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Los embalses gallegos, todavía al límite: "Las lluvias de dos días no resuelven la sequía"

Augas de Galicia vuelve a insistir en la necesidad de reducir el consumo de agua en los hogares, así como su uso municipal, aunque no aplica nuevas medidas de restricción y recuerda que la situación "no revertirá hasta que no haya un régimen de precipitaciones constante"
Río Anllóns, en A Coruña.
Río Anllóns, en A Coruña.
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Las lluvias de los últimos días han supuesto una tregua para los montes gallegos, que han podido humedecerse y dejar atrás los grandes incendios. No ha sido así, sin embargo, para los embalses y los ríos gallegos, que siguen disminuyendo su caudal y no ven cerca el final de la sequía.

Tras las precipitaciones registradas durante este puente de agosto, los concellos de la cuenca del Lérez han recordado la importancia de mantener las medidas de ahorro aplicadas ya a finales del mes de julio. A ellos, además, se han unido otras administraciones locales, como las de Vigo o Ames, que también ven cómo sus embalses van perdiendo capacidad, aunque más lentamente que el Lérez o el Anllóns, ambos ríos en prealerta por sequía prolongada debido al bajo caudal que presentan desde hace semanas.

El Concello de Pontevedra, concretamente, ha sido uno de los que se ha reunido este mismo miércoles con el gerente de Augas de Galicia, Gonzalo Mosqueira, tras lo que han recordado que "las lluvias de dos días no resuelven la sequía y seguimos con el mismo problema que teníamos". Así lo aseguraba Carme da Silva, responsable municipal del Ciclo del Agua, que recordaba a los pontevedreses que la preocupación se mantiene porque "el lecho del río sigue bajo" y no se sabe cuándo va a aumentar el caudal.

Un repunte insuficiente

El propio Mosqueira, de hecho, explicaba la semana pasada a este medio que la situación "no revertirá hasta que no haya un régimen de precipitaciones constante", que suele producirse cuando llega el mes de octubre. El gerente de Augas de Galicia aseguraba que no son pesimistas, pero sí hace falta "prevenir y prepararse para lo peor" porque los meses de agosto y septiembre suelen ser muy secos.

En la misma línea se ha mantenido este miércoles, en la reunión semanal llevada a cabo con los representantes de los concellos que se abastecen del río Lérez (Pontevedra, Marín, Bueu y Sanxenxo), en la que se ha vuelto a analizar la situación de escasez en la cuenca. En el encuentro, se constató que el río registró "un pico de subida" en el caudal tras las lluvias de los últimos días, aunque, "a falta de previsiones de continuidad de precipitaciones, se cuenta con que el río volverá en los próximos días a los niveles de la pasada semana".

Carme da Silva, de hecho, calificó esta subida de "espejismo momentáneo", tras registrarse un caudal de 2,8 metros cúbicos por segundo en el Lérez, un ritmo que no se veía desde antes de comenzar el verano. Las lluvias, explican Gonzalo Mosqueira y Teresa Gutiérrez, directora de Augas de Galicia, "deben ser constantes, porque una tormenta de verano no llena los acuíferos de los ríos y supone únicamente un ligero repunte en los embalses".

Por ello, desde Augas de Galicia se volvió a insistir en que las medidas de ahorro de agua son necesarias y se volvió a hacer un llamamiento a la población para que reduzca "al máximo posible" el consumo diario de agua, "para así complementar las medidas adoptadas por los concellos en cuanto a usos municipales". Estas medidas, según explicaban, tienen como fin último "garantizar el abastecimiento de los ciudadanos hasta que llegue el otoño", cuando se recupera el ritmo normal de precipitaciones.

La comarca viguesa, al límite

Los embalses del área de Vigo son los que presentan una situación más crítica, rozando tanto Baiona como Zamáns el 55% de su capacidad, lo que supone casi un 5% menos de agua que en los registros del pasado 8 de agosto. Esto supone que, aunque la situación todavía no requiere tomar medidas drásticas, sí que continúa complicándose para los municipios del área metropolitana viguesa, que se abastecen de estos dos embalses.

A pesar de las lluvias registradas este fin de semana, ninguno de estos dos sistemas ha visto un aumento de sus reservas de agua, por lo que Augas de Galicia mantiene su preocupación, puesto que ambos abastecen a zonas que aumentan notablemente su población en verano. Así lo explicaba Teresa Gutiérrez, quien afirmaba que el mayor problema de la sequía lo están viviendo "municipios como Baiona o Sanxenxo, que llegan a triplicar su población en verano y cuentan con muchas viviendas unifamiliares con piscina, lo que aumenta la necesidad de agua de esas residencias".

Precisamente por esto, Sanxenxo prohibió hace varios días el llenado de las piscinas, una medida que este miércoles replicó Vigo, aunque no lo ha hecho todavía ningún otro municipio de la comarca. La directora de Augas de Galicia aseguraba que el turismo pone al límite los sistemas de abastecimiento en determinadas regiones, por lo que advertía que la segunda quincena de agosto podría suponer un respiro para la situación de sequía. "Lo normal es que agosto y septiembre sean meses secos, por lo que el recurso seguirá disminuyendo: la diferencia la marcará la población a la que haya que abastecer, que empieza a disminuir de cara a la segunda quincena de agosto".

Por el momento, el organismo dependiente de la Xunta no ha dictaminado que el área metropolitana de Vigo deba aplicar medidas restrictivas al uso del agua, como sí lo ha hecho al declarar la prealerta por sequía en el Lérez y el Anllóns. César Mosqueira, gerente de Augas de Galicia, recordaba que "existe cierta preocupación", pero esperan que las medidas de ahorro aplicadas por los concellos sean suficientes y que la bajada del turismo hacia el final del verano suponga un nuevo respiro para los sistemas de abastecimiento: "confiamos en que con la reducción artificial de la demanda lleguemos a septiembre sin tener que aumentar el nivel de alerta".

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