Manolo y Gorrión en el documental.

Manolo y Gorrión en el documental.

Cine Festival de Málaga

Don Quijote existe, tiene 73 años y vive en un pueblo de Andalucía

El documental 'Donkeyote' cuenta la historia de Manolo, un quijote moderno que quiere recorrer EEUU junto a su burro Gorrión.

19 marzo, 2017 01:52
Málaga

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Manolito tiene 73 años, vive en un pequeño pueblo de Córdoba y disfruta de los pequeños placeres de la vida, pasear por el campo, contar historias a quién quiera escucharlas y, sobre todo, caminar junto a su fiel amigo Gorrión, un burro de diez años al que habla, mima y que le acompaña en todas sus aventuras desde que se lo regalaran tras tener un infarto.

Manolo y Gorrión tienen una relación especial, más cordial que la de muchos matrimonios que llevan años casados, pero les falta un sueño por cumplir juntos, recorrer la ruta que hicieron los indios Cherokees cuando les expulsaron de sus comunidades en EEUU. Para ello tendrán que viajar a otro continente, coger un barco, resolver mil problemas y encontrar el dinero para financiar un sueño casi imposible, más si tenemos en cuenta que Gorrión tiene miedo al agua y no es capaz ni de cruzar el puente de su pueblo.

Manolo y Gorrión en el documental.

Manolo y Gorrión en el documental.

La odisea de estos dos entrañables personajes es el centro de Donkeyote, el documental de Chico Pereira que se ha presentado en el Festival de Málaga. El propio título deja claro cuál es la inspiración de este Quijote del mundo real que se enfrenta a sus propios molinos de viento. No quiere aceptar que todo ha cambiado, que está mayor, que ahora los campos tienen vallas y que sus hijos se preocupan por él. Por eso se empeña en seguir haciendo marchas kilométricas a pesar de sus dos infartos. Ganas no le faltan, acompañado de Gorrión intenta aprender inglés y repite a su manera las frases que escucha en un casette. Ni siquiera atina con los números, no pasa del 'one, two, three' sin equivocarse pero sigue pensando que es capaz de realizar un sueño que su familia ve peligroso.

Contador de historias y soñador incansable, Manolito recita poesías, canta y enamora a todo el mundo con su franqueza. A los primeros a sus sobrinos Chico y Manuel, director y guionista de este documental que siempre supieron que en su familia había una película. Desde que eran niños y escuchaban los cuentos de su tío lo tenían claro, pero no fue hasta una reunión hace años cuando dieron el paso. Su naturalidad le convirtieron en el mejor actor posible.

Catarsis familiar

Donkeyote se articula en torno a un personaje hipnótico, pero surge como una catarsis emocional. La familia de Manolo llevaba años sin hablarse y decidieron que la mejor forma de reencontrarse con sus fantasmas y sus seres queridos era este documental en torno a esa figura que de pequeño les contaba cuentos y que todos quedaban embobados.

Era un viaje emocional muy fuerte. Quiero pensar que cuando pasen unos años no pensaremos si hicimos una buena película sino las cosas que conseguimos con ella

El resultado no ha podido ser mejor. Tras años de rodaje, 80 horas de grabación reducidas a menos de hora y media y levantar una película sin ayuda de ninguna institución pública española y gracias a productores alemanes, podrá verse en el Festival de Málaga. Para la puesta de largo se han reunido casi 60 familiares que abarrotarán la sala del Teatro Echegaray para ver su historia juntos. Algunos hace años que no se ven. También ha venido Manolo, esta vez sin Gorrión, pero engalanado y con su inseparable sombrero.

Sus sobrinos Manuel -guionista del filme- y Chico -director- se reencuentran y cuentan a EL ESPAÑOL cómo este viaje no tenía reglas, “queríamos ver las cosas que surgían”. “Él siempre ha estado atraído por los indios, la vida salvaje, dormir en el campo… Es una generación que es así, en nuestro pueblo en Córdoba la gente iba a caballo al colegio. No es que él sea muy peliculero, es que él es así”, añade Manuel.

Manolo escucha clases de inglés mientras pasea con Gorrión.

Manolo escucha clases de inglés mientras pasea con Gorrión.

"Era un viaje emocional muy fuerte. Quiero pensar que cuando pasen unos años no pensaremos si hicimos una buena película sino las cosas que conseguimos con ella. Era una especie de terapia. A través de la película hemos conseguido que la familia haya estado junta y hayamos reconectado", cuentan los creadores.

La referencia al personaje de Cervantes, que está en la esencia de las imágenes y se extendió al título, surgió casi como un juego de palabras (burro en inglés es Donkey) y acabó convirtiéndose en un leitmotiv que describe a este personaje. "Es evidente que esa cordura que puede mostrar Don Quijote la muestra también nuestro tío a la hora de tratar a sus animales y hablar con su hija, pero le vemos muy loco a la hora de realizar su viaje", explica Manuel Pereira.

Él es un gran contador de historias y las historias trascienden el éxito y el fracaso. Da igual que su plan de irse a América salga bien o no. Al final él ya tiene otra historia que contar

Tres de los sobrinos de Manolo han acabado trabajando en el mundo del cine. Chico y Manuel lo tienen claro, las historias de su abuelo y el poder de sus relatos influyeron. "Creo que sí. Lo he reflejado alguna vez, porque va un poco en los genes. Él es un gran contador de historias y las historias trascienden el éxito y el fracaso. Da igual que su plan de irse a América salga bien o no. Al final él ya tiene otra historia que contar, una canción que cantar. Esa sed de aventuras se convierte en historias", cuentan estos primos que ya preparan siguiente documental. También en el mundo rural, pero esta vez sin su tío Manolito y su inseparable Sancho Panza, el burro Gorrión.