A priori, con un vistazo rápido, la imagen no tiene nada de especial. Un pequeño cordero, parduzco y blanquecino a trazos, en brazos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Lo sujeta firme, con lo que se intuye que es un gesto risueño tras la mascarilla: no es de extrañar para cualquiera que conozca a la lideresa, amante fiel de los animales, que no duda en abrazarse a cualquiera que pilla. Sin distinción: caballos, águilas, perros, cerditos. La baronesa del PP no le hace ascos.

Pero la fotografía, que ha circulado como la pólvora en las últimas horas por las redes, esconde algo más allá: un proyecto de emprendimiento de jóvenes ganaderos feministas que buscan poner en valor lo rural. A través de dos vertientes: el reconocimiento del papel de la mujer en la ganadería y el emprendimiento en el campo. 

Es la iniciativa que ha llevado a cabo Ganademad, una cooperativa de ganaderos de la Sierra Norte de Madrid -donde se concentra el grueso de estas explotaciones-. Son 15 ganaderos, de una edad media de 35 años, y cuyo 40% son mujeres. Y a eso fue Ayuso.

De camino, se llevó un meme. Otro más. “Ella es así, espontánea”, justifican desde su equipo.

La presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de Garganta de los Montes con unas vacas. Comunidad de Madrid

Primero, al tractor

La delegación del Gobierno madrileño se encontraba en Garganta de los Montes, un pueblecito de poco más de 350 habitantes, que se sitúa a apenas una hora en coche al norte de la capital de España. Iba a presentar una iniciativa de comercio electrónico: venta directa de carne del ganadero al domicilio del cliente, por internet, sin intermediarios.

“El entorno era propicio. Y ella es muy natural y espontánea. Unas veces se los acercan [los animales] y otras es ella quien toma la iniciativa. En este caso concreto, fue ella con el ganadero y al acercarse a los animales de manera natural, surgió lo del cordero, se acercó ella y lo cogió”, explican desde el entorno de la presidenta.

El ganadero, casualmente también alcalde del municipio -y del Partido Popular-, Juan Carlos Carretero, afirma que la imagen no “fue buscada ni estaba preparada”. “Isabel es una amante de los animales, del campo y de los pueblos”, sonríe. “Estábamos visitando mi explotación y estábamos segando. Primero se montó la presidenta en el tractor, lo que pasa que no hay foto”, relata.

El siguiente paso fue acercarse a la zona de corderos y ovejas. “De verdad, no estaba preparada”, insiste el empresario. “Ella vio al corderito y me preguntó ‘¿Se puede tocar?’ y le contesté pues que claro. Nos acercamos, se dejó coger y ahí vino la foto. Antes tocamos unas vacas”.

“Isabel es así, la presidenta es así. Aparte del protocolo y de todo, es que le gustan los animales”, ahonda. Lo cierto es que durante su tiempo como candidata y como presidenta los selfies con animales han sido una constante. 

En este caso, el corderito no tenía ni una semana de vida. Por no tener, no tenía aún ni nombre. Por eso era más complicado, al estar aún cerca de su madre. “Es muy dedicada con los animales. ‘¿Les voy a hacer daño?’, no paraba de preguntar. Hombre no, si el animal está muy contento, le contestaba yo”.

Carretero está encantado con la repercusión del meme de la presidenta, en el que erróneamente se identificaba al animal como una cabra. “Es importante que los pequeños productores sobrevivan en los pueblos y, así, sus familias. Son familias que se dedican al 100% a este negocio. No tienen otro tipo de ingresos añadidos”, comenta, en referencia a la cooperativa.

Un trabajo como cualquiera en "el centro de Madrid"

Sobre todo porque el suyo es un proyecto joven. “Aquí es muy importante el papel de los jóvenes y las mujeres. La Ganadería, desde la generación de mi abuela, era más trabajo de mujeres que de hombres. Las que iban a ordeñar eran las abuelas, las matriarcas. Era una labor más de las casas. Como encima tenían poco que atender… también se sumaban a sus tareas los cuidados a los animales”, explica.

“La mujer en el medio rural es fundamental”, sintetiza el alcalde. “Son el sustento. Al final son más mujeres, porque las explotaciones viven del arraigo familiar. Ya no es la titularidad del negocio, sino que la familia siempre está detrás. La mujer y los hijos. Aunque en los papeles ponga otra cosa”, insiste Carretero.

Con este proyecto, que ha saltado a los titulares gracias al cordero, se consigue que “la gente joven comprenda que la ganadería y el campo es un modo de vida diferente. La gente joven tenía otro concepto de ganadería: lo que trabajaban mi padre y mi abuelo. Y ha habido un cambio de modelo de negocio. No por ser de pueblo eres ganadero”.

“El ser ganadero no tiene que ser una vergüenza sino un orgullo, no difiere de trabajar en el centro de Madrid”, detalla el empresario. “Ya no es de sol a sol, sudando, ha cambiado. Es una oportunidad de negocio empresarial, más rentable y no tan sufrido como antes”. Pero el contacto con el animal, día a día, sigue ahí. Y ese es el sustento, haya memes de por medio… o no.

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