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'La enciclopedia del dolor', el relato teatral de un vigués sobre el abuso en la infancia

Pablo Fidalgo estrena en junio la primer parte de su obra, 'Esto que no salga de aquí', para denunciar las situaciones de "violencia estructural" que se vivían en algunos colegios de su ciudad y el "silencio cómplice" de toda una sociedad
Cartel de 'Esto que no salga de aquí', de Pablo Fidalgo.
Cartel de 'Esto que no salga de aquí', de Pablo Fidalgo.
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Mi madre decía siempre la frase "esto que no salga de aquí". Pablo Fidalgo, vigués de 38 años, es el primer escritor que ha inspirado su obra, de algún modo, en los abusos sufridos por varias generaciones de vigueses en el Colegio Maristas. "Todo empezó el 31 de mayo de 2021, con una noticia de El País", explica. Fue en ese momento cuando decidió dejar de guardar silencio.

Así nace Esto que no salga de aquí, una pieza teatral de un solo acto y de estilo documental que "habla de mí para hablar de todos y habla de todos para hablar de mí". En palabras del dramaturgo, la historia muestra el silencio colectivo de toda una ciudad, que aceptó la violencia y los abusos durante décadas.

"Yo no tengo ninguna deuda con la institución, tengo clara mi opinión con respecto a la Iglesia y al colegio, pero sé que hay muchas víctimas que necesitan esa reparación institucional". Con el objetivo de ejercer como el puente entre las víctimas y la sociedad, Fidalgo ha creado un relato "frontal y que interpela al público" que cuenta las historias de decenas de niños vigueses que vivieron situaciones de violencia durante su infancia.

Pablo Fidalgo asegura que ha tratado, "con mucho amor, de entender las situaciones de abuso", lo que refleja en la obra que "rompe el silencio" de todo un barrio. "Es la historia de Maristas, de Salesianos, de Abertal y, al final, de un barrio y una ciudad que casi fueron cómplices con su silencio".

Tres décadas "sin salir de aquí"

La obra de Fidalgo es una representación artística de treinta años de abusos y violencia en uno de los colegios más conocidos de Vigo. "No es autobiográfica pero mi experiencia está presente", confiesa, tras reconocer que él sufrió acoso y violencia en la escuela. "Lo que me interesa es conocer el vínculo que hay entre las personas que hemos vivido esto en diferentes generaciones".

Por ello, Fidalgo se puso en contacto con el periodista de El País que redactó el artículo de los abusos sexuales de los años 60, Íñigo Domínguez, para contactar con aquellos que habían denunciado. "Quise conocer sus historias, que de algún modo también están presentes en la obra, aunque en ningún momento se mezcla el bullying con el abuso sexual ni con otros tipos de violencia: se separan y se ubican y se trata con mucho cariño de entender cada situación", explica.

Durante la fase de documentación para la escritura de su obra, Fidalgo contactó con varias de las víctimas que sufrieron abusos hace ya seis décadas, "algo que es mucho más reciente de lo que creemos, porque hay personas a las que se acaba de condenar y muchas denuncias se hicieron en los últimos años", afirma. Así, Esto que no salga de aquí refleja los testimonios de personas que estudiaron en Maristas en el año 1977, 1983 o 1988, entre otros muchos relatos.

Rencor y rabia

Pablo Fidalgo insiste en que la pieza en sí, "y el arte en general", no trata un caso concreto, sino que apela "al silencio de todo un barrio, de toda una ciudad: me espanta y me deja muerto que la ciudad, de algún modo, sea cómplice". El escritor incide en que la palabra "cómplice" es demasiado fuerte para calificar a toda una ciudad, pero lamenta que las instituciones no hayan sido capaces de "responder a las denuncias, de hacer algo que ayude a las víctimas".

"Muchos delitos han prescrito, pero sigue habiendo un rencor y una rabia infinita", escribe en su obra. Parte de esa rabia fue la que incitó a este vigués a plasmar en un guion "la violencia estructural" que sufrieron varias generaciones de alumnos: "con la obra busco clasificar, nombrar e intentar entender de dónde viene cada uno de los sufrimientos de las víctimas", aunque incide en que el relato no está focalizado en los denunciantes de los abusos sexuales ni en ningún testimonio en particular.

"La que sufríamos era una violencia consentida: la autoridad, que eran los curas y los profesores, no paraban esa violencia". Por ello, su obra da un paso más y trata de "entender esos recuerdos que yo tengo de mi infancia y que no deberían ser normales". Una historia que, por el momento, solo se representará en Madrid porque Vigo, "de algún modo, sigue silenciando la historia de todo un barrio".

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