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Viveiro, la otra ciudad de Galicia con galerías de cristal

La primera doble fachada de la que se tiene constancia en Viveiro data del año 1877, y aunque ya no quedan rastros de ella, la ciudad sigue manteniendo la arquitectura de cristal como elemento característico y seña de idenditdad
Plaza Mayor de Viveiro, Lugo (Shutterstock)
Plaza Mayor de Viveiro, Lugo (Shutterstock)
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Desde hace ya varias décadas, en el paisaje de A Coruña, las galerías representan una de las fotografías más típicas de esta Ciudad de Cristal. Pese a que se establece el origen y popularización de la arquitectura tradicional de doble fachada en la gran urbe gallega, lo cierto es que el municipio coruñés no es el único punto de nuestra geografía donde podemos encontrar grandes conjuntos de viviendas con galerías. En la provincia de Lugo, el perfil urbano de Viveiro también se encuentra marcado por estos edificios, la mayoría de ellos repartidos a lo largo y ancho de su casco histórico, entre la Plaza Mayor y el Paseo del Muro.

En un breve recorrido a través de la ciudad del Landro, el visitante podrá descubrir múltiples ejemplos de estas galerías acristaladas, un elemento más que característico para la localidad. Y es que el panorama general de Viviero refleja sus fachadas teñidas de color blanco, en su mayoría, formadas por estructuras de madera ―o hierro lacado y hormigón, en sus versiones más actuales― recubiertas con grandes y vistosos ventanales. Entre otras ventajas, la aplicación de esta arquitectura de cristal en su día permitió a los propietarios ganar espacio y mantener un confort térmico en toda la vivienda.

El origen y expansión de las galerías gallegas

Imagen antigua de las galerías de A Coruña. Foto: Dialnet

La génesis de la arquitectura de cristal en Galicia ―especialmente prolifera entre las clases burguesas y los siglos XIX y XX― se podría explicar de forma breve en una sola palabra: climatología. Las condiciones atmosféricas del noroeste peninsular, marcadas sobre todo por las borrascas Atlánticas, explicarían el nacimiento y desarrollo de esta singular forma constructiva, que con el paso del tiempo ha terminado por convertirse en una tipología arquitectónica reconocida en todo el mundo. 

Expertos y estudiosos de la talla del arquitecto holandés Rem Koolhaas aborda la cuestión de las galerías gallegas en su libro Elements of architecture (Taschen, 2018)―, señalan A Coruña como la ciudad matriz de estas construcciones. Es decir, el lugar desde el cual se habría expandido la aplicación regular de la doble fachada a otras zonas de Galicia, incluso en poblaciones que ni siquiera son marineras. La teoría está justificada, ya que la provincia coruñesa reúne dos componentes claves en su principio bioclimático: la alta pluviometría y los fuertes vientos, sobre todo en el litoral. 

Del mismo modo, este auge de las galerías estaría relacionado con "la creciente disponibilidad del vidrio y su uso como material de construcción en embarcaciones", según indicó Koolhaas en su investigación. De hecho, el nexo con el sector naval en las ciudades de Ferrol y A Coruña ha dado lugar a la hipótesis de que las galerías de popa de los navíos habrían servido de prototipo para después adaptarlas a la arquitectura terrestre. Ya en el siglo XIX, el uso popular de la doble fachada se consolidaría tras la instalación de la fábrica de vidrio "La Coruñesa" en el año 1830.

Galerías de Viveiro. Foto: Shutterstock

En el caso particular del municipio del Landro, para encontrar la primera galería de la que se tiene constancia habría que remontarse hasta el año 1877, concretamente a la conocida como Casa de los Leones y de la que ya no quedan rastros. Así lo destacan las historiadoras del arte Diana Rodríguez y Melania Vilar en Galerías de Viveiro, un volumen publicado a raíz de un estudio encargado por la Diputación de Lugo, en el que se encuentran catalogadas hasta 260 fichas de galerías viveirenses clasificadas en función de la tipología y orden cronológicos. La mayoría de las fachadas analizadas se corresponden con las de la travesía de la Marina, que con el paso del tiempo se han convertido también en elementos característicos y auténticos símbolos de identidad del municipio.

A Coruña y Viveiro están separadas por más de cien kilómetros de carretera, pero eso no ha impedido que en las últimas décadas miles de personas oriundas de Viveiro se hayan establecido en la capital herculina y hecho su vida ahí. Hay miles de habitantes de A Coruña con orígenes o familia en la Mariña lucense, particularmente en la propia Viveiro. Otro elemento de unión entre las dos ciudades es todavía más curioso: ambos cantan la misma canción popular: Vivir na Coruña/Viveiro qué bonito é.

El "efecto invernadero" de las galerías gallegas

Galerías de Viveiro. Foto: Galipedia

Tal y como comentamos unas líneas más arriba, las galerías gallegas nacieron con el fin de proteger las fachadas del agua y el viento, cerrando en muchas ocasiones los balcones ya existentes de las viviendas. Estas edificaciones sentaron las bases de la arquitectura solar pasiva, un tipo de disciplina que aprovecha la energía del sol para mantener unas condiciones de bienestar y confort térmico en los interiores. O dicho de otra forma, las galerías aportaron una climatización natural y necesaria a las viviendas, el denominado "efecto invernadero" aplicado a las obras arquitectónicas

La dinámica resulta del todo sencilla: la galería funciona como un colector solar que almacena la energía a través de los muros a los que está adosada (por radiación) e impide que estos se enfríen de forma rápida, permitiendo el paso del calor hacia las estancias internas. La singular estructura de estas dobles fachadas, con una separación entre el vidrio y el muro, es la causante del efecto invernadero. Tras el calentamiento inicial, la masa de aire se queda semiconfinada debido a que una parte de la radiación solar no puede ser absorbida por la pared y se mantiene atrapada en este espacio. De este modo, la galería gallega actúa como el perfecto aislamiento térmico y sonoro. Una estructura repleta de ventajas y de fácil instalación ―con los años, también de bajo coste―, que facilitó su propagación por toda Galicia.   

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