Punto de Transferencia en Picassent. EE

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Reconstruir Valencia

Así avanza la retirada de toneladas de residuos en la zona cero de la dana: el 75% de las campas ya están vacías

El 40% de las 800.000 toneladas de residuo acumulado se ha podido reciclar, dado que gran parte era lodo que se ha empleado como abono.

Más información: Coches, enseres y lodo se acumulan en Valencia: ¿pueden gestionarse los residuos de la DANA de forma sostenible?

Valencia
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La Generalitat Valenciana, y en particular la Conselleria de Medio Ambiente e Infraestructuras que dirige Vicente Martínez Mus, trabaja estos días en vaciar la última campa de las cuatro que empleó para depositar parte de los residuos que dejó la dana del pasado 29 de octubre.

La riada generó a su paso más de 800.000 toneladas de basura (sin contar vehículos). Una cuantía que representa el 10% de lo que genera España a lo largo del año y que multiplica por cuatro la media anual que suele producir la Comunitat Valenciana, 180.000.

Las cifras ponen de manifiesto la magnitud de la catástrofe, que obligó al Gobierno valenciano a poner en marcha un plan de choque para su retirada: se autorizaron los contratos más elevados como consecuencia de la riada (179 millones de euros) y se ha evacuado al día cerca de 15.000 toneladas de residuos.

La logística no ha sido fácil. "Lo primero era despejar las calles, que la gente pudiera salir de casa y los servicios de emergencias acceder a cualquier vía de los municipios", explican desde este departamento.

Así, de forma transitoria, los residuos se trasladaron a los llamados Puntos de Acopio Local, espacios 'improvisados' que se crearon a raíz de las inundaciones. Más tarde, la basura se trasladaría a los cuatro Puntos de Transferencia, donde serían tratados para minimizar el impacto ambiental.

Algemesí, Picassent, Catarroja y Quart-Manises fueron los municipios donde se ubicaron. Y allí los residuos han pasado por toda clase de tratamientos: trituración, separación de metales, colchones, almohadas y miles de camas que arrastraron las aguas por el curso del Magro y el barranco del Poyo.

Nueve meses después, tres de estos cuatro Puntos de Transferencia ya han sido clausurados. Tan solo Quart-Manises continúa operando, aunque la Generalitat confía en que pueda cerrarse en cuestión de dos semanas.

En ellos, el 40% de los residuos ha podido reciclarse. No en vano, gran parte de lo arrastrado por las inundaciones fue lodo que se ha recuperado como abono, tierra y materia prima para la construcción. El resto, ya se encuentran distribuidos en vertederos de Valencia, Alicante y Murcia.

Tratamiento del lodo

Durante días el barro lo impregnó todo. Los voluntarios que llegaban de toda España trataban de retirar de los viales el fango y lo arrastraban al alcantarillado, lo que provocó a su vez el colapso de la red de saneamiento de los municipios afectados.

La Generalitat decidió trasladarlo a cuatro balsas habilitadas por la propia administración en Manises, Quart y Picassent. Las contratas, crearon una especie de lagunas de grandes dimensiones con unas láminas de polietileno de alta densidad para evitar fugas, y ahí depositaron el fango.

En suma, un total de 50.000 metros cúbicos; 20.000 en Manises-Quart y otros 30.000 en Picassent. El espacio se dividió en distintas secciones para almacenar este residuo en función de si contenía "agua, tierra, materia orgánica u otros materiales".

Imágenes de la retirada de toneladas de residuos en la zona cero de la dana: el 75% de las campas ya están vacías

A medio plazo, la idea era que conforme se fuera solidificando, se pudiera aprovechar como materia prima para la construcción tras confirmar que no estaba contaminada. Casi nueve meses después, este residuo ya es apto y podrá emplearse para otros fines.

El "contrato escoba"

Ahora bien, a pesar de que la Generalitat está a punto de clausurar la última campa que utilizó para acumular residuos, lo cierto es que la Conselleria de Medio Ambiente ha tenido que autorizar un último contrato, al que denominan "escoba", porque algunas de las que ya se habían clausurado se ha vuelto a llenar.

Esto se debe a que la gente se acostumbró a utilizar las campas como vertedero improvisado, depositando en ellas todo tipo de objetos. Y, ahora, el Gobierno valenciano ha tenido que firmar un último contrato para retirar todos los escombros que han aparecido en puntos ya clausurados con el fin de darles el tratamiento ordinario.