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Los postres perfectos para endulzar esta Pascua en Galicia

Se acerca la Semana Santa, y los escaparates de las pastelerías ya se han engalanado para recibir un aluvión de pedidos y encargos. Huevos, roscas o monas, sin olvidarnos de las clásicas torrijas o los buñuelos, son algunos de los productos esenciales para pasar una semana muy dulce
Fuente: Unsplash
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La Pascua se acerca, y el cuerpo lo sabe. Si hace tan solo unas semanas bailábamos y disfrutábamos al ritmo del Carnaval en todas las ciudades de Galicia, nos acercamos ya a la recta final de la Cuaresma y la llegada triunfal de la Semana Santa. Y como muchos pecamos de golosos, de las filloas y orejas saltamos directamente a las torrijas, los huevos, las roscas o las monas. Una semana corta pero muy intensa, donde habrá que hacer un esfuerzo para probarlo todo. Repasamos los postres estrella para que no se nos quede ninguno en el tintero.

Comenzamos con el indiscutible ganador, la estrella de la semana, en especial en aquellas casas con niños que disfruten del regalo. El huevo de Pascua es un imprescindible en lo que postres se refiere para estas fechas del año; aunque su origen está lejos de ser autóctono, se une a esa lista (cada vez más larga) de tradiciones que cruzan el charco y cogen arraigo en tierras gallegas. Aunque la procedencia de la tradición es en sí misma cristiana, relacionada con los católicos que practicaban la abstinencia de los días de Cuaresma y que no podían consumir huevos en ese tiempo, la práctica es propia de Estados Unidos y el mundo anglosajón. En esas zonas la festividad suele acompañarse con las clásicas búsquedas de los huevos de Pascua y la figura  del archiconocido Easter Bunny o Conejo de Pascua. 

Dejando a un lado sus inicios, es indiscutible que la Pascua no es tan Pascua sin sus clásicos huevos. La tradición incluso se ha diversificado, pues en muchas pastelerías podemos encontrar elaboraciones de chocolate que abandonan la tradicional forma ovalada por proyectos mucho más ambiciosos: casas, jardines, reproducciones de dibujos animados y personajes populares entre los más peques, cualquier cosa parece estar al alcance de un pastelero mañoso y un poco de chocolate moldeable. Cuanto más grande y elaborado, más apetitoso parece, y en ciertos comercios realizan verdaderas obras de arte, ¡para no perdérselas!

Más allá de lo clásico 

Dejando a un lado el complejo mundo del chocolate y sus formas, pasamos a una elaboración pastelera que sí es tradicional de las tierras gallegas, especialmente en las comarcas de Pontevedra. La rosca de Pascua es un dulce fácilmente confundible con el Roscón de Reyes, y si se amplía el punto de mira, con la Galette de Rois francesa o la Rosca de Reyes mexicana. Su elaboración sencilla hace que sea un clásico en nuestras casas durante estos días, aunque para los menos cocinillas siempre queda la alternativa de comprarla en la pastelería de confianza más cercana. Puede ser un primer contacto  perfecto con el mundo de la repostería, pues solo se necesitará conseguir una masa lo suficientemente consistente para que con el horneado adquiera la textura adecuada. 

La rosca de Pascua tiene un aspecto muy similar al célebre Roscón de Reyes. Fuente: Unplash

Con esta descripción, es sencillo encontrar las similitudes con las denominadas monas, el dulce típico de la zona del Levante español que también está fundamentalmente constituida por una masa esponjosa y dulce, aromatizada con anís o con esencia de azahar. Una vez horneado, el bizcocho se decora con azúcar y, en este caso y como manda la tradición, con huevos cocidos en la superficie (que en la actualidad han sido sustituidos casi por completo por huevos de chocolate para darle ese toque goloso). También puede optarse por guindas o frutas confitadas, o incluso frutos secos para los más clásicos. En algunas zonas también se la podrá encontrar recubierta de chocolate para esa mezcla perfecta y ese gusto para los paladares más lambones.

Además de chocolate y roscones varios, uno de los must en las sobremesas de Semana Santa es sin duda la torrija. Un clásico de estas épocas, la elaboración de este postre no trae mayores quebraderos de cabeza; pero es que, como todo en esta vida, a veces lo menos grandilocuente y elaborado es lo que acaba triunfando. 

La torrija, que en sí misma no es más que pan duro sumergido en leche y frito para adquirir ese color y consistencia tan característica, se compara de manera muy común con la tostada francesa, su hermana remilgada de los países galos. Sus orígenes no pueden ser más humildes; de hecho se trata de un ejemplo perfecto de la clásica cocina de aprovechamiento, que evitaba desperdiciar ningún alimento dándole los destinos o variantes más originales o enrevesados. 

Para los más impacientes, ya se puede disfrutar de la remesa de torrijas para esta temporada. Fuente: La Tienda de Lino.

Sin embargo, ahora una buena torrija causa furor entre los amantes de este postre tan dulce y esponjoso. Siendo como es una elaboración sencilla, de nuevo podría suponer la ocasión perfecta para echar mano de delantal y rodillo y animarse con la repostería, siempre con el plan b de correr a la tienda de confianza más cercana si el experimento no tiene el mejor resultado

No hay por qué parar aquí; la lista podría ampliarse con buñuelos, leche frita o las típicas rosquillas de anís, pero nos hemos quedado con los imprescindibles, aquellos que no pueden faltar en ninguna sobremesa de estas fechas. Ahora solo queda degustarlos, ¡y disfrutar!

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