El Gobierno ha extendido el mensaje según el cual España es y será la economía con mayor crecimiento de la Unión Europea en 2024 y 2025. Esta afirmación, lanzada a bombo y platillo por las terminales mediáticas del Movimiento se ha producido a raíz de las Previsiones Económicas de Primavera realizadas por la Comisión Europea (CE). El Gabinete social comunista no sólo manipula y oculta información sobre datos básicos de la economía nacional, sino en un alarde de osadía rayana en la obscenidad intenta hacer lo mismo con la ofrecida por las autoridades europeas.

De entrada es totalmente falso que el crecimiento del PIB español proyectado para 2024 y 2025 sea el mayor de la UE, un 2,1% este ejercicio y un 1,9 el siguiente. De acuerdo con el cuadro macro hecho público por la CE, crecerán por encima de España este año y el próximo Grecia, Croacia, Chipre, Malta, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Polonia y Rumania. Estos Estados anotarán tasas de incremento superiores a la española en los dos años de referencia y, si se calcula el promedio bianual, se unirán a ese grupo Bulgaria, Chequia y Dinamarca. Por tanto, el Gobierno falta a la verdad. Pero ahí no termina la historia.

Si se atiende al comportamiento de una variable que refleja con bastante nitidez el bienestar económico de la población, el PIB per cápita, los datos tampoco son alentadores. En España, conforme a las estimaciones de la CE, crecerá un 1,2% en 2024 y un 1,1% en 2025. En ambos años estarán por encima Grecia, Croacia, Chipre, Letonia, Lituania, Malta, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, Bulgaria, Hungría, Polonia. En la media del bienio, lo estará Chequia. No son datos para entonar cantos triunfales.

La brecha entre el nivel de vida de España respecto a la media de la UE y de la zona euro hace pensar en la existencia de un potencial de crecimiento más elevado que aquellas y, en consecuencia, que sea posible avanzar en la convergencia real. Pues bien, la CE fija aquel para España en el 1,9% en 2024 y en el 2,0% en 2025. Está por debajo del previsto para Croacia, Chipre, Letonia, Lituania, Malta, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, Bulgaria, Hungría, Polonia y Rumania. Otro dato para no enorgullecerse sino para preocuparse porque muestra una economía carente de vigor y de dinamismo.

La productividad es el factor determinante y explicativo de la capacidad de una economía de elevar el nivel de vida de la población en el horizonte del medio y del largo plazo. En su informe de Previsiones Económicas de Primavera, la CE avanza un crecimiento de ese indicador para España del 0,0% en 2024 y del 0,6% en 2025. Esto contrasta de manera clara con el proyectado para el conjunto de la eurozona 0,1 y 0,9% en cada uno de esos años y del 0,5 y el 1,2% en el promedio de la UE. De nuevo, estos datos sólo caben ser calificados de negativos y, por tanto, nada justifica la euforia gubernamental.

La intención del Gobierno es cansar a quienes critican su política levantando un frontón de irrealidad frente al que se estrellen los hechos

El dream team gubernamental esgrime como un éxito la desaceleración de la inflación registrada por la economía nacional. Sin embargo, la comparativa con la eurozona y con la UE tampoco avala ese entrañable entusiasmo. Las previsiones de la CE sitúan la inflación española, medida en términos interanuales, en el 3,2 y 2,3% en 2024 y 2025. Pues bien, la realizadas para la eurozona la colocan en el 2,7% y en el 2,0% para esos dos ejercicios y en la UE en el 3,0% y en el 2,0%. En suma, el diferencial inflacionista con relación a esas dos áreas se mantiene.

Y qué decir de la tasa de paro que tantas satisfacciones proporciona a Santa Yoli-Evita y a sus colegas… Haciendo abstracción y aceptando que el pulpo, los fijos-discontinuos, son “animal de compañía”, la CE prevé que el desempleo esté a finales de 2024 en el 11,6% y, de 2025, en el 11,1% versus el 6,1 y el 6,0% en la media de la UE y el 6,6%-6,5% en la de la zona euro.  Y, para terminar este cuadro idílico, el déficit estructural español estará en el 3,7% del PIB al cierre de este año y en el 3,3% en el siguiente versus el 2,7% en la UE-área euro.

Estas previsiones son oficiales, son públicas y están a disposición de quien quiera verlas en el portal de la CE. No son producto de la imaginación calenturienta de los enemigos “fascistas” del Gobierno y, en muchos casos, los agregados macro pecan de optimismo. Pero no hace falta entrar en eso. No merece la pena. El debate económico español, el combate entre la ficción y la realidad comienza a ser terriblemente aburrido y, probablemente, la intención del Gobierno es cansar a quienes critican su política levantando un frontón de irrealidad frente al que se estrellen los hechos.

La economía española se asienta sobre arenas movedizas y con bombas de relojería estructurales instaladas en su seno. Así lo señala el propio Banco de España en su último informe anual, recibido una vez más por el Gobierno como un reflejo de la fortaleza económica de España. Se vive un mundo de fantasía en el que, como en la vieja película de Disney, los magos alquimistas y los trovadores del Régimen despliegan sus artes con verdadera fruición.