Alejandro Vañó (COO), Ignacio Mañero (CEO) y Francisco Serrano (I+D Manager). EE

Alejandro Vañó (COO), Ignacio Mañero (CEO) y Francisco Serrano (I+D Manager). EE

Valencia

Ignacio, el fabricante de sillas de ruedas financiado por Juan Roig que ha logrado un 'Óscar del diseño': factura 20 millones

Con su nuevo producto KMINA PRO, la empresa valenciana que opera en 30 países goza ya de reconocimiento internacional.

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"Creemos que este lanzamiento marca un antes y un después en cómo las personas perciben y utilizan una silla de ruedas". Para Ignacio Mañero, CEO y cofundador de KMINA, su nuevo producto es un hito que permitirá revolucionar la manera en la que la sociedad valora las sillas de ruedas.

La creación de esta empresa valenciana que opera en más de 30 países de todo el mundo se ha alzado con el 'Óscar del diseño' gracias al galardón Red Dot Award 2025, lo que afianza a KMINA en un sector dominado por firmas internacionales y supone un "hito enorme" para la empresa.

"Han sido años de desarrollo, de prototipos y de decisiones difíciles a nivel técnico y de coste. Que el esfuerzo se vea reflejado en un premio de este nivel es gasolina pura para el equipo", celebra el CEO de la empresa valenciana.

Bajo la premisa de mejorar la vida de las personas, Ignacio comenzó su andadura con KMINA en el año 2016 con la creación de la start-up y con un equipo de tan solo tres miembros y con la financiación de Juan Roig.

Casi diez años después de su fundación, la compañía ya cuenta con un "equipo multidisciplinar" de más de 35 profesionales especializados y tiene una facturación acumulada superior a 20 millones de euros.

Pero para los tres socios, Ignacio, Alejandro Vañó y Jaime Usabiaga, los resultados y los números no son el 'éxito'. "Para nosotros el 'éxito' no es solo un número de facturación, sino ver una silla o un andador nuestro por la calle y que la persona que lo usa vaya tranquila, cómoda y, sobre todo, orgullosa", asegura Mañero a EL ESPAÑOL.

'Inspiramos a las personas a vivir sin límites' es el lema que siguen en KMINA. "Cada producto nuevo nos lo preguntamos: ¿esto realmente le facilita la vida a alguien? Para ello hay que escuchar mucho, testar mucho y obsesionarse con el detalle. Desde el principio hemos intentado juntar tres cosas que no siempre van de la mano: diseño, ergonomía real e ingeniería", sostiene.

Con su nuevo producto, KMINA PRO, ya gozan de reconocimiento a nivel mundial, un proyecto que para Ignacio es "la suma de todo lo que hemos aprendido en estos años y reinventa la silla de ruedas desde la inclusión y el diseño".

Equipo de KMINA. EE

Equipo de KMINA. EE

Busca romper los estereotipos. "Lo primero que queremos es que la silla de ruedas deje de ser un símbolo de fragilidad y se convierta en un vehículo intuitivo, estético y desestigmatizar su uso", explica.

Pero, además, quiere llegar a mercados mundiales. "Esta silla va a ser una gran embajadora de la marca y ya estamos viendo interés de distribuidores de nuevos mercados, incluidos países asiáticos como Corea del Sur y mercados europeos muy sensibles al diseño como Francia o Alemania", detalla el CEO.

"Productos más humanos"

Pero el objetivo de KMINA siempre han sido las personas. "Nacimos con una sensación muy clara: el mundo de los productos sanitarios llevaba décadas sin moverse casi nada. Los fabricantes seguían vendiendo prácticamente lo mismo".

Ignacio data en 2017 el primer gran paso de la compañía cuando las Muletas KMINA PRO salieron al mercado. "Fueron una revolución en algo tan clásico como las muletas evitando el dolor en las manos", recuerda.

"Empezamos tres personas intentando mejorar una simple muleta y han sido los propios usuarios, con sus mensajes y su confianza, los que nos han empujado a construir todo lo demás hasta llegar a tener presencia en más de 30 países", explica Ignacio.

KMINA PRO. EE

KMINA PRO. EE

Ahora, el futuro de la empresa pasa por su nueva silla de ruedas. "A corto plazo, nuestro foco está en escalar bien la silla de ruedas KMINA PRO, seguir reforzando nuestro catálogo actual, mejorando productos y consolidar la cercanía con usuarios, ortopedias y farmacias".

Pero en un plazo de cinco a diez años, Ignacio cree que el sector se dividirá "entre productos muy básicos y soluciones de alto valor añadido".

Ahí donde KMINA quiere estar en la vanguardia y no solo en sillas de ruedas. Pero ambas estrategias van a convivir y nos vamos a adaptar para ser una de las marcas líderes de productos para personas mayores y personas dependientes en los próximos años", concluye.