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Vacunación contra el herpes zóster en Galicia: ¿Qué es? ¿Qué relación tiene con la varicela?

El pasado 10 de abril la Xunta de Galicia comenzó la campaña de vacunación contra el herpes zóster para personas de entre 65 y 80 años. Un dermatólogo explica por qué es importante prevenirla
Los síntomas del herpes zóster son dolor y ampollas en la piel
Los síntomas del herpes zóster son dolor y ampollas en la piel
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Desde el pasado 10 de abril los gallegos de entre 65 y 80 años pueden vacunarse contra el herpes zóster. Esta campaña será desde ahora permanente en el calendario de vacunación de la Xunta de Galicia. El objetivo, luchar contra un herpes que puede causar grandes complicaciones, especialmente en relación al dolor crónico. La pauta de la vacuna consta de dos dosis, que se administrarán en un plazo de dos meses entre sí. Para conocer más sobre esta infección cuyo origen se encuentra en el virus de la varicela hablamos con Eduardo Fonseca, dermatólogo del Chuac.

Las dudas más frecuentes del herpes zóster

¿Qué es el herpes zóster?

Es una infección viral que se manifiesta en forma de erupción cutánea acompañada de dolor. Su origen está en el virus de la varicela. Cuando se adquiere este, como ocurre con otros virus del grupo de herpes, el virus no se elimina definitivamente, queda en los ganglios nerviosos. Por un descenso de la inmunidad o por otros factores el virus se reactiva y en lugar de originar una infección generalizada como la varicela, sigue el trayecto de un nervio, se produce una inflamación de ese nervio y después lesiones en la piel.

Entonces, ¿solo las personas que tuvieron varicela pueden tener un herpes zóster?

Es una condición sine qua non, si no tuviste la varicela no puedes tener un herpes zóster. El problema del contagio es prácticamente improbable, porque las personas que hayan tenido varicela o fueron vacunadas ya no se contagian. Puede haber un pequeño riesgo de contagio, que en el caso del virus de la varicela es por vía respiratoria en los días de incubación, pero es muy poco relevante.

"Desde el momento que se pasa una varicela se puede tener un herpes, pero el riesgo o la probabilidad aumenta por la edad porque la respuesta inmune disminuye. La incidencia en personas de edad avanzada puede llegar al 7%"

Es común que aparezca en lugares como la espalda, pero ¿puede manifestarse en otros nervios? ¿Cuáles son los síntomas?

Puede afectar a cualquier nervio sensitivo, en los brazos, las piernas... Lo más frecuente es en el tronco, en la zona de las costillas. Generalmente aparece algún dolor previo que puede ser intenso en la zona del nervio. Luego salen ampollas, que tienen a agruparse y se convierten en costras. Hay dolor en esa zona, de hecho antes de que aparezca la erupción se puede pensar que es por otro motivo, como un infarto. Cuando aparecen las lesiones ya es fácil de diagnosticar.

¿Qué complicaciones puede haber?

No suele ser muy problemático en cuanto a evolución o lesiones, el problema está en que ese nervio se lesione y pueda producir dolor durante mucho tiempo, lo que se llama neuralgia post zóster. Este dolor puede durar años y ser de gran intensidad, por lo que los pacientes pueden requerir cuidados de la unidad del dolor. Si afecta a algún nervio óptico puede causar pérdidas de visión o si es en algún nervio motor, problemas de movilidad que suelen ser temporales.

¿Por qué la campaña de vacunación se dirige a personas de entre 65 y 80 años?

Desde el momento que se pasa una varicela se puede tener un herpes, pero el riesgo o la probabilidad aumenta por la edad porque la respuesta inmune disminuye. La incidencia en personas de edad avanzada puede llegar al 7%. Además, las secuelas, sobre todo la neuralgia post zóster también es más grave según aumenta la edad. Hay casos de herpes zóster en la infancia o juventud, pero no son problemáticos. Los 65 años es una edad razonable para empezar a vacunar. En el caso de pacientes inmunodeprimidos ya reciben otra vacuna para evitarlo.

En este caso la vacuna tiene mayoritariamente un beneficio individual, no se trata de evitar el contagio a otras personas. No vacunarse del sarampión es un riesgo personal, pero también para la colectividad, es un problema social. Aquí el interés de la vacuna es de la persona que la pone. Evidentemente, después hay unas cargas sociales porque el paciente necesitará cuidados, tratamiento, unidad del dolor...

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