La Biblioteca del Estado: así es el proyecto con más discrepancias políticas de Vigo
Todo empezó en el año 2007, con un Abel Caballero recién llegado a la alcaldía, quien pedía que se construyese una Biblioteca del Estado que diese a Vigo el reconocimiento y la importancia que tenía como ciudad. El entonces Ministro de Cultura, César Antonio Molina, prometía que en el nuevo plan de Bibliotecas del gobierno socialista se incluía una lista de "ciudades importantes que no son capital de provincia", que estaba encabezada por Vigo.
Hoy, catorce años después de aquel encuentro, la ciudad olívica sigue sin tener una biblioteca de titularidad estatal y tampoco parece que vaya a ser una realidad a corto plazo. Los vaivenes políticos en el Gobierno central, los cambios de ubicación del edificio público desde el Concello de Vigo, la falta de financiación y, lo más importante, la ausencia de un proyecto concreto han hecho que la instalación de la Biblioteca del Estado siga siendo un castillo en el aire más que una realidad.
No obstante, desde alcaldía siguen recordando que el plan está en marcha y periódicamente retoman la presión al Ministerio de Cultura para crear en Vigo "un espacio singular" en el que la educación y la cultura sean el centro. La Xunta de Galicia, por su parte, presentó al Gobierno un Plan de Usos del terreno elegido finalmente para albergar la biblioteca, aunque el ente autonómico denunció que el Ministerio había reducido a la mitad el tamaño del proyecto.
"Un edificio singular"
El primer proyecto de Biblioteca del Estado del que se habló, en el año 2007, tenía como objetivo la antigua Panificadora, en la plaza del Rey de Vigo. Se pretendía en aquel momento aprovechar una remodelación del propio edificio del Concello y convertir la plaza en un espacio semicerrado, "un lugar de encuentro y celebración". El plan, presentado por el arquitecto Rafael Moneo, nunca llegó a ejecutarse porque el Concello aseguró que no podía expropiar todos los terrenos de la plaza.
No fue hasta 2018 cuando se hizo una nueva propuesta, que incluía construir la Biblioteca del Estado en los terrenos de la antigua Ciudad de la Justicia, en la calle Lalín. Este espacio, que sí es del Concello, cuenta con aproximadamente 6.000 metros cuadrados con un valor de 5 millones de euros, "que el Concello cedería gratuitamente", dijo Caballero.
El edificio diseñado por el Concello debería ser "un edificio singular", que se convertiría en el centro de un nuevo espacio cultural y educativo único en la ciudad. Los antiguos edificios de los juzgados se convertirían en un Ágora Cultural de más de 18.000 metros cuadrados que acogería conciertos, conferencias y demás eventos culturales de la ciudad. Estos metros se sumarían al espacio que ocupan ahora el CEIP Altamar y su residencia, que el Concello quiere trasladar, para incluir en el proyecto una gran zona verde que rodee la biblioteca y el ágora.
La idea de la Xunta, a quien gustó esta planificación, era comenzar a construir en cuanto se vaciasen los juzgados de la calle Lalín, aunque la pandemia ha retrasado considerablemente las obras de la nueva Ciudad de la Justicia y esto tardará en ocurrir. También hay que tener en cuenta que, aunque el Gobierno prometió que habría una Biblioteca, el plan para construirla no solo se reflejó en los Presupuestos del Estado con Zapatero, pero desde 2013 no ha vuelto a aparecer en la planificación estatal.
¿Cómo están las cosas ahora?
Esta última idea es la única que ha logrado tomar fuerza y convertirse en la más cercana a la realidad hasta el momento, aunque no está exenta de cambios y "peleas políticas" entre Concello, Xunta y Estado. Tanto el consistorio local como el ente autonómico abogan por la construcción del edificio cuanto antes, para dotar a Vigo de una infraestructura propia de su tamaño y relevancia con respecto a otras ciudades gallegas.
Es el Estado el que parece haber puesto más trabas hasta hoy, aunque en marzo de 2020 el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, asumía el compromiso de su predecesor y prometía que Vigo tendría una Biblioteca del Estado pronto. Un año después, el mismo ministro citaba el proyecto en un desayuno informativo de Europa Press, asumiendo el alcalde de Vigo que esto significaba que todo seguía adelante.
La verdad es que poco se sabe del estado del proyecto, que no aparece en ninguna partida presupuestaria y del que no hay más que unos planos presentados por el consistorio local en 2018. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que tanto el Concello como la Xunta quieren anotarse el tanto, lo que juega a favor de Vigo, que de una u otra forma acabará teniendo una Biblioteca del Estado, sea quien sea el que la construya.
