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Islote Areoso, de yacimiento arqueológico a destino de moda en Galicia

Considerado como uno de los “Caribes gallegos”, el Islote Areoso se ha convertido en un pequeño paraíso para los amantes de las playas vírgenes. Pero ¿sabías que Areoso alberga algunos de los restos arqueológicos más importantes de Galicia?
Islote Areoso
Turismo de Galicia
Islote Areoso
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La pontevedresa Illa de Arousa es uno de los destinos más visitados de las Rías Baixas. Está unida a la península por un puente de 2 kilómetros de longitud inaugurado en 1985, es el ayuntamiento de más reciente creación de la comunidad y el único insular. Aunque se ubica en la ría más extensa de Galicia, la de Arousa, “la Illa” tiene sólo 7 kilómetros cuadrados en los que abundan playas de ensueño. Además cuenta con el Parque Natural de Carreirón, ideal para la observación ornitológica ya que está considerado como ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves). En la Illa de Arousa también se encuentran vestigios romanos, en concreto en Punta Cabalo, y se ha demostrado la presencia vikinga que dejó como herencia en toda Arousa las llamadas “dornas”, una embarcación tradicional vinculada al modo de vida en las islas.

 Illa de Arousa (Imagen: Pixabay)

El secreto mejor guardado (hasta ahora) de esta bella isla gallega es un conjunto de pequeños islotes llamados “Os Guidoiros” entre los que destaca el Islote Guidoiro Areoso. Conocido popularmente como Areoso, este islote de casi 9 hectáreas (600 metros de longitud y 20 de anchura) considerado zona natural protegida, está formado casi en su totalidad por cúmulos de arena blanca y fina. A simple vista parece una duna emergiendo del mar, en especial por su parte norte donde se aprecia una amplia lengua de arena por la que es reconocida la isla. 

Rodeada de arrecife, también dispone de zonas donde crece vegetación herbácea. El color turquesa de las aguas de Areoso, que poco tiene que envidiar a las del Caribe, deja maravillado a quien visita el islote por vez primera.

Islote Areoso (Imagen: Turismo Rías Baixas)

Pero pocos saben que en la cima de esta pequeña isla se conserva uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Galicia. Parece imposible que los túmulos de Areoso llegaran a un islote situado en medio de una ría pero lo cierto es que hace 3.000 años el nivel del mar estaba mucho más bajo que el actual, entre 5 y 7 metros menos, y la línea de costa se encontraba mucho más alejada. 

La explicación pudiera ser que el Islote Guidoiro Areoso formara parte entonces de una península unida al continente, lo que facilitó a sus primeros pobladores el traslado de las piedras para construir los dólmenes. Pero ¿quiénes fueron esos primeros pobladores? Lo que hoy se conserva en Areoso son restos funerarios megalíticos, pero los islotes no se usaron sólo como lugares de enterramiento o culto a la muerte, si no también como espacios donde habitaban pueblos prehistóricos de la Edad del Hierro, pero también del Neolítico -hace 6.000 años- y de la Edad del Bronce, hace 4.000 años. Es, pues, un yacimiento milenario y de los más importantes de Galicia: es el único dispuesto en zona costera que cuenta con 5 dólmenes.

Dolmen en el Islote Areoso (Imagen: Shutterstock)

Uno de esos dólmenes se lo llevaron las aguas hace años y, a pesar de que el Ministerio de Medio Ambiente construyó un  muro de contención en 2011, las mareas siguen destruyendo gran parte de este valioso patrimonio. 

Las causas del deterioro del islote son varias, aunque la fundamental está en la intervención humana en la Illa de Arousa, que ha dado lugar a un gran cambio de las corrientes en la zona. Estas corrientes de agua asolan Areoso y van acabando poco a poco con la arena y con los restos megalíticos. Una solución consistiría en rellenar el islote con arena de “la Illa”, pero teniendo en cuenta que es una importante zona de marisqueo esta opción podría acabar con una buena parte del banco de mariscos. 

Vista aérea de las mámoas (Imagen: Turismo de Galicia)

Otra causa del continuo desgaste de Areoso son las visitas multitudinarias que se dan en temporada estival ya que muchos visitantes no respetan el patrimonio, utilizan las mámoas y dólmenes como escenario fotográfico, dejan residuos por todas partes y, con su simple presencia, deterioran el espacio natural posiblemente sin ser conscientes de ello. 

La forma más agresiva de visitar el Islote Areoso es con barcas, lanchas y otras embarcaciones a motor, que no sólo contaminan el agua si no que también apelmazan la arena, amenazando a la fauna del lugar. 

Playa de Areoso (Imagen: Shutterstock)

La manera más sostenible de llegar al islote es en kayak, sin olvidar que estamos ante un espacio natural protegido que debe cuidarse evitando las masificaciones que tanto perjudican estos entornos. 

Ya hay quien habla de regular el acceso a la Illa de Arousa en verano e incluso de cortar puntualmente la entrada al puente que comunica la isla con tierra firme para evitar las excesivas visitas que llegan a Areoso. Mientras tanto, disfruten del Caribe Gallego con responsabilidad. 

Emma Sexto

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