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A tapa do barril, las empanadillas fritas que conquistan Vigo desde 1972

A tapa do barril provee a los vigueses de una gran variedad de estos deliciosos "tentempiés"
Ana Terzado, dueña de A tapa do barril
Ana Terzado, dueña de A tapa do barril
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Este manjar se disfruta en la ciudad olívica desde hace generaciones, pues es un bocado rápido y muy sencillo de preparar que triunfó desde el inicio en bares y tabernas de toda la ciudad. La receta es sencilla: masa esponjosa y con bastante miga; relleno jugoso que empape esa miga.

Con la idea de abrir una tasca de chateo, una tapería de toda la vida, llegó a Vigo en 1972 un matrimonio de A Estrada que había pasado ya por Suiza y Venezuela. En la calle López Mora abría A tapa do barril, que servía comida casera y variada, acompañada de buenos vinos.

Pero este matrimonio tenía una hija, Ana Terzado, que comía tan mal que su madre, desesperada, tuvo que recurrir a una receta familiar para ver si así la niña ingería algo más que huevos con patatas. Así, Lidia fue probando a meter en empanadillas todo lo que su hija no comía: pescado, verduras, carnes, etc., y servía las empanadillas sobrantes a los parroquianos. Poco a poco, la voz de que aquella era la mejor masa de empanadillas de Vigo se fue corriendo, y A tapa do barril se convirtió en todo un referente para aquel que quisiera disfrutar de este delicioso bocado.

A tapa do barril tiene recetas tan tradicionales como la de carne o bacalao con pasas, y tan innovadoras como la de pollo con curry y manzana

Pero hace unos años, el matrimonio decidió jubilarse y cerrar el negocio, pues se hacían mayores y la tarea de mantener un local de hostelería empezaba a hacerse difícil. "Ahí fue cuando yo me decidí, no podía permitir que un negocio que había costado tanto trabajo a mis padres cerrase definitivamente. Así que heredé el Barril, con sus empleados incluidos, que llevaban con nosotros muchos años. Creo que si una ciudad deja que cierren todos sus pequeños negocios familiares acaba perdiendo valor, y ¿quién soy yo para dejar que el trabajo de toda una vida muera sin hacer nada?", así de segura habla Ana con Treintayseis, orgullosa de haber tomado una decisión que le ha traído muchísimas alegrías.

Tradición reinventada

Ana nunca quiso que perdiera la esencia de la "tasca" que fue en un inicio, y por eso la receta de la masa es la misma que la que preparaban su abuela y su madre, pero le ha dado una "vuelta de tuerca" que ha convertido su local en todo un lugar de peregrinación. "Los clientes son muchas veces los que nos dan las ideas del relleno, así que el secreto quizás sea que escucho lo que la gente quiere y pruebo muchísimas recetas: algunas no salen bien y otras se quedan y triunfan", dice Ana.

El equipo de A tapa do Barril "cocinando" ideas para Halloween

El año pasado, además, abrieron un nuevo establecimiento en Porta do Sol, mucho más orientado al take away. Ana dice que basa muchas de las ideas de su negocio en su propia experiencia: "me di cuenta de que si me olvidaba en casa la merienda de mis hijos solo podía comprar cosas llenas de azúcar: Vigo necesitaba un "salado para llevar" en el centro".

Este local tiene algunos taburetes también para poder comer allí un "menú del día rápido", compuesto de empanadillas con una ensalada fresquita en verano o una crema calentita ahora que llega el invierno. "Ahora también estamos probando nuevos formatos y nuevos rellenos, nunca paro de cocinar", explica Ana que así es como llegaron al formato de empanada "familiar" de toda la vida, pensada para grupos.

Empanada de horno, el formato "familiar"

El confinamiento y la "nueva normalidad", como ya sabemos, han abrazado este modelo de negocio, por lo que A tapa do barril sigue vendiendo al mismo ritmo en Porta do Sol. "El formato del local nos está dando mucha vida; en López Mora sí que notamos muchísimo la diferencia, pero en el centro somos casi un despacho, los clientes llaman por teléfono y vienen a recoger su pedido recién hecho y calentito".

Ana nos adelanta también que están buscando un nuevo formato de take away con comida envasada al vacío. "Tengo una cocinera mexicana que hace unos tacos al pastor riquísimos, que están teniendo mucho éxito. Hemos probado a preparar nosotras las tortillas y la carne, y envasarlo todo al vacío para que aguante dos o tres días, y te lo montes tú en tu casa cuando te apetezca cenar mexicano: abrir, calentar y montar".

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