
Una olla con fabada casera de la abuela gallega
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El infalible truco de las abuelas gallegas para que la fabada con tripas tenga mucho más sabor
Los platos de cuchara son los favoritos en invierno, y en este artículo te contamos cómo elaborar la mejor fabada con tripas de la temporada
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El recetario gallego incluye todo tipo de platos de cuchara para entrar en calor en invierno. No hay nada más reconfortante que una crema de verduras o un buen cocido gallego. La fabada es otro de los grandes clásicos que las abuelas gallegas siguen preparando para que nadie se quede con hambre. Es un plato contundente y delicioso que sabe a gloria después de una larga jornada de trabajo.
La receta varía según la tradición familiar, pero todas incluyen las habas como ingrediente principal. Algunos utilizan chorizo y morcilla, y otros añaden tripas de cerdo. Mónica Prego, autora del libro O Carón do Lume, recuerda que cuando las habas, que crecían entre el maíz, ya valían para comer, "mi abuela hacía una fabada bien rica". "Siempre guardaba en el baño unas pocas tripas para hacer esta receta que, con cebollino y patatas nuevas, era un manjar".
El infalible truco que utilizarás a partir de ahora
Las abuelas gallegas conocen los mejores trucos para que las comidas tengan mucho sabor y que, por tanto, todo el mundo quiera repetir plato. Para la receta de fabada con tripas, lo principal es utilizar ingredientes de buena calidad, aunque el infalible truco que aporta mucho más sabor al plato consiste en incorporar unas hojas de laurel y una cucharada de especias de los callos al agua de cocción.
La escritora Mónica Prego recoge en su libro O Carón do Lume una deliciosa receta que incluye la siguiente lista de ingredientes:
- 200 g de tripas saladas
- 300 g de habas verdes
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva
- Unas hojas de laurel (truco secreto)
- 1 cucharada de comino o especias de los callos (otro truco secreto)
- 1 cucharada de pimiento dulce
- Patatas
- 1 pedazo de tocino
- Agua y sal
Una vez tengamos listos todos los ingredientes necesarios para preparar una deliciosa fabada con tripas, estos son los pasos que deberemos seguir:
- El día antes, lavamos las tripas saladas y las dejamos en agua
- Desgranamos las habas, las lavamos y las reservamos
- Al día siguiente escurrimos las tripas, ya desaladas, y las cortamos en trozos pequeños. Cortamos también la cebolla
- Ponemos el aceite en una pota y doramos la cebolla y el ajo picados. Añadimos una cucharada pequeña de pimientón dulce y otra de picante, echamos las tripas cortadas y removemos
- Incorporamos unas hojas de laurel y una cucharada de especias de los callos, cubrimos todo con agua y ponemos las tripas a hervir
- Cuando hiervan, añadimos el chorizo cortado, un pedazo de tocino y las habas, y removemos. Dejamos que cueza y, si vemos que precisa más agua, la echamos
- Pelamos las patatas, las cortamos y las echamos en la pota cuando las habas estén cocidas. Si son patatas nuevas, en 15 minutos deberían estar listas
- Cuando esté todo cocido, apartamos la pota del fuego y dejamos que repose un poco antes de servirlas
Una receta para los días más fríos

Un plato de fabada.
La fabada con tripa es una receta muy reconfortante que nos ayuda a entrar en calor y tener energías suficientes para afrontar duras jornadas de invierno. Es cierto que en Galicia el frío solo se hace notar con intensidad en zonas de la alta montaña de Lugo y Ourense, como Pedrafita do Cebreiro o Manzaneda, pero nadie le dice que no a un plato calentito de la abuela.
No es una receta para comer todos los días, pues su contenido calórico es elevado, pero sí de vez en cuando. Las habas frescas, el ingrediente principal, proporcionan proteínas e hidratos de carbono y son fuente de fibra. Respecto a su contenido de vitaminas destacan la vitamina C y los folatos y en cuanto a su contenido mineral, destaca la presencia de potasio, el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos.
Por otra parte, las patatas son fuente de vitamina C, si bien una parte considerable puede perderse durante el proceso de cocción. "Para preservar su contenido, es recomendable cocinarlas al vapor o al horno", aconseja la Federación Española de la Nutrición (FEN). La patata también aporta minerales como el potasio, y cortenoides, siendo la violaxantina, anteraxantina y luteína los más abundantes.
En lo que respecta a la valoración nutricional del chorizo, "su aporte calórico, relativamente alto, depende del contenido de macronutrientes y, fundamentalmente de la cantidad de grasa". La FEN añade que "a pesar de su riqueza gastronómica y nutricional", debe ser consumido en cantidades moderadas, "de manera que se pueda incluir en dietas variadas y equilibradas".