Bañistas en la playa de Riazor, imagen de la colección de Francisco Pillado.

Bañistas en la playa de Riazor, imagen de la colección de Francisco Pillado. Colección Francisco Pillado/RAG

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A Coruña a mediados del siglo XX en 2.000 fotografías y a la vista de todo el mundo

La familia del fotógrafo Francisco Pillado González, fallecido en 1977, dona su legado a la Real Academia Galega, que reúne más de 2.000 imágenes tomadas entre las décadas de los 20 y 70 del siglo pasado

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Unas mujeres pelan patatas en una calle de A Coruña, un hombre cosa una red de pesca, una niña observa cómo le preparan un helado, seis mujeres miran al foco de la cámara en la orilla de la playa de Riazor. Estas imágenes, fotografías hechas por el coruñés Francisco Pillado González (1892-1977) a lo largo de su vida dedicada a la pasión fotográfica, pertenecían hasta hoy a su familia, que las acaba de ofrecer como legado a la Real Academia Galega (RAG).

Cuarenta y ocho años después de su fallecimiento, toda la obra artística de Pillado será custodiada por la RAG, que dará "acceso público" a los documentos “para la comunidad investigadora y cualquier persona interesada en la historia de la fotografía en Galicia", según ha informado su presidente, Víctor F. Freixanes.

Freixanes con las nietas de Pillado y parte del legado.

Freixanes con las nietas de Pillado y parte del legado. RAG

La colección cedida por la familia consta de 2.000 placas y negativos fotográficos, unos 100 positivos en papel, una película y un visor estereoscópico. Pillado centró su trabajo artístico en fotografiar la ciudad de A Coruña y a su gente entre las décadas de los 20 y 70 del siglo XX. Fue miembro de la Sociedad Fotográfica Coruñesa, de la que llegó a ser vicepresidente.

Las imágenes de Pillado inmortalizan instantes cotidianos, "la belleza y la dignidad" de las cosas. Fue contable de profesión, fotógrafo de corazón. "Lo recuerdo siempre con la cámara colgada del cuello, era como una parte más de su cuerpo", rememora Julia Tarrío Pillado, su nieta, que intervino en nombre de la familia en el acto de presentación de su fondo fotográfico. "Su legado es nuestra memoria visual, que cabe preservar y divulgar", dijo Freixanes.

Fotografía de mujeres pelando patatas.

Fotografía de mujeres pelando patatas. Colección Francisco Pillado/RAG

Influenciado por el pictorialismo, en la obra de Francisco Pillado destacan los escenarios urbanos de A Coruña y de villas cercanas, como Corme o Betanzos. En especial, fotografía "desde el respeto" retratos de "una clase social distinta a la suya", como marineros, lavanderas o agricultores, pues él pertenecía a una familia acomodada.

La fascinación por el mar

Con esta donación a la RAG, la familia de Francisco Pillado cierra un ciclo de proyectos con sus fotografías, como Coruña, catro temas, en la que participó el fotógrafo José Caruncho; la colaboración en el documental Esquece Monelos, de Ángeles Huerta; y Só hai horizonte, una obra musical de Juan Vara con poemas de Xavier Seoane.

Foto con una mujer preparando un helado para una niña.

Foto con una mujer preparando un helado para una niña. Colección Francisco Pillado/RAG

Francisco Pillado, hijo del pianista Francisco Pillado Villamil, se casó con Filomena Rivadulla, hija de una pescantina y un marinero. A través de su mujer y de la fotografía, Pillado González quedó vinculado al mundo del mar, que siempre le fascinó. "Quería formarse para ser marino mercante, pero non era una idea que no le gustaba a sus padres, así que se hizo contable", contó Marga Tarrío Pillado, también presente en el acto.

Francisco Pillado haciendo una fotografía.

Francisco Pillado haciendo una fotografía. Colección Francisco Pillado/RAG

Dende finales de los años 40, la pareja vivía con sus cinco hijas y dos hijos en un piso de la calle Real, cerca de la desaparecida farmacia Pardo Reguera, donde el fotógrafo solía reunirse con amigos con los que compartía afición.

"Los nietos teníamos prohibido entrar solos al cuarto oscuro, que estaba junto a la cocina. Allí pasaba muchas horas. El archivo lo tenía muy bien organizado, y solo accedimos a las fotos después de que muriese", recuerda Marga.