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El Vigo de Google Maps: un recorrido por el pasado en el que sigue la huella de la Navidad

Dos dinosetos, una noria que aparece y desaparece, vestigios de las navidades y obras y negocios que ya no están aparecen en un paseo virtual por el Street View de la aplicación de mapas del gigante americano
Google Maps
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Hoy en día, es complicado perderse en una ciudad. Los mapas virtuales que podemos llevar en el bolsillo, a tiro de nuestro teléfono móvil, nos permiten ubicarnos, marcarnos el camino e, incluso, visitar lugares de los más exóticos sin salir de nuestra casa. Para eso, Google Maps es un referente.

De hecho, cada cierto tiempo, los singulares coches, absolutamente reconocibles, de Google recorren las ciudades para actualizar las imágenes que podemos ver en modo 360 grados, la conocida como Street View. Sin ir más lejos, este mes de enero ha circulado por Vigo uno de los vehículos, algo que confirma la propia empresa en este enlace; pero no siempre hacen el recorrido completo, por lo que la estampa de la ciudad varía según la fecha en que esté tomada la imagen, y sólo un leve movimiento de ratón nos puede hacer viajar en el tiempo en escasos metros virtuales.

Desde Treintayseis, hemos querido comprobar cómo se ve Vigo a ojos de un internauta. Para ello, hemos comenzado haciendo un recorrido similar al que haría un visitante al uso que llegase a la ciudad hace un par de meses, para disfrutar de la Navidad. Llegaría a la estación de tren de Vialia, una infraestructura que para Google Maps, aún no existe; al menos, no como la podemos ver ahora. Desde Vía Norte, todavía está en construcción, y desde la rotonda donde desembocan Lepanto, Alfonso XIII y la Bajada a la Estación, el gran centro comercial es sólo un amasijo de tierra, hierro y escabadoras.

Continuamos nuestro recorrido por García Barbón, donde, en el cruce con la calle Pontevedra, todavía se levanta el muñeco de nieve en la que fue su ubicación estas navidades. Más adelante, en Policarpo Sanz, todavía podemos ver los adornos, con fecha de noviembre de 2021, aunque si avanzamos unos metros, observamos cómo los retiran los operarios del Concello. El árbol, un poco más adelante, también está viviendo sus últimos días en la ciudad en enero de 2022; pero al llegar a la zona cortada al tráfico y continuar el Street View, nos encontramos en marzo de 2019, a las puertas del Teatro Afundación y sin rastro del famoso adorno donde se pone en marcha el alumbrado navideño.

Si subimos la calle Colón, la bola gigante de Navidad todavía es visible, no así si llegamos a la Farola de Urzaiz desde la bajada de Ronda de Don Bosco. En la Gran Vía, eso sí, se mantiene el regalo y se pueden observar las rampas a lo largo de todo el recorrido hasta el cruce con Venezuela.

¿El parque de atracciones de Rosalía de Castro estas navidades que provocó la polémica con los vecinos? Pues depende en qué parte del tramo que va desde la rotonda con la estatua de Rosalía hasta la calle Pontevedra nos situemos, veremos un noviembre del año pasado sin rastro o un enero de 2022 con las estructuras montadas. En Arenal, Google Maps todavía guarda el vestigio de la rampa de hielo.

Y es que un ligero movimiento de ratón, el desplazamiento que en la calle supondría unos metros, en Google Maps nos regala realidades diferentes. Así, si continuamos la ruta hasta Puerta del Sol, nos encontraremos también en marzo de 2019; es decir, sin obras, al igual que la calle Elduayen, y con algunos elementos que ya no están en la misma ubicación, como el Dinoseto, ahora trasladado a la Alameda.

De hecho, si alguien se basase en el Street View para conocer Vigo, se llevaría la errada idea de que hay dos setos con forma de dinosaurio en dos lugares diferentes de la ciudad, porque un paseo virtual por la Plaza de Compostela, así nos lo revela. Eso sí, el Dinoseto (y Dinosetiño, claro) actual está mucho más deteriorado que el de hace casi tres años.

En la Puerta del Sol también nos encontramos con un negocio que ya no existe: la tienda de golosinas Fini, ahora ocupado por la tienda de deportes Décimas. Pero en el tema de locales, Príncipe se lleva la palma. Las imágenes 360 grados a las que accedemos de la calle peatonal son, ni más ni menos, que de un día nublado de julio de 2018, cuando Vialia ni siquiera se imaginaba en el horizonte.

Sí se conocía las intenciones de Inditex de abrir una tienda de Pull&Bear en un solar vacío, a la altura del número 36, que en Google Maps se puede apreciar en forma de cartel que anuncia "próxima construcción". Aún faltaba más de un año para que abriese la tienda. Ese Príncipe de 2018 carecía también del Work Café del Santander, pero disponía de un C&A, ahora trasladado a Vialia, y de una tienda de Benetton, un local en el que hace pocos meses se trasladó K-tuin.

Pero seguimos nuestro camino por la Navidad de Vigo para encontrar, o no, la noria en Google Maps. De nuevo, depende de a la altura de, por ejemplo, la calle Colón que nos situemos, la veremos o no. Si es desde el cruce de los cuatro bancos hasta la intersección con Marqués de Valladares y Rosalía de Castro, ahí estará, algo cegada por la luz; pero cuando nos adentramos en el último tramo de la calle, viajamos hasta el pasado verano, julio de 2021, donde luce el sol y nada impide la vista de la otra orilla.

Algo similar pasa desde Concepción Arenal, donde podemos encontrarnos con la noria y el camión de recogida del tío vivo que se instaló estas navidades o, con un ligero movimiento, visitar un soleado marzo de 2019, sin rastro de las atracciones. Y lo mismo ocurre por la Plaza de Compostela, con y sin noria al fondo, con y sin la instalación del mercadillo navideño. Precisamente, de la Navidad se mantiene la araucaria con las luces.

Por cierto, que la Navidad no es el único rastro ya lejano que refleja Google Maps. Sin ir más lejos, si nos acercamos a la biblioteca Juan Compañel, en la calle Joaquín Yáñez, podemos observar la decoración de la fiesta de la Reconquista de marzo de 2019, la última que Vigo celebró de manera multitudinaria en las calles.

La transformación de Vigo a lo largo de la ciudad se puede observar a través de los mapas interactivos, como el antes y después del paseo de Beiramar, ahora en plenas obras; o un Paseo das Avenidas con el suelo de madera pre accidente de O Marisquiño, en 2016.

El paso del vehículo de Google por algunas zonas del casco vello vigués data de hace, ni más ni menos, nueve años, como es la zona que conecta la Colegiata con el Centro Comercial A Laxe, donde parece que se ha parado el tiempo o, por lo menos, desde el gigante americano no ha parecido de interés renovar la imagen de la que, ahora, ha aumentado de rango y se ha convertido en Concatedral.

A falta de que alguien invente una máquina del tiempo, lo cierto es que Google Maps nos permite recorrer un Vigo que ya no existe, que mezcla años y etapas de la ciudad como si estuviese ocurriendo un fallo en Matrix. Lo único que podemos avanzar es que, al menos durante unos meses más, la Navidad seguirá presente en Vigo, aunque sea de forma virtual.

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