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Las protectoras piden adopciones responsables y no llevar a los perros sueltos en Galicia

Algunas protectoras advierten de "un exceso de confianza" de los adoptantes y les piden que respeten el periodo de adaptación que necesitan los canes: "No sabemos el pasado que han tenido"
Varios de los perros de La Pradera Equidivia.
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Varios de los perros de La Pradera Equidivia.
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"Hay adopciones con muchísimo corazón y poca cabeza". Así de contundente se muestra Bea Heyder, responsable de La Pradera Equivida. Este refugio en el que viven 82 galgos y otras razas de perros se trasladó recientemente desde Malpica (A Coruña) hasta Ciudad Real.

"Los adoptantes quieren darles una buena vida, lo que no significa que no los traten bien, simplemente se equivocan en como hacerlo", explica Heyder. La responsable del refugio hace referencia a las ocasiones en las que los animales huyen por la calle sin collar o sin correa, acabando en muchas ocasiones atropellados. Y es que según explica Heyder, las personas que se llevan un can a casa lo hacen con un collar martingale, que se ajusta al cuello, y un arnés de tres puntas para facilitar su sujeción.

Dos perros con arnés (Cedida).

No perderlos de vista es fundamental. El pasado desconocido de estos canes y las experiencias que hayan vivido hasta llegar a la protectora son un misterio, por lo que deben ser tratados con especial mimo y cuidado. El periodo de adaptación, además, varía según el animal, pero suele ser mayor a un año y "hay perros que no llegan a adaptarse".

Sacarlos a pasear siempre atados

"No sabemos el pasado que ha tenido. No sabemos si la persona que lo tenía le pegaba o lo tenía mucho tiempo encerrado. Cuando los tenemos los refugios están en manada, son animales gregarios que no se van a ir porque están con su manada. De repente se van solos a un piso con una rutina distinta, y esta adaptación lleva un tiempo. Este tiempo es el que los adoptantes no son capaces de esperar", explica Heyder.

La responsable de La Pradera Equivida insiste en que es obligatorio llevar atados a los perros, algo de especial importancia en las ciudades, y que los dueños deben soltarlos solamente en lugares habilitados para ello. "Hay un exceso de confianza, porque pensamos que los perros actúan igual en casa que en la calle y no tiene nada que ver", explica la responsable de la protectora La Pradera Equivida.

Llevar atadas a las mascotas es necesario para evitar riesgos tanto para el propio animal como para los ciudadanos, ya que los perros pueden llegar a provocar accidentes si salen a la calzada. Heyder indica, además, que estos animales tampoco pueden estar sin correa en la playa, una situación que se produce de forma habitual en los arenales gallegos.

El instinto los lleva a intentar regresar a casa, pero no siempre saben como hacerlo. Por eso, destaca Heyder, es importante mantener una rutina que le ayude a encontrar el camino de vuelta si se extravía. Cada raza de perro, además, responde de forma diferente ante la llamada del dueño. Los galgos, por ejemplo, no son como un labrador o un pastor alemán: "No son perros de órdenes directas. Lo tienes que trabajar meses y meses hasta que el perro es capaz de no hacer caso a lo que él visualmente quiere seguir y hacerte caso a ti".

Control de los adoptantes

Las protectoras, que estudian realizar un escrito para informar sobre la situación, seleccionan minuciosamente a los futuros dueños de los perros rescatados. Una persona que quiera adoptar un can tiene que realizar un cuestionario en el que responde sobre diferentes aspectos, principalmente vinculados a la responsabilidad, a su día a día y al tiempo que podría dedicarle al animal, y se compromete a no tenerlos atados o en fincas.

Una imagen cedida por La Pradera Equivida.

"Requisitos económicos no hay. Hay gente que tiene mucho y es una desgracia para los animales y hay gente que tiene poquito y lo comparte todo con ellos. Sí que se tienen que hacer cargo de los gastos del perro", explica Heyder. Las protectoras, de hecho, hacen controles tras la adopción para certificar que efectivamente el can está bien tratado y ha encontrado, por fin, el hogar que tanto necesitaba.

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