Los zombis en plena tarea.

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Los zombis se comen a Jane Austen

'Orgullo + Prejuicio + Zombis' prometía buenas dosis de horror y comedia, pero Steers se queda con el drama y la fantasía de la autora.

1 abril, 2016 00:52

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La película es una adaptación de un libro que combina el universo de Jane Austen con el de los muertos vivientes. Seth Grahame-Smith, el escritor de la historia en la que se ha basado el libreto de la película, parece respetar desde su prosa la obra de la británica, sin intención de ridiculizar u ofender su legado. Más bien creando una aventura fantástica con, se anticipa, buenas dosis de horror y comedia para paladares victorianos.

Amor en tiempos de zombis

Aunque O&P&Z intente atraer al público del cine de terror y al aficionado a las parodias de garrafón, será al amante de un buen folletín clásico al que la película acabará convenciendo. Su puesta en escena, sus valores de producción y la química de sus dos protagonistas, escena de lucha erótica incluida, son lo más destacado de la función. Esto podría sorprendernos en un primer momento, hasta que descubrimos que Burr Steers, su casi desconocido director (que ha guionizado también la hermanable Abraham Lincoln Cazador de Vampiros), ha orientado el grueso de su carrera en hacer películas para adolescentes.

Descerebrada

De las seis novelas de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio es quizá la que aborda de forma más explícita la crítica feroz a las convenciones sociales, que se combatían con la astucia y la lengua afilada de la que hacía gala su protagonista cuando tenía que contraatacar las puyas de los aristócratas. “Nunca cambiaría mi espada por un anillo”, dice aquí esta heroína moderna del mundo de los infectados, dejando claro que en esta película la acción ha ocupado el lugar que antes le correspondía a la literatura. Y esa es, exactamente, la idea de fondo que parece defender este proyecto.

Conservadora

En esencia, Orgullo + Prejuicio + Zombis no se trata tanto de una parodia de la novela romántica en clave zombi, como era de esperar, sino de una pura adaptación. Un original al que se le ha pasado el borrador por ciertas partes, para encasquetarle el tema de los muertos vivientes de la forma más orgánica (pero no por ello elegante) para el director y guionista. Las luchas encarnizadas quedan, al final, como ruido lejano frente a una trama romántica en la que se reproduce el estilo literario austeniano sin atisbo de ironía. Hay que decirlo: algo más de gracia tampoco le hubiese hecho ningún mal.

Vals de nombres

El primero es Natalie Portman, la que iba a interpretar a Elizabeth Bennet hasta que se topó con “ciertos problemas de agenda”. Al final tomó el testigo Lily James, la sobrina díscola de Downton Abbey y actriz con claras similitudes con Keira Knightley, la anterior chica Austen en la adaptación de Orgullo y Prejuicio de 2009. Además, mucho hubiese cambiado la película de haberla dirigido David O. Russell, el que iba a ser su director, como también iban a serlo Matt Reeves y Mike White antes de que se echaran para atrás. El proyecto de Lionsgate se iba posponiendo, parecía que nadie quería dejarse ver con la chica fea de la fiesta. Al final Burr Steers tuvo la gentileza de aceptarle un baile.

Tradición satírica

Lo hizo Helen Fielding en Bridget Jones, donde ni se molestaron en disimular la referencia directa a su masculino protagonista, Mark Darcy. También los Monty Python en Flying Circus, quienes reimaginaron la Inglaterra dieciochesca para llenarla de situaciones absurdas. Estos son sus referentes satíricos más conocidos, aunque también podemos encontrar trazas de humor en Death Comes to Pemberley, una serie de la BBC, y Fifty Shades of Mr Darcy, novela que le calzaría a Elisabeth Bennet el traje sadomaso. Son sólo algunos ejemplos de las muchas adaptaciones burlonas que tiene esta novela que conmovió, y sigue conmoviendo, a miles de lectores desde hace ya más de 200 años.

Clasismo en las artes marciales

Mientras los más pudientes acuden a academias japonesas para aprender sus técnicas en combate, la emergente burguesía viajaba a China, donde lograr el dominio del Shaolin era indispensable. En esta película, mientras el pomposo Darcy le da al kárate y al judo, las hermanas casaderas golpean con el bian y leen El arte de la guerra en su dialecto Wu original.