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Ya es oficial. La guía Lonely Planet ha declarado que el condado de Tipperary, en el corazón de Irlanda, es uno de los 25 mejores destinos para 2026. Así que, lo más probable, es que el valle dorado se convierta en el lugar del próximo año.

Este condado irlandés se ha convertido, según describe la propia guía, en un destino donde los visitantes pueden disfrutar de lo mejor de la cultura y la gastronomía irlandesa. Y es que el jurado habría elegido Tipperary por sus impresionantes paisajes, su "floreciente" escena gastronómica y, sobre todo, por sus icónicos sitios patrimoniales.

Asimismo, desde Lonely Planet destacan la Roca de Cashel como un lugar de visita obligada y algunas de las experiencias culinarias del condado, desde pubs tradicionales y pintorescos, como Larkin’s, hasta los productos de la granja a la mesa y la excelencia que ofrece del estrella Michelin The Bishop’s Buttery.

Desde Turismo de Irlanda aseguran que este condado está "bien comunicado por carretera y tren desde tres aeropuertos diferentes". En concreto, estaría a una hora en coche de Shannon, a poco más de una hora del de Cork y a poco menos de dos horas y media del de Dublín.

Pero ¿cuáles son esas joyas escondidas (y poco conocidas) que han hecho que Lonely Planet lo haya tenido tan claro? Sus edificaciones medievales o su combinación de historia, cultura, gastronomía y actividades en la naturaleza podrían tener la culpa.

Mil años de historia

La Roca de Cashel es una de las principales atracciones de Tipperary: un conjunto de ruinas medievales que se eleva por encima de los campos verdes del condado y cuya silueta es uno de los símbolos de Irlanda.

Con más de mil años de historia, el lugar es mágico. Desde su primera construcción hace un milenio, se han ido sucediendo diferentes edificaciones hasta convertirse en el complejo de estructuras que puede verse hoy en día.

En el centro, se sitúa la catedral, construida en el siglo XIII. La sala del coro de los vicarios, en cambio, data del siglo XV. Destaca sobre el resto de elementos su torre circular, construida en el año 1100, que se eleva 28 metros por encima del suelo.

La Roca de Cashel, en el condado de Tipperary. Thomas Bresenhuber | Shutterstock Cedida por Turismo de Irlanda

Como colofón, el complejo medieval conserva restos del pasado vikingo de Irlanda. Y tal vez sea ahí, precisamente, donde resida el encanto de este lugar.

Además, la Roca de Cashel está estrechamente relacionada con el patrón de Irlanda, San Patricio. Se dice que fue precisamente en este lugar donde convirtió al rey Aengus al cristianismo.

Y cuenta la leyenda que, durante el bautismo, San Patricio apoyó involuntariamente su puntiagudo báculo en el pie del rey, bajo el agua, y le hizo sangre. A punto estuvo de convertirse en toda una riña diplomática, pero, por suerte, Aengus creyó que aquello formaba parte de la ceremonia y la anécdota pasó a ser más leyenda que historia.

La Irlanda de los castillos

Dos castillos clave del país se encuentran en este condado: el de Cahir y el de Roscrea, dos de las principales atracciones para los apasionados de los cuentos de hadas.

Para llegar al castillo de Cahir, construido en el siglo XIII, hay que atreverse a hacer un poco de trekking: subir por su camino empedrado da una buena idea de por qué un día fue una fortaleza inexpugnable.

Kayak en el condado de Tipperary. Cedida Turismo de Irlanda

Por su parte, el castillo de Roscrea, que data de la misma época que el anterior, se esconde entre jardines y su Damer House, una galería ejemplo de arquitectura prepalladina.

Queso azul de Cashel

Además de sus monumentos, Lonely Planet ha incluido en su guía el condado de Tipperary por su "próspera escena gastronómica". Pubs tradicionales, mercados de agricultores y restaurantes de todo tipo celebran los productos locales, como el queso azul de Cashel.

El conocido como Cashel Blue nació en 1987 de la mano de la familia Grubb y, desde entonces, su popularidad no ha hecho más que aumentar. Cremoso, picante y con un sabor a nuez, se puede encontrar en los locales del condado untado en pan crujiente o acompañado de frutas frescas.

Asimismo, las manzanas forman parte de la gastronomía local y, como no podría ser de otra manera, también la sidra: en Clonmel se fabrica desde 1935 y ya tiene fama mundial. En Irlanda se la conoce como Bulmers, aunque en el resto del planeta se comercializa como Magners.

Corazón de 'hurling'

Tipperary no sólo es conocido por sus paisajes de postal o su comida. Sus tradiciones ecuestres son cada vez más famosas a nivel mundial.

Un partido de 'hurling'. iStock

Asimismo, su deporte estrella, de origen celta, el hurling, es considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Esta curiosa competición consiste en que los jugadores utilicen un palo de madera llamado hurley para golpear una pelota pequeña llamada sliotar.