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San Amaro: un clásico con una de las mejores tortillas de Vigo (también para llevar)

El restaurante vigués lleva siendo regentado por la familia Campos Ferreira desde hace más de 40 años
La familia Campos Ferreira, propietarios de San Amaro.
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La familia Campos Ferreira, propietarios de San Amaro.
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A finales de los años 50, José Campos y Carmen Ferreira emigraron a Suiza como tuvieron que hacer muchos otros por aquel entonces, ya llevaban 17 años en el país, con una vida formada y con dos hijas de 10 y 5 años cuando San Amaro comenzó a formar parte de sus vidas.

La hermana de José esperaba un hijo, por lo que les planteó traspasarles el negocio. Carmen lo tuvo claro, aunque estaban muy felices en Suiza, la posibilidad de volver a estar cerca de su familia en Galicia era un gran incentivo. Tras diez años abierto, en el año 1976 el restaurante pasó a ser propiedad de la familia Campos Ferreira, y así sigue siendo 44 años después.

A día de hoy, con sus padres jubilados, son María del Carmen y Ana Isabel las que han continuado con el legado de San Amaro. Sin embargo, José y Carmen, con 83 y 80 años, siguen estando muy presentes en el negocio, al fin y al cabo, es como su segundo hogar.

Un negocio familiar en el que sentirse como en casa

El local es uno de esos clásicos bares-restaurantes de toda la vida, con una carta con pocos platos pero de calidad suprema. Jamón asado, ensalada, lacón, huevos con patatas y chorizo, filete, pimientos y por supuesto, la famosa tortilla de San Amaro.

Todo el que pisa el restaurante sale sabiendo dos cosas. Primero, que no hace falta ir más de dos veces para que lo traten como si estuviese en su propia casa; y segundo, que acaba de comerse una de las mejores tortillas de la ciudad.

Tortilla de San Amaro.

¿Cuál es el secreto de esta deliciosa tortilla? María del Carmen lo tiene claro: "La experiencia de mi madre y una buena materia prima. Lo que he aprendido es que lo más importante es la patata, si algo salía mal mi madre siempre se enfadaba con la patata". En San Amaro jamás recalientan las tortillas, todo se prepara según demanda y al gusto del cliente, por lo que siempre se sirve una tortilla recién hecha.

Con muchos años a sus espaldas, las manos de la señora Carmen han cocinado miles de tortillas y, aunque ya no está detrás de los fogones, lo cierto es que sus hijas han heredado las capacidades de su madre, la tortilla sigue siendo deliciosa.

Para el que no quiera compartir tienen el "Especial San Amaro", un plato de patatas, huevos y chorizo frito, "un éxito entre la juventud", en palabras de María del Carmen.

Especial San Amaro.

Una ubicación privilegiada

El lugar en el que está situado es otro de los puntos fuertes del restaurante. En la paralela a la calle Churruca, Rogelio Abalde, por sus mesas han pasado gran cantidad de músicos y artistas de la movida viguesa. Propietarios, trabajadores de los pubs y bandas que tocan en la zona siguen visitando asiduamente San Amaro a día de hoy. El restaurante se ha convertido en parte de la historia de la zona del ocio nocturno de la ciudad.

Hace ya casi 6 años que pasaron de su clásico local a uno nuevo unos números más abajo en la misma calle. Pero todo sigue igual, en San Amaro lo que importan son las personas que lo regentan.

"Mentiría si dijese que nuestra clientela no es muy buena. Nosotros hemos servido para los padres, luego han venido los hijos y ahora están viniendo algunos nietos", afirma María del Carmen. San Amaro tiene mucha fama, pero gran parte de los clientes son los de siempre y muy fieles, algo de lo que están muy orgullosos.

Tiempos difíciles para la hostelería

A pesar de la difícil situación, su clientela les ha sorprendido muy gratamente. "Han respondido mejor de lo que pensábamos, la gente sigue viniendo", cuentan en San Amaro. Aunque el local no dispone de terraza sus habituales siguen yendo a comer su exquisita tortilla y sus huevos con patatas y chorizo.

Las actuales restricciones no tienen por qué suponer dejar de comer la comida de San Amaro, todo lo que se sirve en el restaurante puede ser recogido para llevar.

La situación no es la que era hace unos años y aunque se consideran unos privilegiados, también han sufrido las circunstancias. Solo desean que las cosas vuelvan a ser como antes de las últimas restricciones, son positivos pero es necesario el apoyo de la ciudadanía viguesa para que locales de toda la vida como San Amaro, sigan sirviendo tortillas por muchos años más.

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