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10 escapadas por Galicia y Portugal para recibir el otoño

Comienza el otoño y con él nuevos planes de fin de semana para redescubir Galicia y el norte de Portugal a través de 10 enclaves únicos.
Valença do Douro  Foto JoseOlgon vía Wikipedia
Valença do Douro Foto JoseOlgon vía Wikipedia
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Con los primeros días de otoño vamos en busca de escapadas rurales, paisajes de interior o tranquilas ciudades históricas que nos reconcilien con la inminente llegada de la rutina. Galicia y el norte de Portugal contienen esos lugares perfectos para abarcar en una escapada de un par de días, tan necesaria para cargar las pilas tras la vuelta al trabajo y a los quehaceres diarios. 

Son 10 enclaves muy variados, en los que encontrar rutas de senderismo, cascadas, aldeas tradicionales, acantilados, castillos y hasta cruceros fluviales. 

1. A Fonsagrada, Lugo

Seimeira de Vilagocende  Foto Concello da Fonsagrada

El municipio lucense de A Fonsagrada alberga en su extenso territorio zonas de montaña en las que las aldeas de piedra como Fonfría o Veiga de Arroxo parecen ancladas en el siglo pasado. Paisajes regados por caudalosos ríos que en su caída hacia los valles forman cascadas tan espectaculares como la Seimeira de Vilagocende

Sólo por ésta merece la pena acercarse a A Fonsagrada, acompañando la visita de un buen cocido o un delicioso plato de setas recolectadas en sus bosques. Pero hay más riqueza natural en el municipio fonsagradino: el Mirador de Arexo, el Alto do Acevo y las rutas de senderismo que llevan al caminante a orillas del río, por bosques de ribera, molinos centenarios y paisajes que son todo un espectáculo para la vista. 

2. Cedeira, A Coruña

Acantilados de Vixía Herbeira  (Foto Turismo de Cedeira)

Es inevitable relacionar Cedeira con la espectacular visión de los Acantilados de Vixía Herbeira, los más altos de la Europa continental. Pero este municipio coruñés también acoge uno de los pueblos más legendarios de Galicia, San Andrés de Teixido, enclavado en la ya mítica y salvaje Serra da Capelada. 

La única playa de arena negra de origen no volcánico del mundo, la Playa de Teixidelo, también está en Cedeira, así como algunos de los paisajes más bellos de la Costa Ártabra, como Punta Candieira con su emblemático faro, al que se accede a través de una sinuosa carretera , con una de las mejores estampas del Atlántico al atardecer. 

Para finalizar, hay que hacer parada en la villa de Cedeira, escenario principal de la serie “Rapa”, rodada íntegramente en esta zona coruñesa. Partida en dos por el río Condomiñas, en Cedeira destacan sus casonas señoriales con sus escudos nobiliarios, además de la Iglesia de Santa María del Mar del siglo XV y del Castillo de la Concepción, éste último situado al final del puerto en Punta Sarridal.  

3. Terras de Santiago, A Coruña

Ponte Maceira (Foto Turismo de Galicia)

Imposible abarcar en unas líneas todo lo que ofrece el amplio geodestino coruñés Terras de Santiago. En él convergen hasta ocho rutas jacobeas hacia Compostela y es indudable que el paso de los peregrinos ha ido dejando en estas tierras una huella de gran valor artístico y monumental que ha perdurado hasta nuestros días. 

Padrón, Melide, Arzúa, Negreira o Sobrado, incluyendo al diminuto Ponte Maceira, uno de los pueblos más bonitos de España, son algunos de los enclaves por los que pasan los distintos Caminos de Santiago y que conviene visitar por su patrimonio y su rica historia. La estrella de este destino es la capital gallega, Santiago, que merece un capítulo aparte para conocerla en profundidad. 

Terras de Santiago también es naturaleza, con espacios fluvialesríos, lagunas y cascadas. Siguiendo los ríos Tambre y Mandeo, que riegan este territorio, se encuentran impactantes parajes naturales, como el Sistema Fluvial Ulla-Deza, en el que destaca la Fervenza do Toxa. Este conjunto de atractivos convierten Terras de Santiago en un perfecto destino rural para un fin de semanade otoño bien completo. 

4. Ruta por los faros de Costa da Morte, A Coruña

Faro de Touriñán  (Foto Turismo de Galicia)

Aunque el otoño se relaciona con paisajes de interior no es mal momento para recorrer Costa da Morte y hacerlo de una forma poco convencional: recorriendo sus famosos faros. 

Este paseo por los faros de Costa da Morte puede hacerse caminando, siguiendo la ruta senderista O Camiño dos Faros, que une Malpica con Fisterra a lo largo de 200 kilómetros y 8 etapas que transcurren junto al mar. 

Quien disponga de menos tiempo puede hacer la ruta en coche en un par de días, disfrutando de faros tan emblemáticos como el de Punta Nariga en Malpica, Cabo Vilán en Camariñas, Cabo Touriñán en Muxía o el faro de Fisterra, entre otros. 

5. O Barco de Valdeorras, Ourense

Viñedos en O Barco  (Foto Turismo de Galicia)

La capital de la Comarca de Valdeorras destaca por su producción minera y sus vinos con denominación de origen, vestida con un paisaje de viñedos que incita a caminar entre sus vides. Visitar una bodega en esta zona siempre es buen plan, y permite no sólo hacer catas de los mejores caldos si no también conocer su proceso de elaboración. 

Su arquitectura tradicional y los vestigios que los romanos, en busca de oro, dejaron en estas tierras, así como su deliciosa cocina con productos de interior, son otros de los motivos por los que merece la pena dedicar unos días a O Barco de Valdeorras y alrededores

6. Baixa Limia y Serra do Xurés, Ourense

Aquis Querquennis  (Foto Turismo de Galicia)

La Baixa Limia y el Parque Natural Serra do Xurés son dos de los enclaves de mayor interés natural, paisajístico y etnográfico de Galicia. Combinan montaña y embalses que permiten elegir al visitante entre rutas de senderismo o actividades náuticas en las presas de As Conchas, Salas y Lindoso

En un completo recorrido por la zona hallaremos también restos del paso de los romanos por estas tierras como el complejo arqueológico Aquis Querquennis, uno de los campamentos militares más importantes excavados en la Península Ibérica. También encontraremos vestigios del megalitismo, iglesias románicas y encantadoras aldeas como Bande con su iglesia del s. VII, la pintoresca As Maus de Salas y la aldea sumergida de Aceredo en Lobios. 

7. Ponte de Lima, Alto Minho (Portugal)

Ponte de Lima  (Foto Shutterstock)

Hay ciudades que brillan con la luz otoñal y ese es el caso de Ponte de Lima, una pequeña localidad del norte de Portugal considerada la villa más antigua del país vecino. Muy próxima a Galicia, a sólo 74 kilómetros de Vigo, Ponte de Lima atesora una historia cargada de anécdotas. 

Hay mucho que ver en Ponte de Lima, empezando por su puente medieval que cruza el río Lima y se acompaña de la estatua del general romano Brutus arengando a sus tropas. Su casco histórico, presidido por el Largo de Camoes y la Torre da Cadeia Velha, tiene el encanto de las antiguas villas portuguesas pintandas en blanco y piedra. 

El Museo do Brinquedo, los Jardines do Arnado y el Centro de Interpretación do Vinho Verde, a los que hay que sumar el Festival Internacional de Jardims en época estival, completan la amplia oferta de ocio de esta villa lusa, todavía poco conocida. 

8. Chaves, Portugal

Castillo de Chaves Foto António Amen vía Wikipedia

Formando una eurociudad con su vecina española Verín, encontramos Chaves, otra de las sorpresas del norte de Portugal, por la que pasaron numerosos pueblos como visigodos y musulmanes. 

Conocida como “la ciudad del agua” por su riqueza termal (con termas romanas y balnearios), destacan en la villa sus restos romanos, sobre todo el Puente romano de Trajano, además de su castillo medieval, del que sólo se conserva la Torre del Homenaje, del s. XIV, con vistas a la ribera del Támega. 

Otros de sus imprescindibles son sus fuertes, el Forte de Sao Francisco y el de Sao Neutel, que reforzaban el cometido defensivo del castillo. 

Chaves es, además, un gran destino gastronómico en el que probar su famoso presunto (jamón), el Folar de Chaves relleno de chorizo y sus “pasteis de Chaves” hechos de hojaldre. 

9. Bragança y Parque Natural de Montesinho, Portugal

Bragança  (Foto Shutterstock)

Combinando ciudad y naturaleza nos vamos hasta el noroeste de Portugal para descubrir dos grandes destinos: Bragança y el Parque Natural de Montesinho, muy próximo a la anterior. 

Bragança es una villa medieval formada por una ciudadela amurallada que data del año 1.130 presidida por el Castillo de Braganza, construido a principios del s. XII. Su magnífico conjunto urbano rezuma historia por los cuatro costados. No hay que perderse su Catedral en la Praça da Sé Velha, la Iglesia de Santa María con su elegante fachada barroca o el Museo de la Máscara y el Traje, muy vinculado con el carnaval centenario de esta zona de Trás-os-Montes.

Al norte de la villa encontramos el Parque Natural de Montesinho que nos lleva hasta la frontera con España, un espacio natural con numerosas rutas senderistas y aldeas con gran encanto como la misma Montesinhos. 

10. Alto Douro Vinhateiro, Portugal

Pinhao  (Foto Daniel Villafruela vía Wikipedia)

El otoño es una época ideal para recorrer los paisajes de viñedos del Alto Douro Vinhateiro sin los sofocantes calores del verano y con la mitad de visitantes. Esta comarca portuguesa, Patrimonio de la Humanidad, cuna del vino de Oporto y precursora de las denominaciones de origen, es una de las regiones productoras de vino más importantes del mundo. 

Muy próxima a Oporto, merece al menos dos días para empaparse de su aroma a vino, de las imágenes de sus vides cultivadas a las orillas del Douro y del encanto de sus aldeas históricas. Una de las actividades más interesantes en la zona es hacer un crucero fluvial desde Oporto a Pinhao, aunque sus principales puntos de interés pueden abarcarse en coche en dos o tres días. 

Junto con la citada Pinhao, las localidades de Valença do DouroPeso da Régua, al margen norte del río, y Lamego al sur, son parada imprescindible en este recorrido que pasa por los distritos de Vila Real y Viseu, en los que encontrar los mejores miradores de este Douro Vinhateiro. 

Emma Sexto

Un mundo infinito

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