El Español
Quincemil
Cultura

O Galpón Lab, un espacio para artistas emergentes "oculto" entre las calles de Pontevedra

Eva Fandiño e Iria Rodríguez están al mando de esta asociación, que nació como forma de apoyo entre artistas y hoy acoge una gran variedad de talleres para todos los públicos
Eva Fandiño e Iria Rodríguez, fundadoras de O Galpón Lab
cedida
Eva Fandiño e Iria Rodríguez, fundadoras de O Galpón Lab
Ofrecido por:

Entre los edificios de la calle Doctor Loureiro, en Pontevedra, de repente una pizarra blanca llama la atención de los viandantes donde se lee "O Galpón Lab". Si uno tuerce la vista a su derecha, se encuentra con lo que parece un pasadizo a otro mundo fuera de la ciudad. Al fondo, una gran finca con un hórreo y dos "habitaciones". Es el espacio donde Iria Rodríguez y Eva Fandiño han asentado su asociación de artistas emergentes, O Galpón Lab. Es aquí donde sucede la magia de los talleres, las exposiciones y el aprendizaje en comunidad.

Iria y Eva fundaron O Galpón junto a dos compañeras más, Ana Abelleira y Lucía Gregorio, pero a día de hoy son ellas las líderes del proyecto. Se conocieron en un mercado artístico que "no estaba funcionando muy bien". No se formaron en lo mismo, aunque sus disciplinas acabaron complementándose a la perfección; Iria estudió Administración y Dirección de Empresas y se especializó en marketing, mientras que Eva hizo Bellas Artes y el máster de Libro Ilustrado y Animación Audiovisual.

Cuando ese mercadillo comenzó a fallar, ambas se dieron cuenta de que no tenían a nadie a quien acudir en esos casos. ¿Qué se hace cuando las cosas del mundo laboral van mal? ¿A quién se pide consejo? ¿Quién te prepara para eso?

Partiendo de esos pensamientos, Iria y Eva concluyeron que era necesario tener un "equipo de fuerza". Eva explica: "Por ejemplo, a la hora de emprender o de que alguien te contrate, a lo mejor las compañeras ya lo han vivido antes y pueden echarte una mano". Así crearon O Galpón Lab, como espacio de apoyo muto entre personas dedicadas al trabajo creativo.

Aula de O Galpón. Foto: Cedida

Un inicio marcado por la pandemia

Como tantos proyectos, O Galpón echó a andar muy poco antes del inicio de la pandemia, sin saber lo que se avecinaba. A comienzos del 2020, las fundadoras organizaron la exposición "Mujeres Creadoras" para inaugurar la actividad de la asociación.

"Queríamos estrenarnos con esa exposición porque sabemos que en Pontevedra hay mucho talento, muchas artistas, y parece que no nos conocemos las unas a las otras", dice Eva. Iria confirma sus palabras y añade: "Aparte coincidió que todas las que nos juntábamos siempre éramos mujeres. Pensamos que cuando se hace una exposición de mujeres parece que todo se lleva a lo dulce o naïf, pero nosotras cogimos a una serie de artistas que no tenían nada que ver unas con otras. El objetivo era darnos a conocer. Había una altura de artistas tremendísima".

"En Pontevedra hay mucho talento, muchas artistas, y parece que no nos conocemos las unas a las otras"

Eva FANDIÑO

La muestra fue el 7 de marzo de 2020. Una semana más tarde, empezó el confinamiento. "La primera semana fue un golpe duro porque nadie sabía lo que iba a pasar", declara Iria Rodríguez. Al principio detuvieron su actividad ante la incertidumbre, esperando que todo se reanudara al poco tiempo. Sin embargo, cuando vieron que aquello iba para largo, rápidamente empezaron a idear nuevos planes.

Las chicas de O Galpón no descansaron durante aquella eterna cuarentena. Organizaron directos de Instagram todas las tardes, donde cada día se trataba un tema diferente; desde talleres de costura telemática o ilustración hasta entrevistas con artistas como Kiko da Silva.

Una de las actividades que más disfrutaron fue el Galpón Market. Cada persona podía enseñar desde su casa sus productos, igual que en un mercadillo pero virtual, contar su proceso creativo o explicar su método trabajo. Era una oportunidad para que las artistas tuvieran cierto aliciente y pudieran reactivar sus ventas, muchas paralizadas por la pandemia. En total, se hicieron dos ediciones y participaron doce creativas.

https://www.instagram.com/p/B-E207viKjm/

O Galpón y sus actividades

Cuando por fin se pudo salir al exterior, Iria Rodríguez y Eva Fandiño pusieron en marcha el proyecto del local físico. El verano de 2020 lo dedicaron a acondicionar ese espacio tan especial en la calle doctor Loureiro. Pintar, amueblar, diseñar las medidas de seguridad. Querían asentarse en el barrio y "construir junto a él".

Su principal objetivo era crear un "espacio multidisciplinar" que cualquiera tuviera la oportunidad de alquilar para desarrollar proyectos artísticos. Las restricciones sanitarias prohibieron en aquel momento cualquier reunión excepto aquellas que fueran por motivos de enseñanza o formación. Ahí fue cuando las dueñas de O Galpón se lanzaron a organizar talleres en el local.

Taller de cerámica en O Galpón. Foto: cedida

Para dinamizar el espacio, planificaron cursillos y actividades con un precio asequible y abiertos a todo tipo de públicos. Muchos de ellos no requerían (ni requieren) formación previa. En todo este tiempo han desarrollado una gran variedad de talleres: acuarela (cuya primera convocatoria fue todo un éxito), marketing digital, grabado de sellos, cerámica y muchos más.

Además, también organizan en O Galpón un club de costura donde la dinámica no es igual que en una clase, sino que es un espacio libre para intercambiar conocimientos y trabajar al ritmo que cada persona necesite.

Cada mes anuncian en su perfil de Instagram nuevos talleres. En septiembre toca clase de iniciación en "amigurumi" y grabado de sellos. El 24 y el 25 O Galpón estará presente en el evento Pont Up Store en la Plaza de España, en Pontevedra.

La dureza del mundo creativo

Espacios como O Galpón hacen más liviano este mundo cada vez más difícil y competitivo que habitamos. "Lo que veía siempre era que en la mayoría de las asociaciones que hay es como hola me llamo tal y soy un caso de éxito y mirad qué bien me va y yo me sentía super acomplejada, en plan, pues qué mierda estoy haciendo yo. Creo que compartir las miserias y decir mira, me llamo tal y no me fue bien a la primera, también creo que ayuda", afirma Iria.

Eva apoya a su compañera: "Es un mundo muy duro y te lo venden como que todo es muy fácil. Ves los perfiles de Instagram, que son todos maravillosos, y parece que todo es felicidad. No es un camino de rosas, hay que trabajar mucho".

La asociación no recibe ayudas institucionales de ningún tipo, es completamente autogestionada. En la Diputación de Pontevedra les dijeron que existía una ayuda para asociaciones sin ánimo de lucro como la suya, pero para solicitarla se debían presentar primero las facturas de los gastos, "y nosotras sin dinero no podemos hacer nada", puntualiza Iria.

Sí han tenido apoyo en un par de ocasiones en cuanto a cesiones de espacio. El ayuntamiento de Moaña les prestó un sitio donde organizar un mercadillo este verano, y La Casa de la Luz el lugar donde hacer su primera exposición. El resto corre a cargo de sus bolsillos. "Lo que nos gusta mucho aquí es trabajar gratis", replica con ironía Eva Fandiño.

También critican que no se rema en la misma dirección lo suficiente. "En el caso de la ilustración, el diseño gráfico o el marketing, la gente tira abajo los precios. Si alguien ofrece su trabajo por 200 euros, el otro lo hace por 150 y el siguiente aún por menos dinero", denuncia Iria Rodríguez, que trabaja en la agencia de marketing Nube de Ockham. "Creo que se tienen que establecer precios mínimos acordes al salario mínimo y luchar entre todos por esa profesionalización", concluye.

Cultura