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Bebidas

8 soluciones para servir el vino sin salpicar

Abrir una botella de vino, servirlo y que se escape la típica gota que nos ensucia el mantel tiene solución con estas formas de servir vino sin salpicar.

24 abril, 2017 19:31

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Las famosas Leyes de Murphy, aunque sin base científica alguna, siempre tienden a cumplirse en el momento en el que más daño hacen. Si hablamos de servir vino, el enunciado de la correspondiente Ley de Murphy diría algo así: “La probabilidad de que al servir un vino salpiquen gotas sobre la mesa es directamente proporcional a la calidad del mantel y al interés que tenemos de quedar bien delante del comensal“.

Dicho de otro modo, el día que invites por primera vez a tu jefe a comer en casa y pongas el mantel más caro que tienes vas con todas las papeletas de que al servirle el vino acabes con un buen lamparón en el mantel, por supuesto, el día que estés tú solo y hayas puesto un mantel de plástico ya sabemos que no caerá ni una gota.

8 soluciones para servir vino sin salpicar el mantel ni ensuciar la botella

Así que, para darle en las narices al famoso Murphy, os traemos 8 soluciones para que al servir el vino no se escape esa temida gota que, en el mejor de los casos, deja pringosa la botella y, en el peor, acaba con el mantel en el tinte y con nosotros rezando porque sean capaces de quitar la mancha.

1. Discos drop stop, la solución más sencilla

drop-stop

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Se trata de una solución eficiente y muy barata que consiste en una fina lámina circular de aluminio flexible que se enrolla y se ajusta en el interior del cuello de la botella a modo de vertedor. Después de utilizarse, se saca para poder colocar el corcho, se lava y es reutilizable.

2. Corcho vertedor antigoteo

tapon-vertedor

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En la misma línea de lo anterior, pero con más sofisticación y mejor diseño, ya que nos ahorra tener que estar cambiando entre el corcho y el vertedor cada vez que queremos servir vino de la botella.

3. Semiembudo antigoteo

semiembudo

semiembudo

Es otra solución barata y eficaz que consiste en una especie de medio embudo fabricado en plástico brillante y transparente simulando cristal que se acopla a la botella y permite servir las copas sin riesgo de salpicaduras. También es lavable y reutilizable.

4. Tapón aireador

tapon-aireador

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Es muy similar al anterior, pero su diseño permite que el vino se oxigene durante el servicio.

5. Tapones dosificadores

dosificador

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Aunque su uso está más extendido en coctelería, ya que este sistema bloquea el paso del líquido después de que ha caído una cantidad exacta que varía dependiendo del modelo, también es válido para evitar el goteo y las salpicaduras.

6. Anillos antigoteo

anillos-drop-stop

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Los anillos antigoteo también son una solución barata y muy efectiva a la hora de impedir que se ensucie la botella, pero hay que tener la precaución de colocarlos lo suficientemente cerca de la boca de la botella si también queremos evitar las salpicaduras sobre el mantel.

7. Buen pulso y giro de muñeca, la técnica del buen sumiller

De esta seguro que habéis oído hablar y seguramente también la habéis visto aplicar al camarero que os haya llenado la copa en un restaurante. En teoría es muy fácil, basta con dar un giro a la botella justo al terminar de servir y esa gota rebelde no conseguirá su propósito de llegar al mantel. Eso sí, requiere práctica y buen pulso. Aunque parece fácil, por si acaso, recuerda la Ley de Murphy.

8. Si las botellas estuviesen bien diseñadas no habría peligro de goteo

Recientemente, Daniel Perlman, un investigador de la Universidad de Brandeis (Massachusetts), después de tres años estudiando el diseño de las botellas para vino ha dado con el diseño óptimo con el que se consigue servir el vino sin que la temida gota haga de las suyas. Una solución muy ingeniosa y fácil de implementar que consiste en hacer un pequeño canal alrededor de la boca de la botella y que, de ser llevada a la práctica por los fabricantes de botellas para vino, evitaría tener que recurrir a todos los accesorios anteriores.

Y visto esto, queridos míos, ya no tenéis excusa para temer por el mantel ni aunque el vino sea un tinto de Barrantes.