (PIB) y que ha crecido al mismo ritmo que en los tiempos del manirroto Rodríguez Zapatero. Nuestro presidente en funciones ha pedido a diario a los mercados (renovación y nuevas deudas) 635 millones de euros en la legislatura, igual cuantía que en el final de protagonizada por el que calificó de bobo solemne.

Zapatero, que llegó a amortizar deuda en su primera legislatura, dejó su cuantía en torno al 60% del PIB y Rajoy remató con un 100%. Todo un ejemplo de esa austeridad en la que el ministro Margallo considera que nos hemos pasado cuatro pueblos. Es esa misma austeridad que reprochan Iglesias-Garzón y Sánchez en esta interminable legislatura del partido popular.

Comprendo que el desplome de los ingresos fiscales por la caída de la actividad impidiera un ajuste drástico de las cuentas. Pero, sinceramente, ¿esto ha sido austeridad? Teniendo en cuenta, además, que se hizo una subida de impuestos nada más llegar al poder. 

Los cientos de miles de millones de nueva deuda acumulada en tiempos de Rajoy ¿además de lo que debemos a Bruselas por el rescate bancario- no se explican con la austeridad. 

Habrá que buscar  un concepto nuevo que explique el gasto de cientos de miles de millones de euros nuevos y el casi vaciado de la hucha de las pensiones, con el reproche de un comportamiento cicatero y tiránico con el pueblo español. Más entendible me parecería un ataque al acierto o no en el destino del gasto, a la ausencia de recortes de lo superfluo¿ 

Mientras tanto, cada vez que escucho austeridad, me tiembla el ojo izquierdo.