Adolfo Suárez Illana, en la Mesa del Congreso.

Adolfo Suárez Illana, en la Mesa del Congreso. EFE

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Crónica del adiós anunciado de Suárez Illana al PP: molesto con Casado y sin futuro con Feijóo

El líder del PP conocía la decisión desde hacía un mes. Suárez Illana no mencionó en su carta a Casado, quien lo rescató para el partido. 

30 noviembre, 2022 02:59
Ángel Ortiz Domingo Díaz

"Es posible la discrepancia desde la concordia, es posible el enfrentamiento plural desde una cierta relación personal". Es de Nicolás Redondo Terreros, ex secretario general del Partido Socialista de Euskadi, este lunes, durante un coloquio sobre valores constitucionales junto a Alberto Núñez Feijóo en el Congreso. La palabra destacada en negrita provocó el aplauso automático de un diputado del PP, al que más le afecta sentimentalmente la Transición. Hablar de ese período siempre fue terapéutico para Adolfo Suárez Illana. Todavía más si eran vísperas de su renuncia como diputado.

Ha sido una decisión sopesada, consensuada con la dirección del partido. El líder del PP, confiman fuentes de Génova a EL ESPAÑOL, conocía la decisión desde hacía aproximadamente un mes. Juntos habían negociado los tiempos y el "momento exacto para comunicarlo". ¿Los últimos flecos? El pasado miércoles, en el despacho del líder de la oposición en el Senado. "Es una cuestión de tipo personal que entendemos, pero la relación entre ambos es muy buena", defienden desde el entorno de Feijóo.

Muchos de sus compañeros de bancada, sin embargo, se enteraron por el grupo de WhatsApp del grupo parlamentario. El propio Suárez Illana remitió los dos mismos documentos en PDF —carta y comunicado— enviados simultáneamente a la prensa. Eran las once y diez. Nadie se sorprendió demasiado. Solo una diputada contestó en el chat, pero muchos se despidieron por privado. "Él es una apuesta y un hombre de [Pablo] Casado que, tras su salida, se queda desubicado en el partido. Se acabó esta etapa y se vuelve a su despacho", relata un diputado del PP a este periódico. Otro compañero de filas asegura haberlo notado "nostálgico" durante las últimas semanas.



[Adolfo Suárez Illana deja su escaño en el Congreso y cesa como presidente de la fundación del PP]

Suárez, poco después, se despidió con una última reunión con el grupo parlamentario, después de la Junta de Portavoces. En ella, según contó el diputado popular saliente, Meritxell Batet le invitó a que fuera él quien cerrara ladel Congreso el próximo 2 de diciembre, un gesto simbólico, durante las jornadas de puertas abiertas. Suárez Illano reveló la anécdota agradecido. 

"Hoy, gracias a Dios, al esfuerzo de muchos y a la buena gestión del presidente Feijóo, mi partido ha superado, con éxito muy notable, la crisis pasada y se encuentra, al fin, en una situación que augura la victoria en los próximos comicios", escribió Suárez Illana en su carta de despedida. Hablo de Feijóo, pero no nombró a Casado. No aparece, pese a que fue el anterior presidente del partido quien lo atrajo e impulsó con una fundación creada ad hoc para él: la Fundación Concordia y Libertad, con una actividad discreta. Su escaño lo ocupará Miguel Ángel Quintanilla, otra apuesta de Casado, ex asesor de José María Aznar.

"A Adolfo le molestó mucho que, tras la repetición electoral de noviembre, Casado lo moviera del 2 al 3 en las listas para poner a Ana Pastor", cuentan a este periódico fuentes parlamentarias. También que Suárez Illana, como el resto de la dirección del grupo parlamentario menos Cuca Gamarra, firmó el pasado 22 de febrero la carta que sentenció a Teodoro García Egea como número 2 del partido. "Casado y Suárez", aseguran las fuentes, "no acabaron de la mejor manera". Suárez, secretario cuarto de la Mesa, se recordará como parte del fresco de la Cámara durante esta legislatura.

El PP buscará "contenido" a la Fundación

El PP anunció la creación de la Fundación Concordia y Libertad en septiembre de 2018. La nueva dirección nunca habló de su existencia. Génova, aún así, asegura que tratará de relanzarla: "Tenemos que encontrarle continuidad, contenido y continente"

"Debo destacar, en este sentido, el haber tenido el privilegio de poner los cimientos de la que será, sin duda, una magnífica herramienta en favor del entendimiento entre distintos: la fundación Concordia y Libertad", defendió el hijo del primer presidente del Gobierno de la democracia, en su carta, su legado. En ella también repasó los últimos cuatro años del PP. "Han sido muy difíciles; marcados por procesos electorales de todo tipo, de forma casi permanente y con distintos resultados"

Teodoro García Egea, Pablo Casado y Adolfo Suárez Illana, en abril de 2019.

Teodoro García Egea, Pablo Casado y Adolfo Suárez Illana, en abril de 2019. Jesús Hellín EP

"En cualquier caso, yo soy un profesional del derecho comprometido con su país, no un político de carrera; y lo digo con todo el respeto que ello merece", argumentó su salida. A la par, dejaba entrever que él no era más que un marine que había ayudado a los suyos mientras la tormenta no amainaba. "Por mi parte, siento que debo retomar ya las obligaciones profesionales y familiares que, en su momento, entendí debía aparcar de forma temporal". Suárez Illana aclaró que seguirá apoyando al Partido Popular.

Sin Ley de Concordia

El cometido de Suárez Illana en el PP estaba íntimamente ligado a la palabra pronunciada por Redondo Terreros: concordia. Una ley ligada íntimamente a su fichaje. "Feijóo se ha olvidado de eso y ha sido imposible pelearla", considera un compañero de bancada. Sin esa posibilidad, ideada como contrapeso de la Ley de Memoria Democrática, su rol se descafeinó. Tan sólo quedó el gesto de dar la espalda a Bildu, de agarrar el libro Vidas rotas cuando subían a la tribuna de oradores sus diputados.

El paso por la política de Suárez Illana no arroja grandes victorias. Sí alguna polémica estéril, capaz de canalizar el debate durante al menos un día. Alguna relacionada con el aborto y el derecho a la vida, del que es fiel defensor. Otra, por romper la disciplina de voto del partido y apostar por el mismo posicionamiento que Vox.

La más sonada ocurrió en los micrófonos de Más de Uno, con Carlos Alsina. Hablando del aborto dejó claro que estaba en contra incluso de la ley de plazos. "El aborto se lleva 100.000 vidas al año (...). Desde un punto de vista humano y en un invierno demográfico como el que vivimos, es una salvajada que no hagamos nada por intentar entender cuál es el problema y reducir esas cifras. Máxime cuando vemos que hay ansias, deseos, por adoptar".

Alsina le puso en aprietos. Le preguntó si un niño era tal desde la concepción. Suárez Illana respondió tajante: "Lo que no es un embrión, es un tumor. Eso está claro. Si usted no toca ese embrión acaba siendo un paisano con barba como usted o una señora maravillosa como la que tenemos en frente. Eso es una vida. Seguro. Si no lo tocamos es una vida y eso es incuestionable. Que me digan que se puede matar antes o después... Los neandertales también lo usaban. Esperaban a que naciera y luego le cortaban la cabeza".

Otra sonada polémica de Suárez Illana se dio en el Congreso, en junio de 2020. Rompió la disciplina de voto con su partido para votar contra la Proposición No de Ley que solicitaba al Gobierno quitar las medallas a torturadores como Billy el Niño. El político popular decidió votar lo mismo que Vox y alejarse de sus compañeros, que se inclinaron por la abstención a pesar de tener argumentos similares a él.

Torero y cazador

Adolfo Suárez Illana (Madrid, 1964) cursó la EGB en el colegio Retamar de Pozuelo de Alarcón (Madrid), un centro vinculado al Opus Dei. Quiso hacer carrera militar, pero finalmente acabaría estudiando Derecho en la CEU San Pablo. Luego un máster en Harvard y vuelta a Madrid. Su primera incursión en política fue junto a su padre, aunque con perfil bajo. Asesorándolo en las campañas, encargándose de la seguridad y el pegado de carteles. Fue Javier Arenas quien lo fichó para el PP, a finales del siglo XX.

Su figurado debut con picadores —Suárez Illana ha sido novillero— fue en Castilla-La Mancha. Allí se enfrentaría a José Bono en 2003. En vez de salir por la puerta grande, Suárez Illana acabó en la enfermería y el PSOE consiguió su mejor resultado con un 58,3% de los votos. Tal fue el descalabro del Partido Popular en aquellas elecciones que ni siquiera llegó a recoger su escaño.

Durante la campaña, además, fue protagonista de una sonada polémica. En Povedilla (Albacete) llegó a mostrar su gran afinidad con el pueblo porque todas sus "chachas" eran de allí. Sacedón (Guadalajara) lo conocía porque tuvo allí una novia. Tras la infructuosa aventura política, volvió a la abogacía. Su tiempo libre era torear y cazar. Nunca se vistió de luces, pero llegó a estar en el ruedo ante novillos de 400 kilos. Lo dejó en 2007. Buen cazador, a principios de siglo ostentaba el récord de Castilla-La Mancha en la caza del muflón.