La temporada de Marcos Llorente y Fernando Pacheco con el Alavés no está pasando desapercibida en las oficinas del Real Madrid. Ambos jugadores son piezas fundamentales en el esquema de Pellegrino que les ha llevado a alcanzar la final de la Copa del Rey por primera vez en la historia del club vitoriano.

La temporada del Alavés está siendo espectacular. Además de eliminar al Celta en semifinales de la Copa, en Liga el club blanquiazul marcha duodécimo a catorce puntos de la zona del descenso, una diferencia de puntos que parece suficiente para asegurarse la permanencia tras su regreso a Primera. 

Marcos Llorente es una de las mayores perlas de la última camada salida de La Fábrica. El centrocampista es el eje sobre el que se mueve todo el equipo y a su corta edad ha dado lecciones de fútbol en plazas de categoría como el Camp Nou. Su futuro está en el Real Madrid. En el club blanco le ven preparado y la temporada que viene formará parte del primer equipo una vez su cesión con el Alavés haya terminado.

Fernando Pacheco es el líder de este Alavés. El guardameta tuvo que abandonar el Madrid en 2015 ante la dura competencia de la portería blanca y desde entonces no ha hecho más que crecer a pasos agitados bajo los palos de Mendizorroza. En el club de Chamartín fueron previsores y se guardaron una opción de recompra de cuatro millones que podrían ejecutar al final de la temporada ahora que se busca un nuevo inquilino en la portería merengue.

La ilusión de ver al Alavés levantar un trofeo sobrevuela por Vitoria. Un equipo modesto al que ahora media España quiere ver sobreponerse al Barcelona, una vez más. Pacheco y Llorente están dispuestos a emprender el viaje de vuelta al Bernabéu con la Copa del Rey bajo el brazo.