Los hermanos Marc (i) y Jordi Llorens (d) posan con tres modelos de sus motos Leonart.

Los hermanos Marc (i) y Jordi Llorens (d) posan con tres modelos de sus motos Leonart. Cedida

Reportajes

Marc y Jordi fundaron Leonart Motors, las 'Harley españolas' de 125 cc que se venden por 4.000 euros: arrasan en Suiza y Japón

Los hermanos al frente de Leonart Motors celebran 20 años diseñando sus propias custom de 125, que hoy venden "en más de diez países": "Nos caracteriza nuestro diseño rompedor, atención al detalle y versatilidad para el día a día".

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Marc y Jordi Llorens no son solo dos hermanos amantes del motociclismo, son una dupla de emprendedores que supieron reconvertir la fábrica de maquinaria textil de su padre en un negocio creciente que aspira a hacerse un hueco en el competitivo mundo de los fabricantes de motos.

Y poco a poco lo están consiguiendo, porque los Llorens están celebrando este año el 20 aniversario de su empresa: Leonart Motors, un negocio que cerró 2024 vendiendo 700 unidades y facturando 1,8 millones con sus ventas en todo el mundo.

Aunque estos hermanos han mantenido "la ciudad de Barcelona como centro de mando", tal y como explica Jordi, que ostenta el cargo de CEO, a EL ESPAÑOL, el encanto del diseño de las motos Leonart cala, cada vez más, en el extranjero.

"Francia, Alemania, Bélgica, Suiza y Japón... Tenemos presencia en más de diez países". Aunque los Llorens son ambiciosos, y aspiran a que su marca se expanda en un futuro por las cunas del motociclismo: Reino Unido y Estados Unidos.

Un plano de la Leonart Rigger, realizado por Marc Llorens, encargado de los diseños de la marca.

Un plano de la Leonart Rigger, realizado por Marc Llorens, encargado de los diseños de la marca. Leonart Motors

Pregunta.— ¿Qué es lo que diferencia a las motos Leonart respecto de la competencia?

Respuesta. — Hemos puesto el foco en el diseño, esa es la parte de la que se encarga mi hermano, Marc. Decidimos que esa fuera nuestra gran apuesta desde el primer momento porque nosotros somos altos, y hasta la fecha, las motos de 125 siempre han estado catalogadas como pequeñitas.

Entonces nuestra perspectiva fue diseñar motos de 125 en las que la gente tuviera la sensación de viajar en una de mayor cilindrada. Neumáticos anchos, doble disco de freno delantero… Cositas que algunas personas buscaban, pero no encontraban ningún modelo con estas características.

El primer gran éxito de los hermanos Llorens llegó de la mano de su icónica Leonart Spyder 125, una chopper que se caracterizaba por sus dimensiones y su horquilla telescópica única.

Una Leonart Spyder de 2008.

Una Leonart Spyder de 2008. Leonart Motors

Le siguieron modelos icónicos como la Daytona 125, lanzada en 2009, y que no sólo consolidó su identidad de marca, sino que abrió la puerta a la expansión internacional de Leonart, especialmente en Francia, Bélgica e Italia.

"El objetivo siempre ha sido calar en la mentalidad del público, que cuando pensaran en motos custom de 125 lo primero que se les venga a la cabeza sea Leonart", explica Jordi.

Su catálogo ha evolucionado manteniendo siempre su filosofía: diseño rompedor, atención al detalle y versatilidad para el día a día. En 2012, la Bobber 125 y su versión 350 supusieron una revolución con su chasis rígido homologado para circular en toda Europa, un hito inesperado incluso para los más exigentes preparadores de motos custom.

Todo ello, con unos precios que les permiten competir con otras marcas. "Ahora mismo en el mercado tenemos tres modelos. La más económica es la Leonart Pulse, que es tipo naked con un estilo bastante juvenil, y ronda los 2.800 euros".

"Luego tenemos dos custom: la Daytona y la Pilder, para las que tenemos poca competencia directa. Están alrededor de los 4.200 euros. Y además, hemos sacado a la venta la Leonart Rigger, una moto eléctrica equivalente a una 125".

Todas ellas, tal y como no duda en señalar -con visible orgullo- Jordi Llorens: "Diseñadas al 100% por mi hermano. Además, también nos encargamos buena parte del ensamblaje de las motos. Para su construcción, tenemos acuerdos con varios proveedores en China".

El último modelo de la Leonart Pilder.

El último modelo de la Leonart Pilder. Cedida

En este punto, el CEO de la compañía no duda en resaltar el carácter familiar de esta empresa que nació de la semilla de un negocio totalmente diferente que inició su padre. "En 2004, cuando fundamos nuestra marca, mi hermano y yo éramos unos aficionados a las motos que, sin embargo, nunca se habían atrevido a emprender con negocios de este tipo".

P.— ¿Cómo nace Leonart Motors?

R.— La empresa en sí la fundó mi padre, Salvador, en 1986. Él se dedicaba a trabajar con maquinaria textil. Pero por culpa de la globalización, ese sector empezó a irse a pique a nivel nacional, a partir de 2001, 2002.

Y como todo pasa por algo, en España se estableció la convalidación del carné de conducir, es decir, con el permiso de coche podías llevar también motos de hasta 125 centímetros cúbicos. Y ahí vimos una oportunidad para darle un giro a la empresa familiar.

Teníamos la opción de dedicarnos al mundo de las motos, de crear nuestra marca y así aprovechar la demanda que se estaba creando a raíz de esta convalidación del carné. Empezamos a importar vehículos de China con el nombre de Leonart. Pero ya había 50.000 empresas que hacían lo mismo. Por eso decidimos especializarnos un poquito e irnos a crear nuestra propia línea: motos de 125 con un diseño único.

Una imagen de la apertura de la tienda de Leonart en 2015, en Barcelona.

Una imagen de la apertura de la tienda de Leonart en 2015, en Barcelona. Leonart Motors

Y es que, actualmente, en España cualquier persona que obtenga el carné de conducir tipo B -el que permite conducir coches-, al pasar tres años puede empezar a manejar también motos de cilindrada igual o inferior a los 125 centímetros cúbicos, sin necesidad de obtener otro permiso específico.

Apellido materno

Aunque volviendo al componente familiar de la empresa, Jordi explica que el nombre de la marca aparece en sus propios apellidos.

Y es que Leonart es un homenaje que quisieron rendir a su madre, ensalzando orgullosamente sus raíces: "Pensando en cómo bautizar la marca, coincidimos en que el apellido de mi madre, Lleonart, encajaría perfectamente. Finalmente, lo dejamos con una sola 'L' inicial por temas comerciales, y de ahí surgió nuestra identidad".

P.— ¿Cómo esperan cerrar 2025?

R.— Esperamos, como mínimo, cerrar este año de una forma similar a 2024. Aunque hemos tenido una crecida bastante importante en los últimos cinco años. ¿Por qué no vamos a poder seguir con esta línea? Vamos a ser ambiciosos y a mirar más allá de donde hemos llegado. Queremos expandirnos más y buscar nuevos mercados.

P.— Con un panorama económico internacional tan convulso, sobre todo por las amenazas de aranceles por parte de Estados Unidos, ¿os estáis viendo afectados?

R.— En nuestros mercados, donde estamos actualmente, no. Aunque como el nuestro es todavía un proyecto a largo plazo, a medida que vayan surgiendo los acontecimientos iremos también virando a un lado o a otro, dependiendo de cómo vaya todo.