Corría abril de 2015 cuando Pablo Iglesias, en un gesto simpático, regalaba al rey Felipe VI la serie Juego de Tronos durante un acto en Bruselas. El monarca le respondió, divertido, que "no la había visto". Entonces aún era la serie favorita del líder de Podemos, una ficción de la que extraer lecturas que aplicar a la política española. Le interesaba "el escenario de destrucción del orden civil y político" que presentaba, y "la lucha a muerte por la conquista del Trono de Hierro", que entroncaba con el pesimismo ideológico que se vivía en esos años -quizá aún hoy-, amén de la "cierta conciencia oscura del fin de nuestra civilización occidental tal y como la conocemos".

En concreto, su personaje favorito era Daenerys: la protagonista se le antojaba "perfectamente consciente de que en un mundo terrible es preciso tener el mayor ejército, las mejores armas (los dragones) y saber mandarlos sin que tiemble el pulso". La Madre de Dragones "sabe, por su propia experiencia, que la elección real para los débiles nunca es 'que haya poder o que no haya poder', sino que el poder lo tengan quienes ponen cadenas o quienes quieren acabar con las cadenas". Ella aspiraba a ser una líder en quien todos confiasen, pero también sabía que "sin dragones no podrá ser una verdadera líder ni liberar a ningún pueblo", en palabras del propio Iglesias, siempre antes que que el arco del personaje diese un viraje de 180 grados y se lanzase al genocidio

El devenir final de la serie no convenció a Iglesias, que manifestaba en Twitter hace unos días -previos al último capítulo- que sentía que tenía la sensación "de que han matado la complejidad de los personajes y la trama". Ahora que la ficción ha llegado a su fin también ha querido hacer su propia lectura del último capítulo: "Echenique presidente de la República; Catalunya Estado libre asociado; Iván Redondo sigue de mano del rey", escribió -recuerden que Bran el Tullido, ha acabado triunfando; que el Norte, uno de los Siete Reinos, se independiza; y que Redondo fue escogido por Pedro Sánchez como jefe de gabinete de La Moncloa-. 

Pero no se quedó ahí. Al recibir las respuestas de cientos de usuarios, el líder de Podemos siguió comentando sus impresiones. Echenique, por alusiones, le contestó que le faltaba una idea importante: "El poder no lo da el ejército ni el dinero. Lo da el relato", a lo que Iglesias alegó que estaba de acuerdo, pero que el relato va después de los dragones. "¿Y Euskal Herria?", lanzó otro tuitero. "Los inmaculados", alicató. 

"¿Y Drogon?", preguntó otro, en referencia al único dragón de los tres que engendra Daenerys que queda vivo al final de la serie: "Más periodismo", siguió. A Carmena, alcaldesa de Madrid, Iglesias la identifica con la misteriosa, serena, profética y poderosa Melisandre, la Mujer Roja, pero no dio más explicaciones. Se trataba de una sacerdotisa del Señor de la Luz que arranca la trama siendo la consejera más cercana de Stannis Baratheon y acaba reapareciendo en la Gran Guerra para ayudar en la victoria a los vivos. Finalmente se arranca el collar que la mantenía joven y con vida.

Aún hay más tela que cortar: otro usuario le habla de su querida Daenerys, "la que hablaba de liberar a la GENTE, causando ruina y destrucción a la GENTE", en un guiño al propio discurso de Iglesias, a lo que él responde: "El libro negro del comunismo", en alusión a la investigación publicada en 1997 que trata de catalogar diversos actos criminales (asesinatos, tortura, deportaciones, etc.) que fueron la consecuencia de la búsqueda e implementación del comunismo.