“Lo siento mucho, a partir de ahora no vamos a hacer más declaraciones al respecto. Toca esperar”.

En la empresa Magrudis está ahora todo patas arriba, por eso quieren guardar cautela. Ellos son los que fabrican la carne mechada La Mechá, que lleva unos días en el foco desde que se ha descubierto que algunos de sus productos están contaminados con listeriosis. Actualmente, la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía cifra los afectados en 80 personas. De esos, un total de 56 personas están hospitalizadas.

La Consejería andaluza ha emitido una alerta sanitaria y ha procedido a la retirada del producto. Aunque esto se antoja difícil de lograr. Los grandes almacenes ya han procedido a su retirada pero en los pequeños comercios particulares todavía pueden quedar remanentes. En total, la empresa ha comunicado que ha vendido hasta 2.000 envases de la carne infectada y, aunque su comercialización se centra en Andalucía, también distribuyó el producto en Extremadura y Madrid y es posible que en Girona.

Creada en 2013, Magrudis es una empresa de carácter familiar dedicada a la fabricación de este tipo de carne. Ellos aseguran, en su página web, que se trata de una elaboración tradicional y artesanal y entre su catálogo se pueden encontrar productos como la carne mechada con manteca ibérica, chicharrón andaluz y lomo al jerez. Al frente de la empresa se encuentra José Marín, el socio mayoritario y gerente de Magrudis.

Toda su comida está elaborada “sin aditivos ni conservantes”, aseguran desde la publicidad de la empresa. “Sólo las mejores carnes y especias, la calidad y el sabor puestos en su mesa”, añade el anuncio. Y es a través de las especias donde podría radicar el problema ya que podrían estar infectadas, según las primeras hipótesis. 

“Fue hace pocos años cuando nuestra familia decidió emprender esta aventura y comenzar a elaborar los productos que hoy conocemos y los que por su calidad se han merecido el reconocimiento de miles de hogares”, se puede leer en su página web. “Con un pequeño horno de pan y escasos medios comenzamos este proyecto ilusionante aunque también lleno de retos. Nuestra idea era ofrecer un producto que destacase por su calidad y su sabor, para así poder diferenciarnos y hacer de esta excelencia nuestra carta de presentación”, sigue.

Sin embargo, resulta llamativo que, a día de hoy, en la página web todavía no ha aparecido ningún comunicado alertando de la situación que está atravesando su carne. Aunque desde la empresa han asegurado que se han puesto en contacto con los clientes, en sus redes sociales y plataformas en línea no aparece ni un ápice de información al respecto.

Una empresa pequeña en Andalucía

Que se trata de un negocio relativamente modesto se puede ver tanto en sus ventas como en sus instalaciones. En 2014, el último año del que hay registro, Magrudis facturó tan solo 259.381 euros en ventas, algo que la caracteriza como una microempresa. En cuanto a su fábrica, se encuentra en el polígono industrial El Pino, localizado a las afueras de la ciudad de Sevilla, y ni siquiera tienen un cartel que identifique la empresa.

Sin embargo, bajo la gestión de Marín, Magrudis ha ido creciendo en los últimos años, llegando incluso a anunciarse en algunos autobuses de línea de Sevilla. Aunque empezó despachando principalmente en la ciudad hispalense, ahora tiene presencia en toda la comunidad de Andalucía y exporta a otros lugares, aunque en menor medida, como Extremadura y Madrid.

Un autobús con publicidad de La Mechá, frente a la puerta de la Feria de Abril. E.E.

Esto hace que sea complicado no sólo su control sino su retirada efectiva del mercado, algo en lo que las autoridades se están empleando a fondo. El producto podría haber sido comprado en pequeños establecimientos y llevado a otras partes del país o consumido en Andalucía y que luego la persona afectada hubiera viajado.

De momento, de todas formas, los afectados siguen concentrados en Andalucía: 57 en Sevilla, tres en Málaga, cinco en Huelva, tres en Granada y otros tres en Cádiz.

¿Dónde se puede encontrar?

Otra de los factores que complica el combate contra la carne de Magrudis es los sitios en los que se puede encontrar. Se trata de una empresa de venta al por mayor, por lo que los particulares no pueden ir en persona a comprar las carnes mechadas y demás.

En cambio, estos productos se encuentran en grandes superficies, como el supermercado Alcampo, así como en pequeños comercios, como carnicerías locales, y otros negocios hosteleros como bares y restaurantes. Alcampo, por ejemplo, ya lo retiró de su catálogo el pasado viernes. Pero el problema radica ahora en otro tipo de negocios.

“Retirarlo de esos pequeños o medianos comercios va a ser bastante complicados”, alerta Rubén Sánchez, portavoz de la plataforma de defensa del consumidor FACUA, en conversación con este diario. “Porque al Alcampo sí, y ya lo han retirado, pero a esos pequeños empresarios no va llegar un proveedor a avisarlos, por eso son importantes los protocolos de información”, añade.

Fotografía de producto de la carne. E.E.

“De momento sólo ha trascendido que los afectados están en Andalucía, pero no descartamos que se haya podido vender en pequeños establecimientos alrededor de la comunidad autónoma por el simple hecho de que alguien puede haberlo comprado en un hipermercado andaluz y habérselo llevado. O los turistas que hayan venido a Sevilla este puente y que lo hayan consumido y que los síntomas aparezcan más tarde”, apunta Sánchez. “Por eso nos hemos dirigido a la ministra, para que decrete la alerta a nivel nacional”, añade.

15 embarazadas afectadas

Uno de los grandes problemas de la listeriosis es que afecta especialmente a personas mayores, embarazadas y recién nacidos. Y en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla ya hay 15 mujeres afectadas. Dos de ellas han tenido que abortar y a otra le han tenido que provocar el parto. Por otro lado, de los 80 afectados, un total de seis se encuentran en estado grave o muy grave ingresados en varias Unidades de Cuidados Intensivos.

Estos brotes son difíciles de investigar ya que los gérmenes pueden dar síntomas en unos pocos días, pero lo más habitual es que se empiece a manifestar más de cuatro semanas después del consumo. Para ello, la Consejería de Salud y Familias ha creado un gabinete técnico integrado por 25 personas.