María José Catalá, junto a vecinos de Valencia. EE

María José Catalá, junto a vecinos de Valencia. EE

La tribuna

Valencia despierta del letargo

13 mayo, 2024 06:00

Esta semana conocíamos los datos del paro del mes de abril y en Valencia han vuelto a descender las personas desempleadas en un 4,2%, lo que nos convierte en la segunda capital española donde más baja el desempleo.

Estas cifras no son casualidad, sino fruto de las políticas fiscales y económicas puestas en marcha por el gobierno de María José Catalá desde el minuto uno para que la ciudad despierte del letargo en el que ha permanecido estos últimos ocho años.

Porque en poco más de diez meses al frente de la ciudad hemos demostrado dos cosas: que el Partido Popular cumple sus compromisos con la ciudadanía y que es posible gestionar el dinero público de forma eficaz, impulsando inversiones y además bajando los impuestos.

Estos días he recibido muchos mensajes de familiares, amigos, incluso gente anónima que mostraba su sorpresa por la bajada del recibo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

Una reacción que, confieso, me ha llevado hacer otra reflexión, lo poco acostumbrados que están los ciudadanos de Valencia a que el alcalde anterior cumpliera sus compromisos, o lo que es peor, lejos de aliviar la presión fiscal a las familias, les pusiera la soga al cuello.

Así que a todo aquel que me ha escrito o parado por la calle, les he dicho lo mismo: es un compromiso de la alcaldesa María José Catalá y, como tal, se ha cumplido. Es más, hemos puesto en marcha la mayor reducción de impuestos en toda España, generando un ahorro significativo de 70 millones de euros para todos los valencianos y valencianas.

Las reducciones

Porque además de la bajada del IBI, de la tasa de alcantarillado, y el de la circulación de vehículos, hemos devuelto de oficio el IAE cobrado injustamente a comercios, hosteleros y pymes durante la pandemia.

Bonificamos al 95% la plusvalía en el caso de herencias entre familiares directos y para la transmisión inter vivos de inmuebles afectos a actividades económicas entre familiares para garantizar la continuidad de los negocios familiares y que se suma a la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones impulsado por el Gobierno de Carlos Mazón.

Todo este ahorro fiscal supone un alivio para los bolsillos de todos los ciudadanos, sin excepción que al final también contribuye a dinamizar la economía y en definitiva crear empleo.

Una política fiscal que se suma al plan de choque para desatascar las más de 22.000 licencias que encontramos en los cajones o el rescate de proyectos de licencias paralizados y que han supuesto más de 240 millones de inversión para la ciudad.

Tres palabras me bastan para resumir, grosso modo, el ADN de las políticas económicas del equipo de gobierno: seguridad, confianza y agilidad. Y me explico: más seguridad jurídica para quienes ponen sus ojos en nuestra ciudad para abrir un negocio; confianza en la administración que no les dice hoy una cosa y mañana otra; y agilidad en la tramitación administrativa, un emprendedor, un inversor no puede esperar más de 1.000 días para lograr una licencia de actividad. Es vergonzoso, pero es lo que ha estado pasando durante estos ocho años en Valencia.

Afortunadamente, todo eso forma parte del pasado, porque estamos cambiando la forma de gobernar, rompiendo los falsos mitos como que solo la izquierda baja los impuestos cuando gobierna. Por desgracia, en Valencia ha sido al revés: con los gobiernos de Joan Ribó una familia pagaba 440 euros más al año en impuestos y tasas.

Una nueva forma de gobernar que también pasa por tender la mano al tejido empresarial de la ciudad, muchas veces ninguneado, y hasta me atrevería a decir que menospreciado. La colaboración público-privada es una pieza más del engranaje de la administración para hacer un proyecto de ciudad, capaz de atraer nuevas empresas, pero también que crezcan las que ya están instaladas aquí, reteniendo el talento; en definitiva, creando empleo.

Valencia ha despertado, y esto es solo el principio. Estamos ante una ciudad y un proyecto de ciudad liderado por la alcaldesa María José Catalá que ha puesto velocidad de crucero y que va a ser imparable.

Juan Carlos Caballero es concejal del PP y portavoz del Gobierno en el Ayuntamiento de Valencia

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