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Vuelve el puesto de "los hippies" al callejón del teatro Rosalía de A Coruña

Lillian desmontó el puesto de cara al invierno y para abrir una tienda física en la calle Socorro, y ahora mantendrá los dos espacios
El puesto situado en el callejón Agar de A Coruña
El puesto situado en el callejón Agar de A Coruña
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El puesto de 'los hippies' vuelve a estar en el callejón del teatro Rosalía de A Coruña. Su dueño, Lillian, lo desmontó las pasadas navidades de cara al invierno y para centrarse en su nuevo proyecto: una tienda física en la calle Socorro a la que bautizó con el nombre de 'Tribu'. Sin embargo, nunca tuvo la intención de dejar su puesto, y a partir de ahora estarán abiertos al público los dos espacios, ofreciendo una oferta diferente en cada uno de ellos.

El pasado otoño Lillian pudo cumplir su sueño de abrir una tienda física en A Coruña tras 25 años al frente del puesto en la pequeña calle Agar, que fue inaugurado por sus padres. 'Tribu' está situada en la calle Socorro, frente al Orzán, un lugar que considera "desaprovechado", ya que en otras ciudades costeras "en el paseo marítimo está todo".

La tienda, asegura, "va muy bien", y en ella ofrece una oferta diferente a la que puede encontrarse en el puesto. "En la tienda tenemos ropa y bisutería más étnica y de calidad. Es una tienda de barrio, tiene otro público. Y aquí tengo ropa más 'hippie', bisutería de verano... y compran más turistas", explica.

Lillian junto al puesto

Lillian asegura que está muy contento con este proyecto y ahora, varios meses después de ponerlo en marcha, está ilusionado porque "ya le estoy dando la forma que yo quería".

Aún así, este gallego de madre de Carnota y padre de Muxía, no quería renunciar al histórico puesto, y desde este jueves vuelve a estar abierto de cara a la llegada del buen tiempo para hacer las delicias de coruñeses y coruñesas así como de los turistas que llegan cada día a la ciudad.

Precisamente, este jueves, el puesto está muy concurrido tras la llegada del crucero Mein Schiff 4, y muchos de estos turistas se acercan a ver las prendas y complementos.

Mientras Lililian está poniéndolo todo a punto en el callejón, una compañera, Sara, se queda al frente de la tienda de la calle Socorro, y así pueden seguir funcionando ambos proyectos.

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