CaixaBank se había colado en la lista de valores preferidos de Goldman Sachs a principios del mes de febrero. Entonces, los analistas apuntaban a que la entidad era uno de los bancos que más podría beneficiarse de la recuperación económica española, gracias también al incremento esperado en la demanda de crédito y una menor necesidad de provisiones. Del mismo modo, recordaban por aquel entonces que la entidad era uno de los bancos mejor posicionados para acoger un escenario de próximas subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE).

Desde aquel 7 de febrero en el que CaixaBank fue incorporada a la `lista de la compra¿ de Goldman, sus títulos se han revalorizado más de un 27%, frente al 4% del índice sectorial bancario europeo SX7P o el 14% de media que registra el conjunto de bancos españoles (excluida CaixaBank).

Esta revalorización sería suficiente para una toma de beneficios justificada. Pero Goldman ha ido más allá y además de rebajar su consejo a `neutral¿ (desde una recomendación de compra), ha metido la tijera en el precio objetivo hasta situarlo en 4,95 euros. Casi un 5% inferior a los 5,20 euros que mantenía para el valor, aunque todavía muy por encima de los 4,16 euros que la cotización de la compañía ronda actualmente.

Detrás de esta decisión no está solo el buen comportamiento bursátil de CaixaBank en los últimos meses. En su informe, Goldman Sachs hace especial hincapié en el riesgo que el proceso soberanista catalán supone para la entidad presidida por Francisco González. Los analistas de la firma advierten que ¿las tensiones políticas en Cataluña han escalado en las últimas semanas, y pueden seguir creciendo tanto antes como después del referéndum del próximo 1 de octubre¿.

Los expertos también recuerdan que CaixaBank es el banco español más expuesto a la región.  De hecho, Cataluña pesa un 26% sobre el total de negocio de la entidad en el país, según datos de Goldman Sachs. Una cifra muy superior al 15% que ronda actualmente Sabadell, otra entidad de origen catalán.