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Opinión

Desnudarse delante de todos

¿Por qué todos los niños dibujan y enseñan sus dibujos sin vergüenza? Una reflexión sobre cómo los artistas viven siempre con la duda, con la pregunta sin respuesta
Óscar Cabana
Por Óscar Cabana

En mi primer artículo escribía que la de pintor, o artista en general, era una profesión "rara, rara de verdad" y comentaba que esta afirmación merecía un artículo entero. Pues ahí va.

Los artistas tenemos un trabajo que nos paga las facturas. Tenemos nuestros clientes, nuestros contratos y nuestros encargos; hacemos de relaciones públicas, de productores, transportistas, comerciales… cosas que son comunes a casi cualquier emprendedor o trabajador autónomo. Pero esta profesión tiene algo que para mí la diferencia de todas las demás: la duda y la vergüenza.

Los artistas no tenemos respuestas a casi nada. No tenemos un camino a seguir. 

Y ni siquiera, cuando ya estamos en él, sabemos si el que hemos escogido es el bueno.

Dudamos, siempre dudamos, porque siempre estamos en el medio, expuestos a las opiniones o los debates de los demás.

Y la realidad es que el camino válido o la respuesta no existe.  El arte es, precisamente, la duda, la pregunta sin respuesta. Y esto muchas veces nos da vergüenza. 

Al no tener respuesta, nos sentimos desnudos y nos invade una especie de vergüenza por el qué pensarán o el qué dirán. Sé que esto también puede ser común a otras profesiones, pero en esta es constante. 

No solamente dudamos ante el lienzo en blanco, dudamos en todo. Todo puede estar bien y a la vez estar mal. Por ejemplo, si expones poco no tienes visibilidad, pero si expones mucho te quemas; si vendes poco, mal, pero si vendes mucho tu obra es comercial.

¿Eres fiel a un estilo?, te repites. Pero, si no tienes un estilo propio…

Es dificilísimo encontrar el camino y por eso siempre la duda. Y, con la duda, vuelve la vergüenza. ¿A qué me refiero con esto? Pensemos en los niños. 

Ellos dibujan sin darle importancia a la opinión de los demás, sin vergüenza. Enseñan felices los dibujos a sus padres y se sienten orgullosos. A todos los niños les gusta dibujar, lo hacen sin presión y lo disfrutan. Pero pronto llegan las correcciones, poco a poco les vamos "enseñando" el camino: hay que repasar la línea, troquelar por los puntos, colorear sin salirse... aquí está la clave. Les comenzamos a dar soluciones y les marcamos un camino que tiene unas reglas. Esto aporta certezas pero limita la creatividad y ataca a lo que para mí es el arte. Les estamos dando respuestas para algo que, como digo, no la tiene. 

Entiendo por qué lo hacemos, estas certezas nos protegen del riesgo de cometer una equivocación y nos alejan de la vergüenza pero, a la vez, al acabar con las dudas, nos alejan del arte.

Hablando de la vergüenza, hace tiempo, no recuerdo dónde, leí una frase que decía algo así: “para un artista, una exposición es como un streptease”. Se me quedó grabado porque, al fin y al cabo, enseñar tu creación es como desnudarse. Pensemos otra vez en cuando éramos niños, a ninguno nos importaba estar desnudos, pero, como pasa con el dibujo, poco a poco nos enseñan cómo tienen que ser las cosas y con las reglas y las certezas, vienen las comparaciones y las vergüenzas.

Por último, unas DUDAS:

¿Por qué todos los niños dibujan y enseñan sus dibujos sin vergüenza?

¿Por qué muy pocos adultos siguen dibujando o piensan que lo hacen mal?

¿A qué edad empezasteis a pensar que desnudarse delante de todos no era el camino correcto?

Óscar Cabana
Óscar Cabana
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Nacido en A Coruña en 1980. Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña y pintor de profesión. Ha realizado múltiples exposiciones tanto individuales como colectivas y trabaja con galerías nacionales e internacionales. Su obra ha sido reconida y galardonada en numerosos certámenes de pintura y está presente en colecciones particulares e institucionales y se encuentra catalogada en innumerables publicaciones.