El legendario tesoro de la Ría de Vigo que inspiró a Julio Verne

El 20 de marzo de 1869 se publicaba una de las obras más importantes de la literatura universal: “20.000 leguas de viaje submarino”. Escrita por Julio Verne, esta novela nos cuenta el viaje del legendario Nautilus, un submarino comandado por el príncipe indio Drakkar, más conocido como el Capitán Nemo. El Nautilus recorre 80.000 km por todo el globo dando la oportunidad a los protagonistas de disfrutar de una larga lista de maravillas submarinas, desde animales fantásticos hasta paisajes extraordinarios.

Entre los increíbles lugares que visitó el Nautilus se encontraba uno en el que el capitán Nemo se financiaba con las riquezas necesarias para continuar con sus viajes. Este lugar era la Ría de Vigo, donde se creía que se encontraba el que muchos han considerado como el mayor tesoro de todos los tiempos. Así fue como Vigo entró a formar parte de la literatura universal de la mano de Julio Verne y una de sus mayores obras, “20.000 leguas de viaje submarino”.

El 24 de julio de 1702, 57 buques españoles y franceses partían de Cuba con destino a Cádiz. El Rey Felipe V, en secreto, ordena que el destino real sea Pasajes (Pasaia, Guipúzcoa). La estratagema era conseguir engañar a Inglaterra y Holanda, en guerra con España, para evitar que se hicieran con el valioso cargamento que transportaba la flota, más de 108 millones de piezas de plata, oro y otras mercancías. Era, posiblemente, el mayor envío de tesoros jamás realizado desde las Colonias de Ultramar.

La estratagema funcionó, pero una pequeña escuadra inglesa que patrullaba por las inmediaciones del Cabo Fisterra acabaría detectando al convoy, obligando a la flota del tesoro a refugiarse en la Ría de Vigo, el lugar más cercano en donde poder descargar sus valiosas mercancías y enviarlas a la Corte.

El 21 de septiembre comienzan a llegar a la Ensenada de San Simón los barcos de la flota de la plata. En este punto las opiniones se dividen. Hay quien defiende que el tesoro nunca llegó a desembarcarse, ya que nunca se autorizó la descarga en puerto, pero la realidad es que el único tesoro que permanece a día de hoy es el de valor histórico. Desde que la flota atracó en la ría hasta que llegó la armada anglo-holandesa, hubo tiempo suficiente para descargar prácticamente todas las mercancías que transportaban, y así lo corrobora documentación de la época.

Un mes después de la llegada de la flota de ultramar, se produce la conocida como la Batalla de Rande, en la que parte de la flota es capturada y el resto es hundida por los propios españoles en la Ría, para evitar que el enemigo se hiciera con sus navíos. Aunque los ingleses ganaron la batalla, no obtuvieron prácticamente nada, porque no había nada que saquear. Por orgullo propio, siempre mantuvieron que el tesoro estaba en los galeones hundidos. Felipe V también proclamaba que la carga nunca había llegado a descargarse y que se había hundido, para evitar reclamaciones, y los franceses afirmaban lo mismo para obtener una mayor indemnización por parte de España. El 6 de noviembre de 1702, el último de los ingleses abandonaba la Ría de Vigo.

Desde el momento en que terminó la batalla surge la leyenda del Tesoro de Rande que, desde el siglo XVIII hasta la actualidad, es una obsesión para aventureros y exploradores de todo el mundo. Aún hay quien cree que los galeones hundidos están repletos de oro y plata cuando realmente sabemos que no es así. Pero en la época de Verne eso no se sabía, lo que provocó una “fiebre del oro” que puso a Vigo de actualidad en toda Europa. Incluso hubo un gran escándalo internacional debido a una estafa por los derechos de rescate del Tesoro, que hizo que en todo el mundo se hablara del mito del Tesoro de Rande.

Toda esta publicidad puso a Julio Verne tras la pista, ofreciéndole en bandeja para su novela el modo de financiación de Nemo, así como algunas tecnologías que aparecen en su obra y que fueron usadas por primera vez en el rescate de los naufragios de Rande por el explorador francés Felipe Hipólito Magen, tales como lámparas eléctricas y respiradores, y cuyo progreso era publicado en los periódicos que seguía el escritor.

Parece evidente que Verne se inspiró en toda la información que generaba Vigo para recrear la equipación de los buceadores del Nautilus y escribir todo un capítulo con el nombre de “La bahía de Vigo”, (que se puede leer aquí) en el que explica a sus invitados/prisioneros cómo obtiene su financiación: “- Pues bien, señor Aronnax, estamos en la bahía de Vigo, y sólo de usted depende que pueda conocer sus secretos. ¿Podía usted imaginar, señor profesor, que el mar contuviera tantas riquezas? preguntó, sonriente, el capitán Nemo.”

Lo llamativo es que Julio Verne no conocía Vigo cuando publicó 20.000 leguas, pero sí lo hizo años después, en dos ocasiones, aunque por accidente. La primera, en 1878, para refugiarse de una tormenta, y la segunda, en 1884, debido a una avería en su velero, el Saint Michael III. Tal y como se recoge en los diarios del escritor, se enamoró de Vigo. Verne ya era famoso, y la sociedad viguesa lo agasajó con sus mejores galas: Participó en procesiones, asistió a verbenas y bailes, a la fiesta de la Reconquista, a cenas… integrándose plenamente en la vida social de la ciudad durante varios días, durante sus dos estancias.

En la actualidad, aunque parece bastante claro que el mito de los tesoros de Rande es solo eso, un mito, aunque se le sigue intentando dar caza. Algunas empresas han ofrecido millones de euros a la Xunta de Galicia para obtener los permisos para prospectar la zona, pero no es fácil ni barato encontrar una manera de explorar y recuperar los pecios existentes. 

Así fue como Julio Verne, el segundo escritor más traducido del mundo, se inspiró en Vigo y en el mito de su legendario tesoro, para crear una de las mayores obras de la literatura universal: “20.000 leguas de viaje submarino”. Mientras seguimos esperando a descubrir las maravillas que aún esconde Vigo, disfrutemos imaginando al Capitán Nemo recogiendo la plata del fondo de la Ría, gracias a la magia de Julio Verne.

“El mar es todo. Cubre siete décimas partes del globo terrestre. Su aliento es puro y sano. Es el inmenso desierto en el que el hombre nunca está solo, pues siente latir la vida a su alrededor. El mar es el vehículo de una existencia prodigiosa y sobrenatural. Es movimiento y amor, es el infinito hecho vida”.
Capitán Nemo. 20.000 leguas de viaje submarino - Julio Verne.

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Top Inspira en LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.

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Referencias:

• VERNE, J. Veinte mil leguas de viaje submarino. Edhasa, 2006.
• ROLLAND ETCHEVERS, E. Verne en la bahía del tesoro. Ediciones Paganel, 2013.
• STENUIT, R. Os galeóns de Rande. Edicións Xerais de Galicia, 1989.
• es.wikipedia.com
• lavozdegalicia.es
• farodevigo.es
• bluscus.es
• madridmasd.org
• elespanol.com
• espanafascinante.com
• vigoverne.com
• elconfidencial.com
• puertodevigo.com
• elviajeroaccidental.com
• eldiario.es