Cardet, mejor destino para febrero.

Cardet, mejor destino para febrero. Istock

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Este es el pueblo más bonito de España para viajar en febrero: solo cinco habitantes y elegido por National Geographic

Esta pequeña aldea del pirineo catalán ha sido seleccionada como el destino ideal para hacer una escapada durante este mes.

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En el corazón de la Vall de Boí, en el Pirineo de Lleida, encontramos un pequeño tesoro que ha conquistado a la revista National Geographic: Cardet, un encantador pueblo de montaña elegido como el destino más bonito para visitar en este mes de febrero.

Cardet es una pintoresca aldea situada en la comarca de la Alta Ribagorza, en lo alto de una colina a la derecha del río Noguera de Tor. Conserva el encanto de los pueblos tradicionales del valle, con calles empedradas y una arquitectura románica propia de la alta montaña.

Rodeado de imponentes cumbres que superan los 3.000 metros, Cardet es un auténtico mirador natural. Con solo cinco habitantes y una veintena de casas de piedra y tejados de pizarra, este rincón pirenaico ofrece a los viajeros un refugio de tranquilidad, historia y naturaleza en estado puro.

Embalse de Cardet.

Embalse de Cardet. Istock

Sin embargo, uno de sus mayores atractivos es la iglesia románica de Santa María. Construida entre los siglos XI y XII, está ubicada en la ladera de la montaña y destaca por una peculiaridad única. Gracias al desnivel propio del terreno, en su interior se pudo construir una cripta, algo excepcional dentro del conjunto de iglesias románicas de la Vall de Boí, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.

A casi 1.200 metros de altitud, su mirador ofrece vistas impresionantes de gran parte del valle. A los pies de la colina se encuentra el embalse de Cardet, donde las aguas del Noguera de Tor crean un paisaje ideal para disfrutar de la vista y la tranquilidad.

Curiosamente, en Cardet no hay alojamientos ni restaurantes, lo que refuerza su ambiente de tranquilidad. Sin embargo, en los pueblos de sus alrededores se pueden encontrar fondas tradicionales, restaurantes de cocina local e incluso propuestas gastronómicas de autor, perfectas para completar la experiencia.

Los visitantes que llegan a Cardet se encuentran con un entorno que parece detenido en el tiempo. Sus calles empedradas y serpenteantes, junto con la arquitectura tradicional, propia de los pirineos, transportan a otra época.

Las casas de piedra armonizan con el paisaje natural, ofreciendo una estampa pintoresca en cualquier época del año. El ambiente del pueblo es sereno y acogedor, ideal para quienes buscan desconectar del bullicio de la ciudad.

Además, si visitas Cardet en febrero, tendrás la oportunidad de ver sus paisajes cubiertos de nieve, lo que hace que el lugar se vea aún más mágico en plena temporada invernal.