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Casa rural Yoruba: Mágico alojamiento en Ames (A Coruña) que fusiona Galicia y África

Situado en un entorno con más de 5.000 años de antigüedad, se erige esta cara rural del 1900 que fue recuperada del abandono y cuenta con siete habitaciones de acuerdo al número de santos de la religión africana Yoruba
Exterior de la casa rural Yoruba en Ames.
Yoruba
Exterior de la casa rural Yoruba en Ames.
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Dos culturas, Galicia y África, que se unen en una sola en un entorno único con más de 5.000 años de antigüedad. Así es Yoruba, una casa rural en Ortoño, perteneciente a Ames (A Coruña) que abrió sus puertas en junio de 2020 y a la que las redes sociales le han dado un gran impulso, ya que la nieta de una vecina que vive al lado del alojamiento se hizo eco en twitter de la existencia de las instalaciones, lo que despertó el interés de multitud de curiosos, tanto locales como incluso del extranjero y muchos ya se han hecho con su habitación para este verano.

Muebles de madera maciza, una exposición de piezas africanas, pinturas gallegas y hasta un escudo restaurado de la iglesia de Palmeira (municipio perteneciente a la localidad de Ribeira) integran la decoración de Yoruba, una casa que data del 1900 y que tardó años en ser restaurada ya que sus propietarios la adquirieron en completo estado de abandono. Actualmente, el alma del lugar son Pilar Meis y su marido Alberto García, que juntos han creado este acogedor enclave que cuenta con un total de siete habitaciones, de acuerdo a las siete potencias (o santos) de la religión africana Yoruba, todo ello debido a que la mujer del dueño de la casa es de África y ambos viven allí, aunque regresan todos los años a la comunidad durante una temporada.

Casa-museo y habitaciones accesibles

Los orígenes del proyecto de turismo rural se remontan a 1996, año en el que comenzó la reforma de la mano de un propietario que posteriormente la vendió a un antiguo compañero de colegio, que se hizo con ella y le dio su toque con la ayuda de su mujer, natural de África. "La propietaria trajo muchas piezas africanas porque le encanta el arte, de hecho somos una especie de casa-museo porque contamos con una muestra de huevos de avestruz pintados a mano y tallados por africanos", explica Meis, a lo que añade que el alojamiento cuenta también con su toque porque estudió arte, está especializada en escultura y tiene nociones de escaparatismo.

"Mi marido y yo iniciamos este proyecto con esfuerzo, amor y trabajo, pero sobre todo con mucho mimo. Todo está hecho a medida y primero se hicieron dos sillas que son como dos tronos aderezados con dos leones como posabrazos, todo tallado en madera maciza", afirma Meis. En las paredes de la casa rural se pueden encontrar pinturas de aire gallego en las que se representan mesones antiguos "con porcelana típicas de las abuelas gallegas", detalla la responsable del alojamiento. Todas las habitaciones son diferentes y en la planta baja cuentan con una habitación adaptada para personas con dificultades de movilidad.

La parte exterior cuenta con un mesado a juego con bancos, todo de madera maciza, y en esta parte con el buen tiempo se ofrece a la clientela la opción de organizar una barbacoa. Además, los responsables de Yoruba aclaran que admiten mascotas en la parte de la terraza "siempre que el resto de huéspedes estén de acuerdo" con la intención de facilitar la posibilidad de viajar y la estancia a las personas que tienen animales a su cargo.

Recetas africanas y turismo consciente

En Yoruba los huéspedes pueden deleitar su paladar con especialidades únicas como la ensalada o el pollo Yoruba. La primera está elaborada a base de una salsa especial, lechuga, cebolla, zanahoria rallada, huevo cocido rallado, aguacate y bacon frito. El pollo "tiene una elaboración complicada", según Meis, porque debe macerarse durante un día, para posteriormente cocerlo y darle un golpe de horno y al gusto tiene un sabor "muy especiado", describe.

Ante el estrés laboral y la fatiga psicológica generalizada a causa de la pandemia, en Yoruba apuestan por el denominado "turismo consciente", es decir, "ejercicios que ayudan al bienestar psicológico, físico y mental". Rutas a caballo o en bicicleta son algunas de las opciones disponibles para realizar, aparte de poder acudir a un campo de golf cercano. El entorno de la casa rural "es único y lleno de calma", según los responsables de la casa, que destacan puntos importantes de los alrededores como un molino antiguo, un puente de piedra romano, la iglesia de la Merced y su carballo milenario o el pueblo de Ponte Maceira, catalogado como uno de los más bonitos de España.

A su vez, la casa está bordeada por el río Sar y un sendero que antiguamente unía dos pueblos e iba por el medio del monte al lado del río y de molinos antiguos, fue recuperado recientemente por Meis y su marido con la ayuda de un vecino, Santiago. "La meta era recuperar algo que era de la gente de la aldea y que de repente se quedaron sin acceso. Queremos que quien se aloje aquí también pueda disfrutar de este camino y llenarse de energía", subrayan. Otro de los atractivos es el río Tapia o la conocida como "Ruta Rosaliana", en honor a la célebre poeta gallega, que vivió en esta zona, y el recorrido pasa por puntos emblemáticos que formaron parte de su vida.

Reservas estivales y visitas desde el extranjero

Meis cuenta que ya cuentan con parte del verano cubierto de reservas y que en menos de un año que llevan abiertos y con las dificultades (el cierre perimetral vigente durante meses les impidió trabajar) han recibido visitas de gente de fuera de España. Su principal publicidad es el "boca a boca" y su tarifa por noche hasta mayo asciende a 59 euros, pero a partir de mayo este precio se mantiene de domingo a jueves pero el viernes se eleva a 65 euros (con bonificación del 10% si la reserva es para más de una noche).

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