La patronal bancaria cree que de este modo se conseguiría un "equilibrio óptimo" entre el desarrollo de la innovación y la necesaria estabilidad financiera, según ha explicado hoy.

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, anunció a mediados de abril que el organismo se estaba planteado poner en marcha un banco de pruebas para que empresas del sector tecnofinanciero, lo que se conoce como "fintech", puedan desarrollar actividades en un entorno controlado.

El máximo responsable del supervisor bursátil se mostró partidario de que España ponga en marcha, como ya ocurre en Reino Unido o Australia, un banco de pruebas regulatorio o un "sandbox", como se conoce en inglés a este tipo de iniciativas.

Esto permite que empresas del sector "fintech" puedan desarrollar proyectos en su fase preliminar, dentro de un entorno controlado y con límites, pero esencialmente al margen de la regulación.

Desde entonces la idea ha sido bien acogida por distintas entidades financieras, pero ahora la patronal bancaria da públicamente un espaldarazo a la iniciativa.

Poner en marcha un campo de experimentación o "sandbox regulatorio" - un conjunto especial de reglas que permiten a las empresas innovadoras probar sus productos y servicios en un entorno seguro y limitado en tiempo y público, sin incumplir o violar la regulación financiera - puede ser una "solución adecuada" para los desafíos a los que se enfrentan los reguladores en la nueva era digital, considera la AEB.

Entre estos retos, destaca, se encuentra la aparición de nuevos participantes no regulados en el mercado de servicios financieros, la inexistencia de normas o incertidumbre regulatoria para los nuevos productos, en ocasiones difíciles de valorar, y la necesaria protección de los consumidores y los usuarios.

La patronal bancaria recuerda que en la nueva era digital, el desarrollo de las tecnologías aplicadas a las finanzas, las "fintech", evoluciona "a gran velocidad", al tiempo que subraya que innovar en este contexto requiere de una agilidad y una flexibilidad operativa que, tras el intenso proceso regulador de los últimos años, se hacen "complicadas" bajo el marco normativo al que está sometida la banca.

En opinión de la AEB, no cabe duda de que actualmente existe un conflicto para las autoridades de regulación y supervisión.

"Por un lado, deben regular y supervisar las nuevas actividades, servicios, y productos innovadores, de acuerdo a los riesgos que conllevan y la adecuada protección del consumidor financiero. Y por otro, imponer un corsé regulatorio o supervisor demasiado rígido puede resultar una barrera a la innovación en sí misma, con el riesgo de perder posiciones en materia de competitividad e innovación frente a otros mercados o competidores a futuro", añade.

Así que ante esa disyuntiva, la Asociación Española de Banca acoge con agrado la propuesta de crear un banco de pruebas en España para que las "fintech" puedan desarrollar sus actividades en un entorno controlado.