Afganistán ha vuelto a los noticieros del mundo entero. La salida de Estados Unidos del país y la toma del poder en Kabul por parte de los talibanes, coloca de nuevo a esta convulsa nación en el centro informativo. Porque lo que ocurre en Afganistán, por desgracia, sólo existe cuando explota. Cuando estalla la tragedia. Sin embargo, lo ocurrido estas semanas es el resultado de una década de políticas. De juegos de poder. De estrategias erróneas que se remontan a 1979 y que han terminado de eclosionar en estos últimos 20 años de guerra de EEUU, la más larga de su historia, como retrata la película documental La guerra más larga que puedes ver en Movistar+.

Eso es lo que hace el excelente documental dirigido por Greg Barker, producido por el equipo de Homeland, Alex Gansa y Howard Gordon. Un trabajo didáctico, que hace un repaso histórico que permite entender los orígenes de todo, porque aunque muchos crean que esto empezó en 2001, con el atentado contra las Torres Gemelas, realmente es un conflicto geopolítico que se remonta décadas atrás y que ha terminado provocando una guerra que ha acabado con la vida de más de 2.400 personas y costado más de 1.000 millones de dólares (solo) a los Estados Unidos.

Una guerra que ahora abandonan. Un conflicto que todos los presidentes desde George Bush prometieron que iban a terminar con la victoria americana y en el que realmente EEUU fue una parte fundamental en su eclosión en 1979. Es ahí donde comienza el viaje al pasado del documental que da voz a agentes de la CIA, periodistas, activistas, políticos y un numeroso ejército de testimonios sobresalientes que hacen ver que, por desgracia, la gente de Afganistán nunca interesó a nadie.

'La guerra más larga'.

“Las potencias mundiales están usando nuestro terreno para sus guerras”, se escucha en un momento en el documental, y uno entiende que es verdad, y que fue precisamente en la lucha de EEUU contra el comunismo donde se marca el comienzo de todo. Es ahí cuando la Unión Soviética invade el país, y cuando EEUU decide que este conflicto es parte de la Guerra Fría. A través de la CIA comienzan a apoyar a los muyahidines. Les da millones de dólares y les proporciona misiles antiáereos para luchar contra la URSS. Pronto empiezan a derribar cientos de aviones. La guerra cambia de bando. Una batalla que dura diez años. Hasta 1989, cuando tras diez años las tropas soviéticas abandonan el país. Pero EEUU no tenía ningún interés en la estabilidad de Afganistán, y también se fueron.

Lo que siguió es una guerra civil durante la década de los 90 en la que las diferentes facciones de los muyahidines se enfrentan y donde por primera vez los talibanes muestran de lo que son capaces. Asesinaban a líderes muyahidines, les colgaban y les metían el dinero en la boca “por avariciosos”. Eran una población armada hasta los dientes y con mucho dinero gracias a EEUU y ahora todo estaba estallando. Roya Rahmani, primera embajadora de Afganistán en EEUU, recuerda que en el año 1992 no podían estar peor. El burka se impone a las mujeres. Nadie hace nada.

En este recorrido por los 90, el documental hace parada en el momento en el que en 1996 se avisa a EEUU de que Al Qaeda es un peligro. No les importa. No era su preocupación. Incluso Bin Laden ofrece una entrevista en la que declara la yihad a EEUU, pero no es hasta 1998, cuando vuelan dos embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania cuando por primera vez ven el peligro real. Un peligro que se materializa aquel fatídico 11 de septiembre de 2011 que cambió el mundo para siempre.

Una mujer con burka en un campo de refugiados en Kabul. Efe

Bush lo tuvo claro. Había que entrar en Afganistán y acabar con Al Qaeda, pero sobre todo con Bin Laden. “Que estuvieran los talibanes nos daba igual, nos interesó que estuviera allí Bin Laden pero no cambiar Afganistán”, se escucha en otro de los momentos reveladores del documental, que también habla sobre las torturas y las masacres cometidas por la CIA y que varios de sus miembros defienden por la información lograda.

Para la activista Patricia Gossman está claro, “la guerra antiterrorista y cómo se libro nos ha llevado hasta aquí”. A pesar de todo hubo momentos en los que parecía que algo podía cambiar, como en 2004, cuando se produjeron las primeras elecciones democráticas en el país en más de 5.000 años. Parecía que la estabilidad y la democracia podía llegar… pero fue una ilusión. El extremismo aprovechó el interés creciente de EEUU en Irak y decreciente en Afganistán para empezar a su contraataque. La invasión de Irak también melló la confianza de la gente y de los aliados internacionales. La presencia americana cada vez estaba peor vista y las relaciones con los locales se tensaban. “No teníamos recursos para lidiar con ambos conflictos, estábamos en Irak”, recuerda un agente de la CIA en el documental.

Tampoco Obama sale bien parado en este recorrido histórico. Apostó por retirar las tropas de Irak y reforzar las de Afganistán, pero sin ningún resultado. La guerra continuó y en su legado quedará el dudoso honor de haber sido quien realizó más ataques con drones. Casi todos después de que mataran a Bin Laden. ¿Por qué se siguió atacando de forma discriminada si el objetivo principal había sido abatido? La CIA convirtió Afganistán en un “laboratorio paramilitar”, pero seguía sin controlar un país incontrolable.

Un viaje por las pocas luces y muchas sombras de una guerra eterna que muchos predijeron que no se podía ganar y que sólo traería más caos. Un documental fundamental para intentar entender la punta del iceberg de todo lo que está ocurriendo y de por qué ha ocurrido.

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