La Xunta confirma el fin de la concesión de la 'Presa do Inferno' y ordena su demolición
VIGO, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Xunta de Galicia ha notificado este jueves al Ayuntamiento de Soutomaior (Pontevedra) su decisión de poner fin a la concesión del aprovechamiento hidroeléctrico en el río Verdugo, conocido como 'Presa do Inferno', y la orden de demoler las instalaciones para restaurar el cauce original del río.
El Ayuntamiento de Soutomaior ha celebrado esta decisión, que viene avalada por informes de Augas de Galicia, después de que la concesión de la presa hubiera finalizado ya en 2017 (tras 131 años de explotación).
La empresa titular de la presa deberá acometer los trabajos de demolición y la recuperación entorno. Asimismo, antes de un mes tendrá que eliminar la canalización de agua hacia la estación hidroeléctrica y detener de forma definitiva su actividad, según han explicado fuentes municipales.
Para el resto de trabajos de demolición, para los que deberá presentar un proyecto técnico, dispondrá de un plazo de 18 meses, una vez obtenidos los permisos necesarios.
El alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, ha aplaudido la resolución de la administración autonómica, que "pone fin a varios años demandando el cierre de esta presa". "Es una gran noticia para las decenas de familias que viven del marisqueo y para todos los vecinos", ha proclamado.
Defensa de la biodiversidad
Reguera ha señalado que la defensa de la biodiversidad del río es también la defensa "de los recursos propios" de los vecinos y de la economía local,y ha añadido que el deber de las administraciones es proteger ese entorno de daños, ya sea en forma de centrales hidroeléctricas "o de trasvases inútiles", en alusión al proyecto defendido por el gobierno local de Vigo para mejorar el abastecimiento a la presa de Eiras y el suministro de agua a la ciudad olívica y otros municipios del entorno.
Según ha apuntado el regidor, la eliminación de la 'Presa do Inferno' implicará la recuperación de un tramo de 2 kilómetros del río Verdugo y de 5 kilómetros del río San Vicente. Esto permitirá la restauración de la biodiversidad ya que, hasta ahora, la presa impedía el paso de especies migratorias como la anguila, el salmón o la lamprea, además de otros perjuicios.
