Jesús María de Madariaga Fernández-Fígares

Jesús María De Madariaga Fernández-Fígares / Ingeniero Técnico Agrónomo

07/03/1944, MadridMadrid, 28/03/2020

No estábamos preparados para esto, Papá, nosotros no.

Ha sido y está siendo tan duro y tan extraño que no hay palabras ni tiempo en el mundo que nos haga superar que ya no estás aquí con nosotros, con tu Candi, tu esposa y tus cuatro hijos: María, Marta, Jesús y África. Es imposible describir la sensación de impotencia y el absurdo de haberte visto perfectamente, feliz y disfrutando en la celebración de tu 76 cumpleaños, y que 20 días después nos agarremos a tu maleta, tu ropa, tus gafas o la navajita que siempre llevabas encima, desesperados buscándote en cada objeto: eso nos han devuelto de un marido y padre inolvidable.

Pero nos negamos a asumir lo que sabemos que hay que asumir: te vemos bajando las escaleras de casa, te notamos canturrear tus zarzuelas por la casa, te escuchamos hacer comentarios jocosos, te oímos terminar las frases familiares que tanto repetíamos, olemos tu colonia… Porque Padre, tú sigues aquí, con nosotros, en cada uno de tus cuatro hijos y en cada uno de tus siete nietos: Jimena, Miguel, Nacho, Mateo, Lucía, Jesús y Allegra, como parte indisoluble de nuestro ser, de nuestra alma.

Eres un hombre inolvidable, por eso todo el mundo te quiere, por eso tus hermanas, hermano, cuñadas, sobrinos, primos y amigos te lloran: tu sonrisa fácil, tus abrazos intensos, tu carcajada sincera, tu carácter, tu facilidad de disfrutar con cada pequeño detalle de la vida: un buen arroz cocinado por tu mujer, un acantilado al borde del mar, una carretera con muchas curvas, un abrazo de Allegra, un paseo por cualquier puerto, una conversación con cualquier desconocido, una discusión de fútbol o política, un buen sombrero, graciosamente ladeado, escuchar el parloteo incesante de tu familia reunida cada domingo, sin dejarte meter baza… Cómo te vamos a echar de menos…

Quédate aquí cerca, Papá, en la habitación de al lado, al otro lado del camino, con tus preciosos ojos mirándonos a todos. Espéranos para enseñarnos el camino a todos en el gran viaje en el que haces de avanzadilla, como tanto te gustaba. Ya estás subido en el pico más alto, mueve bien los brazos para que te encontremos al otro lado. Espéranos. Te queremos con el alma.

TU ESPOSA Y TUS HIJOS.

Por Marta de Madariaga, hija de Jesús.

Volver a inicio