El terror ha vuelto a la televisión. Durante décadas las series se habían olvidado del género, y habían conseguido que los fans añoraran productos como Twilight Zone o Historias para no dormir. Sólo algunos valientes como Ryan Murphy se atrevieron a rescatarlo con la saga American Horror Story.

En los últimos años han sido los productos para adolescentes los que han apostado por el horror. Riverdale, Crónicas Vampíricas o el reciente remake de Sabrina (rebautizado como Las escalofriantes aventuras de Sabrina), han rebajado el contenido para enganchar a un público que está deseoso de pasar algo de miedo, pero también de forrar carpetas con sus últimos ídolos de masas. La mezcla de amor, culebrón y toques de suspense y terror se ha puesto de moda y ha arrasado en audiencia, por lo que el horror adulto había pasado a un segundo plano.

Por eso la llegada de una serie como La maldición de Hill House es digna de celebrarse. Un producto que apuesta por el terror de verdad, y de calidad con una trama tan sencilla (a priori) como una casa encantada y una retahíla de traumas familiares.. Nada de sustos fáciles, subidones de volumen y sorpresas rebuscadas para erizar el vello. Prefieren que el espectador vaya entrando en un estado casi hipnótico en el que el miedo crece poco a poco, mientras también va descubriendo la tragedia familiar de los protagonistas. El éxito de La maldición de Hill House es haber realizado una serie en la que no sólo funciona el terror, sino que la historia dramática está a la altura y es el auténtico corazón de la historia.

La maldición de Hill House.

Netflix se la ha jugado con su apuesta, y ha salido ganando. Nadie contaba con que la crítica se rendiría a una serie de terror que nadie ponía en sus listas de lo más esperado del año, pero ahora nadie duda que La maldición de Hill House estará en todos los rankings de las mejores ficciones del año y tendría que ser considerada para la próxima temporada de premios.

Aunque todo el mundo mencione a Netflix, el verdadero responsable de La maldición de Hill House es Mike Flanagan, showrunner y director de los diez episodios que ya se había hecho un nombre en el cine de género gracias a filmes como Oculus, y que ahora se ha convertido en la sorpresa de la temporada. Siempre ha estado ligado al terror, y en su llegada a la televisión lo ha colocado en el foco de todos.

Habrá que apuntar su nombre, pero sobre todo estar atentos a lo que hace en su nueva película, Doctor Sueño, secuela de El resplandor que le puede aupar también a la cima del terror cinematográfico.

Noticias relacionadas