En bici de Arganda del Rey a Ambite: cicloturismo con alma, historia y sabor

Existen muchas maneras de descubrir un destino, y cada vez más personas deciden hacerlo en bici. Este medio de transporte nos permitirá recorrer el bullicio de la ciudad, pero también el Madrid más rural, inesperado y perfectamente diseñado para ser descubierto sobre dos ruedas.

En esta ocasión nos iremos hasta la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña, una región de gran diversidad paisajística y cultural. Aquí, la fértil vega del Tajo, con sus cultivos de frutales y hortalizas, da paso a los terrenos de la Alcarria Madrileña, más elevados, ondulados y teñidos de lavanda y cereal, especialmente en verano.

Una de las mejores formas de recorrer estas tierras es a través de la Vía Verde del Tajuña, pues este antiguo trazado ferroviario cuenta con casi 49 kilómetros de longitud entre las localidades de Arganda del Rey y Ambite que nos permitirán explorar paisajes y monumentos históricos que se remontan a siglos atrás.

A nivel cicloturista, esta comarca destaca por ser “una gran planicie. Estamos hablando de muchísimos kilómetros donde no tenemos casi cuestas, podemos hacer muchas horas de ciclismo deportivo o ir con la familia porque es muy tranquilo”, destaca Jaime Novo, gerente de CiclaMadrid, una asociación ciclista promovida por la Comunidad de Madrid para impulsar el cicloturismo en la región.

“Me atrevería a decir”, añade Novo, que “estamos ante una zona algo desconocida. Pero tenemos localidades repletas de patrimonio cultural, gastronómico, bodegas… Y con la bici podemos atravesar viñedos, olivares y pueblos casi de ensueño”. A cada giro de la rueda, la panorámica cambia: túneles ferroviarios, campos abiertos, pequeñas ermitas, puentes y huertas esperan al visitante.

De antigua vía férrea a ruta cicloturista

El trazado actual de la Vía Verde fue, no hace tanto, una vía de tren. Y hoy es una de las rutas favoritas de quienes buscan combinar el turismo con el deporte y la naturaleza sin salir de la Comunidad de Madrid. El recorrido, además, destaca por su accesibilidad para cualquier nivel y cuenta con numerosos tramos llanos, sombras y áreas de descanso.

El punto de partida comienza en Arganda del Rey, hasta donde podemos llegar incluso en Metro (línea 9). Desde allí, solo tienes que dejarte llevar, aunque no sin antes visitar el Museo del Tren de Arganda, que está situado en la propia estación de tren de la localidad. La ruta atraviesa municipios como Morata de Tajuña, Perales, Tielmes, Carabaña, Orusco y Ambite, pequeñas joyas rurales donde la buena mesa también es parte del camino.

La siguiente parada es Morata de Tajuña, un encantador pueblo a orillas del río Tajuña, pero sobre todo famoso por sus palmeritas de chocolate. Probarlas es parada casi obligatoria, como también debería serlo la visita a su Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción o el Museo de la Guerra Civil, ubicado en un antiguo búnker.

Desde Morata de Tajuña llegaremos a Perales de Tajuña, donde podemos encontrar varios puntos que nos acercarán un poco más a la historia y carácter de la región, como la Ermita de San Sebastián o los restos del torreón de la Fortaleza del Arzobispo de Toledo, construido en el siglo XII en lo que es ahora el núcleo urbano del municipio.

Si continuamos la Vía Verde nos llevará hasta Tielmes, donde llegaremos a la Ermita de los Santos Niños. Desde esta zona de descanso se pueden contemplar unas hermosas vistas panorámicas del valle del Tajuña y del Risco de los Mártires.

El itinerario continúa hacia Carabaña, conocido por sus aguas medicinales. Podemos visitar aquí el Centro de Interpretación del Agua de Carabaña, un espacio dedicado a la historia y las propiedades de este agua, famosa por sus efectos beneficiosos para la salud.

La vía llega en su próxima etapa a Orusco de Tajuña a través de un pintoresco puente de tres ojos del antiguo ferrocarril de Tajuña, siendo este punto uno de los más señalados del patrimonio industrial de la región.

El viaje termina en Ambite, un entorno natural perfecto para comer, descansar e indagar un poco en la historia del municipio con la visita a su histórico palacio y jardines del siglo XVII. El ritmo lo marca el viajero, ya sea para hacer una etapa corta o el itinerario completo en uno o varios días, pues la ruta está perfectamente equipada para recibir a los cicloturistas en sus alojamientos y restaurantes.

Pero más allá de la comodidad y accesibilidad que ofrecen las Vías Verdes, lo que hace especial esta experiencia es que te permitirá descubrir la Comunidad de Madrid desde otra perspectiva. El turismo en bici es sostenible, pausado y conecta al viajero con el territorio que atraviesa.