Pazo de Romelle

Pazo de Romelle Concello de Zas

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El desconocido pazo de Zas (A Coruña) que brilló en el siglo XVII con un jardín barroco

Aunque sus raíces se remontan a 1492, no fue hasta dos siglos más tarde que este majestuoso palacete alcanzaría su máximo apogeo, coronado por unos jardines que destilan lujo y elegancia en cada rincón

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En las tierras más occidentales de la provincia de A Coruña, entre el famoso arenal de Traba y la serena ría de Camariñas, la Terra de Soneira despliega su sinuoso perfil frente al Atlántico, en uno de los parajes más cautivadores de la Costa da Morte. Más allá de su indómito litoral, esta comarca gallega oculta en su interior auténticos tesoros, como Zas, un lugar donde la historia, la naturaleza y la tradición convergen en perfecta armonía. Alejada de las rutas turísticas más transitadas, la localidad coruñesa invita a los viajeros más curiosos a descubrir todos sus secretos y riqueza natural.

La Ruta da Auga, estandarte de la cultura que impregna estas tierras, guía a los visitantes por senderos que avanzan entre frondosos bosques, majestuosas cascadas y riachuelos. Pero Zas no sólo murmura a través de sus aguas, también son sus piedras milenarias las narran historias. Sin ir más lejos, en la parroquia de Muíño, los restos megalíticos conservados transportan a quien los contempla a un pasado remoto repleto de rituales y misterios, guardianes del tiempo durante más de 5.000 años. 

La faceta más señorial de Zas se revela a través de sus pazos y casas solariegas, convertidos en verdaderos emblemas de la riqueza patrimonial de este municipio. De todos cuantos edificios históricos se conservan, el Pazo de Romelle, conocido también como las Torres de Romelle, destaca como un majestuoso palacete del siglo XVI que en su día deslumbró con un encantador jardín barroco. Una propiedad que, todavía hoy, conserva intacta el aura de épocas pasadas, como un testigo silencioso del legado botánico y arquitectónico que se mantiene oculto entre las parroquias de Loroño e Santo Adrián de Castro.

Breve historia del Pazo de Romelle

Pazo de Romelle.

Pazo de Romelle. Turismo Costa da Morte Zas (A Coruña)

La historia del Pazo de Romelle empezó a escribirse en torno al año 1492, cuando, según el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, se inició su primera etapa constructiva. Ahora bien, la época de mayor esplendor no llegaría hasta bien entrado el siglo XVII, momento en el que esta joya arquitectónica alcanzó su máximo apogeo.

En los muros exteriores, las paredes de la propiedad todavía permiten discernir los escudos heráldicos que evocan los linajes de los Moscoso de Altamira, los Ribedeneira (con una cruz en la parte inferior) y de los Caamaño (un pino y tres pares de lanzas). De hecho, cabe destacar que el primer señor feudal de esta casa fue Álvaro Camaño, mientras que uno de sus posteriores herederos, Juan Antonio Caamaño, dejó su huella como benefactor del emblemático santuario de la Virxe da Barca en 1730.

En cualquier caso: un pazo desconocido que guarda en cada detalle arquitectónico una historia de grandeza y elegancia que, pese al paso del tiempo, aún resuena entre sus muros.  

Entre jardines y tesoros arquitectónicos

Jardines del Pazo de Romelle.

Jardines del Pazo de Romelle. Concello de Zas Zas (A Coruña)

Más allá de su historia, el Pazo de Romelle se distingue de otros palacetes de la zona por sus hermosos jardines de trazos barrocos, un paraíso natural plagado de robles y castaños centenarios que evocan la atmósfera mágica y hechizante de un cuento. Estas zonas verdes, auténticas obras maestras del paisajístico y la botánica, simbolizan el lujo y la sofisticación de una época en la que los jardines no sólo embellecían las propiedades, sino que también eran considerados una expresión suprema del arte y el poder durante los siglos XVII y XVIII.

En lo referente a su arquitectura, este elegante palacete de planta rectangular llama la atención por su torre almenada, que se erige como un emblema de fortaleza y nobleza en uno de sus extremos. La torre todavía se encuentra unida a un cuerpo central donde se distingue una entrada principal con arco carpanel de robustas dovelas, una galería en la fachada posterior y un patín de cantería que añade un toque señorial a este conjunto histórico.

Dentro del reciento también se alza una capilla fundada en el siglo XVII y dedicada a San Xoán y San Xurxo, en cuyo interior se conserva un sencillo retablo de piedra obra del escultor Sandrexo Francisco Castro de Agudín.