El presidente del Gobierno sabía que podía marcar la agenda del día o de la semana. Habia convocado a la prensa a su inauguración de la segunda edición de Wake Up, Spain! Y así lo hizo. Porque los presidentes, si algo pueden, es manejar la sorpresa. Le había precedido Pedro J delimitando las reglas del terreno de juego del 'Davos' español. Este foro no es de discusión ni de debate, es "una llamada a la acción", marcó línea el presidente y director de EL ESPAÑOL. No sin contextualizar este momento entre la imantación de problemas externos que se adhieren cual lapas a nuestra economía.

Pedro Sánchez repasó también los malos momentos que le han tocado: "Este Gobierno sirve para subir y bajar cuestas". Y optó por meter una aceleración para esa llamada a la acción. Sánchez activó la palanca: Habrá un nuevo Perte para la fabricación de microchips y semiconductores con 11.000 millones de inversión, anunció el presidente. Y se llevó a su terreno unos cuantos debates que venían después. 

Los agentes sociales elogiaron el anuncio, pero se centraron lógicamente más en los problemas que se han ido haciendo bola en las últimas semanas. Pidieron paz social y acuerdos entre los dos grandes partidos para recibir a Feijóo. Y miraron con preocupación, y no sin discrepancia, el disparo de la inflación. Porque la cláusula de revisión salarial es irrenunciable, tanto para Unai Sordo (CCOO) como para Pepe Álvarez (UGT). Antonio Garamendi (CEOE) esquivó la confrontación de la pinza sindical que se veía venir y puso el dedo en aprovechar los miles de millones que van a formación a las autonomías.

Pero la preocupación planeó durante la jornada. El presidente de EY, Federico Linares, reclamó medidas relacionadas con la oferta, porque estamos ante un "shock de oferta". Luis Furnells de Oesía, fue valiente. Se atrevió a pedir inversión en la industria de defensa y que sea sostenible en el tiempo, no un oportunismo. Porque genera empleo de calidad, vertebra el territorio y exporta. Una vía de esperanza a todo parece este año, más incluso que el pasado, la digitalización. "Hay que diferenciarse con la tecnología", apuntaba Alberto Granados, presidente de Microsoft. Sí, Cristina Garmendia por supuesto que lo apoyó. Pero añadía con datos en la mano: "La innovación genera desigualdad y polarización". Lo sostenía con un reciente estudio de la fundación tecnológica que preside, Cotec.

Las tecno, repatriando chips

¿Qué van a decir las grandes tecnológicas del Perte de los microchips? Aplaudieron con insisitencia. Douglas Vaz Benítez no tuvo reparos para reconocer por qué. Qualcomm, la compañía que dirige en España, es el mayor comprador de chips. Aunque entre bambalinas reconocían que si le queda algún hueco a España en ese mercado es, como mucho, en el diseño, no en la fabricación, que eso es cosa de alemanes y franceses.Y añadían que se ha ido mucho talento al exterior en los últimos años. Quizás sea una oportunidad.

Aunque no todo son océanos azules. Andreu Vilamitjana, el director general de Cisco, advertía que hay que abogar por un internet que consuma menos energía. Sergi Biosca, NTT Data, abanderó una queja de todos, la ausencia de talento en el mercado para contratar. Y César Romera de la novedosa Kyndryl, pide un plan claro de a dónde vamos, partiendo de la realidad que vivimos. María Antonia Rodríguez, sales director de Dell Technologies levantó la mano por las pymes: que tengan el mismo nivel de acceso porque cuentan con la ventaja de ser ágiles.

Claro que en una mañana tecnológica, no podía faltar el metaverso. Esperado era en boca de Javier Oliván desde Facebook, porque abanderan el impulso a la nueva dimensión y lo ven como un gran negocio. Accenture lo secundó. Su presidente Domingo Mirón, pese a recordar que no es nada nuevo, sino una combinación de tecnologías, también apeló a las empresas a posicionarlo en el centro de su estrategia. Incluso lanzó la gorra por la futurible computación cuántica.

Pero hay actores que se ven en terreno complejo, como HuaweiTherese Jamaa, su vicepresidenta, quiere más competencia en 5G y más compromiso en el despliegue. Es un gigante en un terreno dominado por otros y estos foros sirven entre otras cosas para reivindicarse. Pero ante la competencia hay todo tipo de soluciones. Me gustó la frescura con la que el presidente de Tendam, Jaume Miquel, explicó que ellos será canal para otras marcas, hasta 100. Porque su activo son los clientes.

Pero miren, a la hora de clasificar a sus clientes cada uno los elogia como quiere. Román Campa, CEO de Adevinta, un pool de empresas de venta de segunda mano cree que más que por precio, consumen sus productos por responsabilidad social porque ahorra CO2. Hasta 1,2 millones al año. No sé, permítanme que dude, creo que piensan más en otros ahorros... Y con toda legitimidad.

A los grandes a veces les gusta evadirse de lo cotidiano y hacer exposiciones públicas que puedan llegar más al ciudadano. Será por eso o no, pero a José María Álvarez-Pallete le dio por conversar con el cocinero José Andrés, que estaba en Kiev. Además de lamentarse de lo dura que es la situación para Ucrania, pudieron enlazar a Telefónica y la ONG del activista internacional a través de la tecnología, una vía para ayudar más a los necesitados.

La mañana se cerró con flases. Los que recogió el "hombre de moda de la polítca", como lo presentó el adjunto al director Fernando Garea. Era Elías Bendodo, que aunque venía como consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, todos le veían como nuevo coordinador general del PP de Feijóo. Consciente de los ojos que le miraban, destacó justo tres hitos de su Gobierno que cuadran con las directrices marcadas por su nuevo presidente: reducción de la burocracia, pacto con todos y reducción de impuestos. Logros y objetivos en un mismo plato, para evitar dobles sentidos.

Tarde de chispas

La vicepresidenta Teresa Ribera no dudó en clasificar de "terremoto" el problema del gas. Y dijo que estamos bien posicionados para salir del bache, pero no cuándo. Si Sánchez había protagonizado por la mañana la mano que da, la responsable de Transisición Ecológica, lucía la mano que aprieta. Y las eléctricas fueron soltando sus chispas durante toda la tarde. 

Para Bogas (Endesa), todo lo que sea intervenir va a generar distorsiones. "A mí me gustaría preguntarme: ¿Si esto que vamos a hacer en España es tan bueno, por qué no lo han hecho otros países europeos?" Para Redexis (Fidel López), al Gobierno le falta amibición en su plan. A Reynés (Naturgy) le inquieta la relación con Argelia y pidió una política comunitaria común. 

Josu Jon Imaz barrió para casa, el CEO de Repsol reivindió el petróleo para coches y para décadas. El cajón de las quejas del sector fue sumando y sumando. Las comercializadoras respiraron por la boca de Javier Sáenz de Jubera, presidente de TotalEnergies, cada día hay menos y el mercado es menos competitivo, las pequeñas desaparecen.

Además de quejas, había advertencias. Loreto Ordóñez (Engie) blandía la bandera de la deslocalización ante el precio del gas topado por el Gobierno: "no podemos es encontrarnos en una situación donde se desincentive de alguna manera invertir en España versus otros países".

Ignacio Herrero, de China Three Gorges, bailaba en el difícil columpio de la geopolítica internacional sin saber si China es carne o pescado en la guerra. Resolvió bien la papeleta, su matriz es el propio Gobierno chino, así que pidió "más Europa".

Para Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa, España y África están en el centro de oportunidades del prometedor hidrógeno verde. Y auguró que las estaciones de servicios "van a ser lugares donde poder comprar cualquier tipo de energía que necesiten: gasolina, electricidad, hidrógeno... Tendremos todas las soluciones necesarias a su disposición".

Cani Fernández, presidenta de la organismo regulador, la CNMC, pidió arrimar el hombro a todos para la interconexión. Y antepuso estar al lado de la democracia por encima de las complejas situaciones económicas que genera.

En fin, que la economía y la digitalización va por barrios. Que la mañana de la inauguración de este segundo Wake Up fue fría, pero con sol. Y el atardecer, como todos los ocasos. Lo marcó el complejo mundo de la energía, donde la gestión no debe ser fácil, la intervención no gusta, pero sufrir como consumidor, es mucho peor.