Ángel Alberich es el CEO y fundador de Quibim.

Ángel Alberich es el CEO y fundador de Quibim. Cedida

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Doctor Alberich, el ingeniero que detecta más de 150.000 cánceres con su IA: "Es el futuro de la precisión médica"

El empresario vende su software de diagnóstico por imagen en más de 24 países y el 60% de las farmacéuticas trabajan con su compañía, Quibim.

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"Esto va a ser el futuro". Con esta premisa Ángel Alberich se puso a trabajar con tan solo 23 años en el desarrollo de algoritmos sanitarios para romper la brecha entre la ingeniería de telecomunicaciones y la medicina, y 17 años después ha conseguido levantar un imperio de productos médicos que operan alrededor de todo el mundo. Combinando la integración de las inteligencias artificiales a los datos computacionales de salubridad, el valenciano está revolucionando las técnicas de detección de cánceres y otras complicaciones médicas.

Quibim, el resultado de años de esfuerzo e investigación, es la compañía liderada por el ingeniero que utiliza las herramientas de IA aplicadas a las imágenes de radiología en su espectro general para poder hallar la enfermedad, diagnosticar, y predecir en condiciones óptimas la salud de los pacientes.

La computación y las nuevas tecnologías permiten abordar nuevos desafíos que hasta hace más bien poco no se podían retar. Consciente de esta situación, Alberich aprovechó el momento para interpretar datos sanitarios a través de técnicas informáticas que el sector médico estaba pasando por alto. "Vi un abanico muy amplio al que me podía dedicar, y decidí centrar mi carrera en ello", menciona.

Ángel Alberich ha levantado una empresa internacional pionera en la detección del cáncer por imagen.

Ángel Alberich ha levantado una empresa internacional pionera en la detección del cáncer por imagen. Cedida

Pionero en este campo, el empresario ha conseguido crear unos algoritmos altamente exactos que consiguen leer más allá de lo que podría hacer el ojo al desnudo de un profesional cualificado frente a una imagen radiológica. Ahora, su compañía es sinónimo de calidad, y sus productos sanitarios se utilizan en más de 24 países como India, Estados Unidos, Japón, Francia, Reino Unido

La revolución

Gracias a las lecturas que llevan a cabo las inteligencias artificiales entrenadas por el valenciano sobre las imágenes médicas, se han podido diagnosticar más de 150.000 casos de cáncer en su fase temprana que permite un mejor tratamiento, por ende, una solución más eficaz. Su éxito es tan grande y relevante que el 60% de las principales compañías farmacéuticas trabajan con ellos, y los productos que crean desde Quibim se encuentran en más de 170 centros de trabajo.

Tanto el objetivo personal de Alberich como el de su empresa, es apostar por la mejora del sistema de salud, y pasar de un sistema guiado por los síntomas, ya que consideran que se acude a los centros médicos cuando se tienen, a un sistema del cuidado. Es decir, el ingeniero — junto a sus algoritmos — quiere crear un sistema que priorice el cuidado de la salud de las personas regularmente, antes de que se empiecen a tratar cuando ya haya indicios de cualquier enfermedad. "Cuando ya se tienen síntomas, podría ser demasiado tarde para actuar".

Los productos que ha desarrollado este ingeniero como QP-Prostate, están siendo punteros en la detección de cáncer de próstata, el segundo cáncer más común en hombres, QP-Brain, que automatiza el análisis cuantitativo de imágenes cerebrales y mejora la prevención del alzhéimer. También tienen QP-Liver, enfocada en la gestión personalizada de enfermedades hepáticas y QP-Lung, para analizar el estado mutacional de los tumores en los pulmones; entre otros servicios.

La empresa

"La imagen médica va a ser un catalizador en la salud de la precisión y en evitar la enfermedad", explica Ángel. Para ello, el empresario lleva trabajando en la programación de datos sanitarios desde el 2015.

La creación de algoritmos consiste en programar con el ordenador un software que lea una imagen y de información sobre ella, pero esto no ha sido un camino fácil. Su fase de investigador, en la que trabajó para acercar la ingeniería a la medicina, se vio modificada por una nueva fase en la que la figura del empresario era lo primordial.

Quibim ha detectado más de 150.000 caso de cáncer.

Quibim ha detectado más de 150.000 caso de cáncer. Cedida

"No es lo mismo crear un software que un productor sanitario. Los productos sanitarios tienen que estar muy controlados, se rigen por regulaciones y estándares internacionales, por medidas y protocolos que están muy inspeccionados. Tuve que convertirme en fabricante de productos sanitarios y no un programador. La compañía pasó por un proceso de transición", aclara.

Para explicar sencillamente lo que crean y a lo que se dedican en Quibim, Alberich apoda a su compañía como "una farmacéutica de algoritmos". Al igual que diferentes industrias como Pfizer, Novartis o Johnson & Johnson, investigan, analizan y desarrollan nuevos medicamentos que permiten mejorar la salud de las personas que lo utilizan, ellos hacen lo mismo, solo que utilizando a la ingeniería y la IA como herramientas principales.

"Si nos enseñan una fotografía de una autopista llena de vehículos y nos piden que contemos los coches, es una tarea bastante complicada, tediosa y larga. Aplicando la inteligencia artificial y los datos computacionales podemos saber cuántos coches hay, de qué color son, qué tamaños tienen, qué modelos son…, y todo en cuestión de segundos. Nosotros hacemos exactamente lo mismo, solo que con casos y finalidades médicas", resalta.

Los primeros pasos

Durante su fase universitaria cursando ingeniería de telecomunicaciones, Alberich tenía una incipiente curiosidad por el cuerpo humano, por las células, las moléculas, la salud…, por lo que puso su foco en este sendero, aunque el detonante fue un campamento de verano en el que conoció a sus referentes, a "sus dioses" que apostaban por la aplicación de la ingeniería en la salud con proyectos como la telemedicina.

"Quería hacer la medicina más digital, más exacta y objetiva, por lo que empecé a buscar quién en mi entorno estaba haciendo algo parecido a lo que quería hacer. Fue entonces cuando encontré a Luis Martí Bonmatí, mi socio y radiólogo de reputación que tenía claro que la computación y los ordenadores iban a revolucionar el radiodiagnóstico y las técnicas de análisis por imagen. 'Esto iba a ser el futuro', por lo que decidimos montar la compañía", subraya el valenciano.

Pese a lo que muchas personas piensan, el desarrollo de inteligencias artificiales ya estaba presente antes del auge del Chat GPT, que es como se han dado a conocer principalmente estas increíbles herramientas. "Empecemos a utilizar la IA en 2015, el deep learning nos permitía automatizar los procesos computacionales en imágenes analizadas", subraya.

El empresario opera en más de 24 países por todo el mundo.

El empresario opera en más de 24 países por todo el mundo. Cedida

Los algoritmos con los que empezaron Quibim requerían de intervención y corrección humana porque no estaban tan avanzadas como las que tenemos ahora. Pero todo es prueba y error. A lo largo de los años, Alberich y su equipo han adiestrado estas herramientas con los datos de miles de pacientes para crear diagnósticos especializados en un instante.

"Cuando llega una imagen de una resonancia magnética, por ejemplo, la inteligencia artificial lo analiza y la devuelve al hospital en segundos. Con estos productos podemos saber si el paciente tiene una pérdida de cinco milímetros de tejido gris en una zona u otra, si tiene algún tumor u observar todas las lesiones causadas por la esclerosis múltiple. Aquello que el ojo humano no puede o le costaría mucho ver, la máquina lo hace al instante y automatizado", dice.

El apogeo

Si creas una molécula que va a curar una enfermedad "tienes que publicarlo, hay que llamar a las puertas de los que tienen dinero, de quien te puede dar la salida". Siguiendo esta corriente, Alberich sabía que tenía el potencial suficiente para revolucionar las técnicas de detección de cánceres, por lo que optó por invertir en su software para poder compartirlo con el mundo.

Pioneros en el sector del radiodiagnóstico por imagen, levantaron en el 2020 una ronda de inversión en la que entraron fondos de capital de riesgo que les permitió una expansión considerable. Con esta inyección de dinero, el emprendedor pudo invertir en sus algoritmos, en certificaciones que le permitiera expandirse en mercados médicos importantes como el norteamericano y en la expansión de sus productos. "No podían quedarse en un mercado regional", y no lo hicieron.

"Queremos competir a nivel internacional y estar a la altura de compañías de Israel, Estados Unidos, Corea…", señala. Para llegar a este objetivo reestructuraron su modelo de negocio, y en vez de ir vendiendo sus productos a particulares, tocaron la puerta de las grandes casas.

"Si queremos que Quibim llegue a todo el mundo, necesitamos que el algoritmo esté instalado en todas las máquinas, en el hardware. Así, empezamos a vender nuestro producto a los principales proveedores y empresas de máquinas radiológicas como Siemens y Philips, para que estas salieran con nuestro algoritmo integrado", cuenta el ingeniero.

Los servicios de Quibim están presentes en más de 170 centros de trabajo.

Los servicios de Quibim están presentes en más de 170 centros de trabajo. Cedida

Esta estrategia permitió a la compañía del valenciano competir en el panorama internacional, pero el empresario quería más, y se preguntó lo siguiente: "¿Cómo hago que esto funcione en cualquier hospital y en cualquier paciente?". Para cumplir con su siguiente objetivo Alberich desplegó una increíble infraestructura allí donde uno puede hacer lo que quiera: en la nube.

"Para que todos tuvieran acceso a nuestros productos, implementamos nuestra inteligencia artificial en la nube. En este espacio no hay límites, puedes tener todos los recursos computacionales que quieras, en vez de estar instalando el software en cada hospital. Al final creamos un espacio de multiconexión con un servicio central en la nube que analiza las imágenes y devuelve los resultados al centro correspondiente. Las imágenes viajan por la red, la IA las analiza y luego las devuelve a su lugar de origen", menciona.

La filosofía

"La medicina huye de los grandes titulares porque todavía hay muchas preguntas sin resolver, pero poco a poco se van encontrando nuevas soluciones. La realidad de los productos sanitarios que desarrollamos es que mejora la calidad de vida de los pacientes ya que podemos acceder a una detección temprana del cáncer.

QP-Prostate, QP-Brain, QP-Live, QP-Breast…, son servicios que ayudan a detectar los tumores antes de que puedan ser más agresivos, y cuentan con un índice de error ínfimo. Para que el dinamismo y el crecimiento de la empresa no se detengan, el valenciano asegura que tener unos valores sólidos y un equipo consolidado es de vital importancia; los mismos que le han permitido levantar una plantilla de más 100 empleados y oficinas en Valencia, Madrid, Barcelona, Cambridge-UK y Nueva York.

"Me tomé la cultura de la compañía muy en serio para la mejor relación entre los miembros que la componemos. Quibim se rige por la integridad y por la confianza que tenemos hacía nuestros empleados", afirma. "Para crear un buen ambiente de trabajo hay que establecer las reglas de juego, y en ellas no pueden faltar: ver a las personas desde la admiración y la humildad ante los errores", añade.

Alberich lleva muchos años esforzándose por mejorar el sistema sanitario y la salud de las personas, uniendo las esencias de la ingeniería de telecomunicaciones y la medicina, un camino "complicado" pues el emprendimiento en este campo se basa en "ciclos muy largos". "España tiene un gran potencial para crear grandes compañías en el ámbito de la salud, y yo voy a hacer que Quibim llegue a lo más grande", finaliza.