Se lanza una opa hostil, pero permanece el carácter "amistoso". Este aparente oxímoron es el que guía la relación que se abre ahora entre BBVA y Sabadell, al menos por lo que respecta al banco azul, después de que la oferta de una fusión negociada fuera rechazada por el consejo presidido por Josep Oliu y la entidad vasca pasara a la acción con una opa dirigida directamente al accionariado de Sabadell.

La semana pasada BBVA envió al consejo de administración de Sabadell una detallada oferta en la que tenía prácticamente atados todos los aspectos más importantes de la integración, como la ecuación de canje, la ubicación de la sede, la marca y el diseño del nuevo consejo de administración.

El máximo órgano de gestión del nuevo BBVA -esta sería la marca- resultante de la integración pasaría a estar formado por 18 miembros, frente a los 15 actuales, de los que tres serían procedentes de Sabadell y uno de ellos ocuparía la vicepresidencia. Ninguno de esos cargos podría estar ocupado por Josep Oliu, salvo que se modificaran los estatutos de BBVA, que actualmente fijan en 75 años, la edad del presidente de Sabadell, el máximo para formar parte del consejo.

"No es el momento"

Una premisa que ya no existe o que, al menos, BBVA no incluyó en la opa hostil lanzada sobre el capital de Sabadell. Esta operación ya no se dirige al consejo de administración del banco alicantino, sino a sus accionistas, por lo que el banco azul ya no tenía nada que prometer a los miembros del órgano de gestión.

Pero no sólo eso, sino que BBVA ya no quiere hablar de ese aspecto de la operación. "No es el momento de hablar de gobernanza", manifestaron tanto Carlos Torres, presidente de BBVA, como Onur Genç, su consejero delegado, durante la presentación de la operación tanto a analistas como a medios.

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Todo a pesar de que, según mantuvieron, el carácter de la operación sigue siendo "amistoso". "En ningún momento ha habido un carácter no amigable u hostil", señaló Torres durante la rueda de prensa del jueves, lamentando que si algo cambió la hoja de ruta del acercamiento a Sabadell fue la "filtración a medios" de que se estaba gestando la transacción.

"La operación continúa siendo de carácter amistoso", pese a lo cual "no es el momento de hablar de estos aspectos de gobierno corporativo", señaló tras ser preguntado por la propuesta inicial de incorporar consejeros de Sabadell. "Son los accionistas los que tienen que decidir", apuntó.

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Y ha recordado que hace tres años y medio, cuando se produjo el anterior intento de fusión, "había buena sintonía" entre ambos equipos directivos. "Mantenemos el mismo espítitu amistoso y de integración", dijo.

Con todo, ahora, como reconoció Torres, "la aproximación" a Sabadell es "distinta" en la medida en que el proyecto ahora se presenta a los accionistas directamente y no al consejo de administración.

Conversaciones previas

Según relató, a mediados de abril él mismo mantuvo un "encuentro presencial" con Josep Oliu en el que le manifestó el interés de hacerle llegar términos concretos para una operación. Unas condiciones que quedaron en comunicarse el pasado 30 de abril.

La publicación de la noticia de la operación en Skynews al mediodía de aquel martes fue la que precipitó los acontecimientos. BBVA envió los términos de la operación al consejo de Sabadell poco antes de las 14 horas de la tarde y cuatro minutos después confirmó al mercado mediante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el interés en realizar la operación.

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El banquero quería "tratar de retomar" las conversaciones que ambas entidades mantuvieron en el pasado. "En el camino, si antes nos gustaba la operación, ahora mucho más. El banco ha hecho un trabajo espectacular, el presidente, el CEO, todo el equipo directivo. La aproximación no puede ser -y sigue siendo- más amistosa, pero así es como han ocurrido los hechos", relató.

Para Torres, "no es el momento" de hablar de gobernanza porque la oferta se refiere a los accionistas. "Pero mantenemos la puerta abierta y el tono amistoso", concluyó.