La Comunidad de Madrid está llena de contrastes, de sorpresas inesperadas, de lugares con encanto y de experiencias sorprendentes. Pura pasión en un territorio que se pedalea, se camina o incluso se saborea, por qué no. Porque uno de los pilares que transmiten ese otro Madrid que no te esperas se sustenta en la mesa, con una excelente oferta gastronómica, pero también en la calidad de sus productos de kilómetro cero y, sobre todo, en la tradición. Un maridaje casi literal entre buenos alimentos, historia y patrimonio que alcanza su máxima expresión en la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña.
Esta zona de la Comunidad de Madrid contempla desde la distancia las cumbres de las sierras madrileñas y la propia capital. Pero no por ello deja de ofrecer atractivos de muy diversa índole. En lo geográfico, su paisaje es poesía modelada por los caprichos fluviales, ya que hasta tres ríos atraviesan la región: el Tajo, el Tajuña y el Jarama. Actores imprescindibles para entender una comarca que ha articulado su historia y su economía en torno a ellos, con una sólida agricultura que nos ha dejado un legado de arquitectura civil, religiosa, e incluso militar, que hoy justifica la visita a sus pueblos, algunos ubicados sin complejos entre los más bellos de España.
Y es que cuatro de las once Villas de Madrid reconocidas oficialmente por su valor patrimonial y autenticidad rural —Chinchón, Villarejo de Salvanés, Colmenar de Oreja y Nuevo Baztán— se emplazan en la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña. Son cuatro pueblos cuyo patrimonio trasciende, pero no son los únicos que tienen algo que ofrecer. Los argumentos se multiplican en los municipios vecinos: cultura, naturaleza y toda una oferta de actividades para ir... y repetir.


La conquista del paladar
La buena mesa es una tarjeta de presentación obvia en la zona, suficiente para justificar una visita. O, al menos, complementarla, si entendemos este turismo gastronómico como la puerta de entrada a lugares que parecen de otro tiempo. Soraya Belinchón, técnico de Desarrollo Turístico del Centro de Innovación Turística en la Comarca de Las Vegas & Alcarria Madrileña, ha sido partícipe del crecimiento de la comarca en cuanto a visibilidad durante los últimos años. Aflorar a los ojos de todo este secreto a voces que es la región puede resultar algo sencillo, pero dado el relativo desconocimiento que existe sobre la zona, una de las líneas que ha seguido la entidad es promocionar los productos locales y los platos más típicos.
Conquistar el paladar es una de las maneras más agradables de acercarnos a estos lugares. Y por eso, con esta idea, durante el pasado mes de junio se han impulsado estos alimentos de kilómetro cero con la primera edición de ‘Saborea Las Vegas & Alcarria Madrileña’. La iniciativa itinerante incluyó la presencia de un GastroShowBus en el que se celebraron catas de estos productos -dulces, tapas o degustación de vinos de la zona- y colaboraciones con restaurantes y establecimientos que trabajan con estos productos de forma habitual.
Todo ello para poner en valor el producto autóctono y esta conexión directa con la tierra que da identidad a la zona y que se manifiesta en algunos de los alimentos más recurridos que nutren la buena mesa madrileña: “Se trata de posicionarnos como un destino con una gastronomía única y de proximidad, con productos saludables, positivos y con muchísima variedad”, explica Belinchón. “Tenemos desde huerta, frutas, aceite… la mayor parte de las almazaras con Denominación de Origen Aceite de Madrid se encuentran aquí y algunas son visitables. También el enoturismo, porque hay viñedos por toda la comarca, la dulcería tradicional, etc.”


Chinchón, un “must”
Esta gastronomía única complementa el gran valor de la región en cuanto a patrimonio histórico y artístico. Como principales representantes de este valioso acervo sobresalen estas cuatro villas que acoge el sureste de la Comunidad de Madrid. Chinchón es, tal vez, la más conocida, visitada y fotografiada como “cabeza de comarca”, remarca Soraya Belinchón, “un must”. Su plaza mayor es uno de los iconos de toda la región, un lugar que realza la arquitectura tradicional de los edificios que la delimitan, con esas emblemáticas balconadas de madera y los pilares que las sustentan. Además, su amplitud la convierte en el epicentro de todo tipo de eventos culturales y artísticos, desde corridas de toros a la representación de la Pasión de Cristo, que atrae a miles de visitantes cada Semana Santa.
Pero la localidad tiene otros lugares igualmente significativos, como la torre del Reloj o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, por ejemplo, que acoge incluso una pintura de Goya. El castillo de los condes de Chinchón que reposa en las afueras es de titularidad privada, pero su entorno y las espectaculares fotografías que promete también hacen que merezca la pena el paseo.
Y para incidir en el carácter polifacético de la comarca, y más allá de su red de caminos para senderistas o para recorrer en bici, también proliferan las actividades y visitas de índole medioambiental, como la micología o incluso el puro deleite en la laguna de San Juan, considerada uno de los humedales más relevantes de la Comunidad de Madrid.


El peso de la historia
Estas tierras de ríos y huertas fértiles son un testimonio vivo de un pasado de pujanza. Villarejo de Salvanés da fe de aquellos tiempos en los que lo civil, lo religioso y lo militar formaban alianzas indisolubles en el gobierno de la comarca. Vestigios de aquel ayer salpican hoy la trama urbana de la villa, con la torre del Homenaje -auténtico rascacielos del pasado- como vigía del cambio de los tiempos. Esta sólida construcción es parte del castillo de la Orden de Santiago que defendía la zona.
Casi a sus pies se erige la Casa de la Tercia, sede de la Encomienda de Castilla que regía y administraba los tributos en la zona. Y que, junto a la iglesia de San Andrés Apóstol, forma parte de un Conjunto Histórico-Artístico que adquiere una nueva vida hoy en día a través del museo etnográfico que acoge y que luce, entre otras piezas, la maqueta militar más grande de Europa.
La Torre del Homenaje también esconde una de las sorpresas que tanto abundan en Villarejo: el museo de los Tercios, el único homenaje de nuestro país al que fue el primer ejército de carácter profesional y permanente. De aquellas y otras historias, reales y ficciones, versa otro de los emblemas de la villa: el museo del Cine, una entidad privada que posee una de las colecciones más completas de España referentes del séptimo arte.

Nuevo Baztán, la puerta de la comarca
La villa de Nuevo Baztán es el eslabón que une pasado y modernidad en la comarca de Las Vegas y la Alcarria Madrileña. Lo que actualmente es un pueblo con encanto responde a la visión innovadora de su fundador, el navarro Juan de Goyeneche. Esta figura impulsó todo un complejo industrial encaminado a revitalizar la inestable economía de la España del siglo XVIII mediante fábricas de todo tipo de productos. Hoy, ya sin aquellas funciones, sobreviven no pocos edificios que dan fe de la simbiosis entre arquitectura funcional y estilística de la época.
Además, es un trazado urbano plenamente contemporáneo cuyas construcciones trazan una cuadrícula donde proliferan las plazuelas y en la que sobresale con entidad propia el conjunto que conforman la iglesia de San Francisco Javier y el Palacio en el que vivió el propio Goyeneche. Ambas comparten la fachada y regalan al visitante la estampa más icónica de Nuevo Baztán.


Arte y magia: Colmenar de Oreja
Colmenar de Oreja, por su parte, responde perfectamente a este catálogo de lugares cuyos argumentos no son tan evidentes. Una forma de gamificar, en cierta manera, una visita que no dejará indiferente a nadie. Y es que, quien contemple la localidad desde la distancia no percibirá los motivos: sí, observará un bonito lugar emplazado en lo alto de una pequeña colina que hipnotiza desde la distancia. Pero algunos paseos desde su mismo centro permiten recorrerlo por su perímetro y empezar a percibir el ‘truco’. La magia se hace al entender cómo la plaza mayor del pueblo se asienta sobre un conjunto de puentes que salvan el curso natural del arroyo de Zacatín. Una magna obra de ingeniería que remite ineludiblemente a esas cosas que definen el Madrid que no te esperas.
En el capítulo de las sorpresas, Colmenar también presume de uno de los museos más espectaculares de la Comunidad de Madrid, el dedicado a uno de sus hijos más ilustres, el artista Ulpiano Checa (1860-1916). Buena parte de su producción reposa en un edificio inmenso, a la altura de la calidad, tamaño y expresividad de los temas que retrata y que nutren esta imprescindible pinacoteca.


Conexión entre tierra y artesanía
Más allá de los tesoros de las villas, la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña hace gala también de un extenso catálogo de festividades y museos etnográficos que remarcan el carácter agro y tradicional de la región. Es una suerte de homenaje a los “oficios tradicionales”, como destaca Soraya Belinchón que pone de relieve “esa conexión entre tierra y artesanía con oficios que hay que mantener y preservar”.
Campo Real, por ejemplo, es una de estas localidades rebosantes de actividad que subrayan este carácter, como destaca su alcalde, Francisco Leal: “Somos la despensa de Madrid, ya que comercios y gente de todos los rincones vienen a comprar nuestras aceitunas, queso, aceite, dulces, miel o vinos de muy buena calidad”. Y no solo eso, ya que en este punto también se encuentra uno de esos museos que trasladan la tradición de la comarca a través de la Alfarería.
Este punto es un representante de un catálogo que, en toda la comarca, explora todo tipo de temas, como la arqueología que da lustre al yacimiento de Titulcia, el Museo Casa Cueva de Tielmes, el Museo Etnográfico La Posada en Chinchón o el Museo de la Molinería en Morata de Tajuña donde, además de la visita, también se puede disfrutar de sus palmeritas, un broche de oro dulce a una de las zonas más sorprendentes y exquisitas de la Comunidad de Madrid.
Para quienes disfrutan del turismo activo y la naturaleza, la Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña ofrece rutas excepcionales como la Vía Verde del Tajuña, un antiguo trazado ferroviario acondicionado para ciclistas y senderistas que conecta localidades llenas de encanto y patrimonio. Asimismo, la Senda Ecológica del Tajo permite adentrarse en paisajes fluviales únicos, ideales para la observación de flora y fauna autóctona. Además, la comarca cuenta con miradores naturales destacados como Peña Rondán, el Mirador de la Vereda del Cristo y el conocido “banco más bonito del mundo” en Tielmes, que regalan vistas panorámicas inolvidables y momentos de contemplación en plena naturaleza.
La Comarca de Las Vegas y Alcarria Madrileña invita a descubrir un Madrid diferente, donde la historia, la naturaleza y la autenticidad rural se entrelazan en cada rincón. Sus villas históricas, la riqueza de sus tradiciones, la excelencia de sus productos locales y la hospitalidad de sus gentes convierten cada visita en una experiencia única y memorable. Ya sea recorriendo sus senderos, saboreando su gastronomía de kilómetro cero o explorando su valioso patrimonio, el viajero encuentra aquí un destino que sorprende y enamora, reafirmando que el Madrid que no te esperas está más cerca de lo que imaginas.