
El productor musical Nacho Cano a su llegada a los juzgados de Plaza de Castilla. Efe
Nacho Cano señala a otras personas de su equipo por el 'caso Malinche' y culpa de nuevo a Sánchez: "Es una cacería"
El productor ha declarado durante casi dos horas en el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid, que le investiga por presuntos delitos contra los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos extranjeros.
Más información: Nacho Cano llevó al hostal del productor de Malinche a sus 'becarios' para poder simular que eran turistas.
Fría mañana de enero en los Juzgados de Plaza de Castilla. El reloj marcaba las diez, pero el bullicio en las puertas del edificio hacía que pareciera pleno mediodía. Nacho Cano, exintegrante del icónico grupo Mecano y productor musical, caminaba con paso firme hacia la sala donde debería declarar como imputado del caso de los becarios de Malinche. A su lado, tres mujeres, sus colaboradoras más cercanas, compartían el protagonismo de una de las historias judiciales más mediáticas del año.
Tan sólo dos horas después, Lesly Ochoa, la bailarina mexicana de 28 años que denunció ante la Policía Nacional las supuestas irregularidades del musical de Malinche, declaraba ante los medios —pese a no tener motivos para estar presente durante la jornada judicial—. "Si el río suena es porque agua lleva", empezó. Durante los minutos en los que habló, recibió constantemente las interrupciones de personas cercanas al equipo legal de Nacho Cano, que, simulando ser periodistas, les espetaban cosas como: "¿Qué haces en España? ¿Quién te mantiene?" o "¿Qué es lo que quieres? ¿Fama?".
Pasada la una y media de la tarde ha salido de los juzgados el propio Nacho Cano, que ha estado dentro durante tres horas y media. En una escueta declaración ante los medios de comunicación, ha decidido no hablar de lo relativo a la investigación judicial para mantenerse firme en su idea de "cacería política" por parte del ministro del Interior, Fernando Marlaska, así como de "otros policías, abogados y jueces corruptos" y hasta del mismo Pedro Sánchez. "Vas a por mí, pero no voy a caer porque no lo merezco", sentenció.
Nacho Cano sobre su declaración por el caso "Malinche": "Es un paripé. Van a por mí"
Fuentes judiciales han explicado a este medio que, ya en el interior de los juzgados, Cano ha contestado que "él no sabía determinadas cuestiones porque él era el responsable artístico y esos asuntos eran competencia de otros integrantes de su equipo". Las mismas fuentes han sostenido que el productor ha sido apercibido alguna vez por mantener una actitud "prepotente y altiva" que ha complicado el proceso.
Diligencias previas
Desde su detención el pasado 9 de julio, Cano había hecho de su defensa un espectáculo mediático, calificándose como una víctima de lo que describía como "una conspiración político-policial". Según él, todo era un intento de manchar su reputación por su relación de amistad con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Apenas unas horas después de abandonar la comisaría aquel julio, Cano convocó a los medios para denunciar lo que él consideraba una persecución injusta.

Nacho Cano, a su llegada a los juzgados de Plaza de Castilla este lunes.
En aquella rueda de prensa, arropado por abogados y algunos de los supuestos becarios que había traído desde México, Cano intentó justificar las irregularidades en las que se encontraba inmerso. Alegó que los problemas eran meramente administrativos. Sin embargo, la denuncia de Lesly Ochoa, la posterior investigación policial y el auto de diligencias previas, marcó un punto de inflexión en el caso.
Según la investigación judicial, Ochoa y otros 17 bailarines habían sido instruidos para entrar en España simulando ser turistas en diciembre de 2023. Una vez en territorio español, comenzaron a ensayar y participar en el musical, a pesar de no contar con los permisos necesarios. La Delegación de Gobierno argumentó rechazar sus solicitudes de visado de estudios tras considerar que la formación que recibían no era reglada ni conducía a un título académico. Para agosto de 2024, justo antes de que comenzara el juicio, todos, excepto Ochoa, habían regresado a México.
La investigación judicial
La jueza del caso, María Inmaculada Iglesias Sánchez, calificó las acciones de Cano y su equipo como un intento deliberado de engañar a las autoridades españolas. Entre las pruebas destacaban mensajes de WhatsApp donde se instruía a los bailarines para hacerse pasar por turistas, llevando incluso guías de viaje para reforzar la coartada. "Les recuerdo que viajarán en calidad de turistas. No deben mencionar en migración que van a estudiar", se leía en uno de esos mensajes de Roxana Drexel, también imputada.
Además, EL ESPAÑOL reveló que el alojamiento de los bailarines, un hostal en el centro de Madrid, había sido reservado por el propio equipo de Cano para reforzar la idea de que eran simples turistas. El administrador del hostal, también accionista de Malinche The Musical Spain SL, fue imputado recientemente por su posible participación en la simulación de una actividad académica.

Nacho Cano se muestra en rueda de prensa junto a tres de sus supuestos becarios.
Mientras la fiscalía avanzaba con las diligencias, Cano centraba su defensa en desacreditar a la denunciante. La calificó de chantajista, asegurando que había intentado extorsionarlo por 6.000 euros. Presentó mensajes que supuestamente respaldaban su versión, pero la jueza desestimó estas pruebas al considerarlas irrelevantes para determinar la legalidad de la situación migratoria de los bailarines.
La inspectora de trabajo que acompañó a los agentes a los ensayos del musical también aportó un informe clave. En él concluyó que los jóvenes realizaban actividades no laborales bajo el amparo de una beca que, aunque formalmente presentada como formación, carecía de validez oficial. Este hecho fue determinante para que las solicitudes de visado fueran rechazadas.
El informe también destacó que los bailarines recibían compensaciones de entre 300 y 500 euros, cantidades que estaban muy por debajo de lo establecido por el convenio laboral. Según las declaraciones de algunos de ellos en las diligencias previas de la Policía Nacional, tuvieron que recurrir a ahorros personales o al apoyo de familiares para poder mantenerse durante su estancia en España.
La defensa del productor
La defensa de Cano también intentó cambiar el curso del proceso judicial a través de estrategias poco convencionales. Propusieron representar también a los becarios que no lo habían denunciado, una maniobra que la acusación popular calificó de "procesalmente estrambótica".
Mientras tanto, dos nuevos testigos fueron imputados: el director de la escuela Jana Producciones, donde supuestamente se impartía la formación, y el administrador del hostal donde se alojaron los bailarines. Ambos fueron señalados por su presunta participación en la simulación de una relación académica que encubría actividades laborales y declinaron hacer declaraciones a este medio en varias ocasiones.

Nacho Cano, a la entrada de su rueda de prensa en Madrid.
En medio de la tormenta mediática, la dirección de Malinche emitió un comunicado contundente. Acusaron a las autoridades y a la jueza de actuar con intenciones políticas y de mantener el caso vivo de manera artificial. "Es una vergüenza que este Gobierno corrupto utilice estrategias para atacar a personas de intachable reputación que generan empleo y desafían el pensamiento único", afirmaba el texto.
Mientras tanto, el proceso judicial sigue su curso, con declaraciones de testigos y nuevas pruebas que complejizan aún más la situación. Después de Nacho Cano declaró Susana Jové, encargada de los mexicanos en España. Y aún faltan las declaraciones de otras dos imputadas. La jueza Iglesias Sánchez tendrá que determinar si las acciones de Cano y su equipo constituyeron un intento deliberado de engañar a las autoridades y si las condiciones laborales de los bailarines mexicanos vulneraron sus derechos.